29 jul 2012

EL MILAGRO DE UN "MARABU" Y EL PAIS DE LOS "DOGONES" (MALI)

En agosto de 1986 estando Chema (el mecánico conductor) y yo en Bamako nos llegó en avión un nuevo grupo de expedición de ADINDA para recorrer durante tres semanas una gran parte del maravilloso país de Malí, sin duda el mas completo e interesante de todo el Africa occidental de influencia francesa. Después de un primer día en Bamako visitando la Gran Mezquita, el Museo Nacional, el puerto fluvial sobre el Níger, el mercado de artesanía y el célebre hotel de L´Amitie emprendimos la ruta hacia Ségou con nuestro pequeño y verde autobús 4x4.

En Ségou, a unos 240 kilómetros de Bamako y también localizada a orillas del gran río Níger el principal atractivo era en aquél entonces su activo mercado en el que podías comprar casi de todo incluyendo alimentos y latas de conservas con los sellos de la ayuda humanitaria de varios paises. Después de pernoctar allí una noche emprendimos de nuevo ruta para llegar a comer a la pequeña ciudad de San con su bonita mezquita de adobe blanqueado, continuando luego hacia el noreste a fin de coger el "bac" (pequeño ferry) el cuál atravesando el río Bani (un afluente del Níger) nos llevaría ya al anochecer hasta Djenné.

Djenné, la ciudad santa de Malí, con su impresionante Gran Mezquita de adobe y madera de palma de estilo sudanés (*), sus madrasas (escuelas coránicas), sus artesanos y anticuarios, el diseño de sus calles y la arquitectura de sus casas, y su colorido mercado de los lunes a los pies de la Gran Mezquita es sin duda una de las ciudades mas interesantes y bellas de Malí, y allí permanecimos un par de días alojados en su agradable y limpio "campement" para poder ver tranquilamente ésta ciudad acompañados por el joven Souri (mi "guia local" adoptado en mis anteriores viajes), y bañándonos en el apacible río Bani.

Fué bañándonos en el rio Bani (**) dónde tuvimos una vivencia inesperada, una chica de nuestra expedición se clavó en la zona del tendón de Aquiles un gran anzuelo de una ristra utilizada por los "bozós" para pescar el "capitán" (un gran pez de fondo muy abundante en aquellas aguas), traspasándole de un lado a otro el tobillo, el pié le comenzó a hinchar, su dolor era creciente y no veíamos manera de poder quitarle el anzuelo. En ésto y al escuchar los gritos de la joven se nos acerca un "Marabú" (santón curandero muy respetado en todo el Sahel) que estaba rezando a la orilla del río, le echa un vistazo al tobillo, cierra los ojos, escupe al suelo, y con un rápido movimiento del dedo medio de su mano derecha roza el anzuelo, éste desaparece como por arte de magia (si no lo hubiésemos visto yo nunca lo hubiese creido) sin sangre alguna y sin dejar señales en el tobillo ni de la entrada ni de la salida del anzuelo.

Abandonando Djenné nos dirigimos, primero por carretera, y luego por una difícil pero preciosa pista de montaña hacia el pueblo y las fallas de Bandiagara, en el misterioso país Dogón (***), atravesando riachuelos sobre rocas y grandes cantos rodados, visualizando de vez en cuando en sus cercanías a altivos pastores "fulani" (peuls) con sus pequeños rebaños de cabras y camellos, a miembros de familias "dogón" cultivando maiz y mijo en pequeñas parcelas entre las rocas cercanas a sus curiosas casas de piedra y adobe con sus graneros "machos" y "hembras" con puntiagudos techos de paja, llegando así ya por la tarde a Bandiagara, el principal pueblo de la zona, para alojarnos por unos días en su precario "campement" en dónde ni luz eléctrica había cocinando los alimentos que llevábamos con la luz de los candiles.

