13 jul 2012

LA SORPRENDENTE REGION DEL CAUCA (COLOMBIA)

A primeros de enero de 1981 durante mi vuelta a Sudamérica llegué en plena celebración de los carnavales a la maravillosa ciudad de Popayán (*), la capital del Alto Cauca, localizada en el suroeste de Colombia. Había oido hablar mucho de ésta antigua ciudad colonial fundada por los españoles en 1537, la "ciudad blanca", sin duda la segunda mas hermosa de Colombia después de Cartagena de Indias, así cómo de sus alegres, movidos y emblemáticos carnavales llamados de Pubenza que se celebran todos los años a principios de enero, y en los que en aquél entonces además de rociarte de agua era frecuente, cómo me ocurrió a mi, que te embadurnasen de betún cubriéndote luego de harina.

Pero no era sólo Popayán lo que me interesaba del suroeste de Colombia, también había oido hablar de Silvia, del parque nacional Puracé, de Tierradentro y del Valle de San Agustín, todos ellos un poco mas hacia el éste, y hacia ellos me dirigí en autobuses locales empezando por la pequeña localidad de Silvia en la cuál todos los martes se celebraba un activo mercado al que acudían a vender sus productos los indios "guambianos" de los alrededores, charlando en su dialecto "chibcha", ataviados los hombres con sus vistosas faldas de paño azul intenso, a veces negro, y las mujeres con sus blusas bordadas de colores variados y multitud de collares que en ocasiones llegaban a pesar mas de un kilo. 

Regresando de nuevo a Popayán tomé otro autobús hacia el noreste camino del parque nacional Puracé, uno de los paisajes mas pintorescos y bonitos del país en el cuál se encuentran, además del volcán Puracé (la "montaña de fuego" en idioma quechua) de mas de 4.600 metros de altitud, uno de los volcanes mas activos de Colombia y al que se puede ascender por su cara norte, el nacimiento del río Cauca que dá nombre a toda la región, la laguna de San Rafael, las bonitas cascadas de Bedón y San Nicolás, así cómo las fuentes termales de Agua Tibia y Agua Hirviendo y las de San Juan, con sus líquenes y musgos multicolores.

Continuando luego en autobús hacia la localidad de La Plata, con su vistosa catedral de San Sebastián, desde allí me desplacé en los siguientes días primero hacia el noroeste en busca del conjunto arqueólogico de Tierradentro con sus impresionantes hipogeos subterráneos, algunos hasta con escaleras de caracol, columnas interiores y pinturas geométricas en rojo y negro, y sus estatuas de piedra precolombinas de origen desconocido, y luego hacia el suroeste camino del valle de San Agustín, uno de los conjuntos arqueológicos mas importantes de Sudamérica en el que también se conservan varios cientos de estatuas de piedra con representaciones de dioses, personas y animales, algunas tan gigantescas que te recuerdan (sin que tengan en principio relación alguna) a las de la isla de Pascua.

Abandonando con pena toda ésta región del Cauca, una de las mas interesantes, bonitas y emblemáticas de mi recorrido por Sudamérica, emprendí rumbo sur hacia la frontera con mi siguiente pais, el también muy completo e interesante Ecuador.

(*) Dos años después de mi visita, en marzo de 1983, el centro histórico de Popayán fué practicamente destruido por un fuerte terremoto que dañó gravemente a casi todos sus emblemáticos edificios, catedral e iglesias, siendo todos ellos impecablemente restaurados e incluso mejorados en las décadas posteriores.