Bandiagara está situado sobre una gran falla rocosa con paredes verticales de unos 300 metros de altitud la cuál domina un enorme y bonito valle que llega hasta Burkina Fassó, plagado de cultivos de mijo y arroz y de baobad, los "árboles sin sombra". Tanto en el valle como colgados en los acantilados y en la cima se encuentran varios pequeños y emblemáticos pueblos "dogón" entre los que destaca por su cercanía aunque no por su accesibilidad el de Sanghá desde dónde la vista de los impresionantes acantilados con las antiguas cuevas y tumbas de los misteriosos y desaparecidos "hombrecillos rojos" expulsados por los "dogón" (posibles antepasados de los bosquimanos) en las cuevas y fisuras de las rocas es mucho mas hermosa.

Entre Bandiagara y Sanghá pasamos varios días saltando entre las rocas y descendiendo a pié por "senderos de cabras" ( incluida la joven del anzuelo) hasta los pueblos y aldeas del valle, sacando fotografías, intentando conectar con los nativos, y empapándonos de la misteriosa cultura "dogón" y de la espiritualidad de la zona. Luego de un baile ritual en que los animistas dogones bailan sobre grandes zancos disfrazados con caretas de diversos animales, algunas con enormes "cuernos" de madera llamadas "kanagas" en forma de dobles cruces, pasamos nuestra última noche en Bandiagara intercambiando regalos y comprando artesanía, y ya a la mañana siguiente emprendimos el camino hacia Mopti, la llamada "Venecia africana".

Mopti, situada en la confluencia de los ríos Níger y Bani está construida sobre tres islas unidas por diques y de ahí el sobrenombre de "Venecia africana". Mopti es la tercera ciudad del país en número de habitantes, principalmente songhais, bambaras, bozós, peuls y tuaregs, y el principal puerto fluvial de Malí. Es una ciudad agradable para pasear siendo sus principales atractivos su Gran Mezquita de estilo sudanés, su concurrido mercado pequeño, sus estrechas calles repletas de anticuarios y artesanos, su activo puerto repleto de mercancías y sus barcazas de carga, y sobre todo los pueblos de pescadores "bozós" y los asentamientos "tuareg" del otro lado del río a los que fácilmente se llega en piraguas.

Después de un par de días en Moptí regresamos directamente a Bamako a fin de que el grupo regresase en avión a España, permaneciendo allí Chema y yo con nuestro autobús 4x4 a la espera de un nuevo grupo de expedición para, vía Kolokari, Kayes y Tambacounda entrar y recorrer el vecino país de Senegal.

(*) La Gran Mezquita de Djenné fundada en el año 1.240 y declarada Patrimonio de la Humanidad es el edificio religioso de adobe y madera de palma mas grande del mundo y el mejor ejemplo de arquitectura sudanesa de todo el Africa occidental.

(**) Al año siguiente en parecidas fechas y también bañándome en el río Bani pillé Bilharziasis, unas larvas microscópicas que migran a través de la sangre primero a los pulmones y luego al hígado, bazo y riñones y si no se curan a tiempo pueden ser mortales. Tuve que regresar a España y ponerme en manos de uno de los pocos especialistas en enfermedades tropicales que por aquel entonces había en nuestro país, el Dr. Corachán, del Hospital Clínico de Barcelona. Ese fué el final de mis continuados e intensivos viajes por el Africa occidental.

(***) Los misteriosos Dogones de origen desconocido son en todo diferentes a cualquier otra tribu ó raza de su entorno, son animistas, su lenguaje y calendario son únicos, y según los expertos toda su cultura y costumbres podrían estar relacionados con las órbitas de "Po Tolo" (Sirius II) y "Emme Ya" (Sirius III), hace muy pocos años descubierta.


24 jul 2012

"LA FRANJA DE LAS NIEBLAS ETERNAS" Y LOS INDIOS "COLORADOS" (ECUADOR)

A finales de enero de 1981 crucé la frontera entre Colombia y Ecuador por la localidad de Ipiales, una pequeña ciudad dedicada casi toda ella, al menos en aquellos tiempos, al comercio y al contrabando de todo tipo de mercancías entre los dos paises, una ciudad que sin embargo cuenta con una hermosa Catedral en su plaza central y a pocos kilómetros de distancia con una de las maravillas de Colombia, el Santuario de Nuestra Señora de las Lajas, una muy bonita y esbelta basílica sustentada sobre pilotes en el cañón del río Guaytara, lugar de peregrinación de miles de personas de todos los países sudamericanos.

Pasada Ibarra, "la ciudad blanca de Ecuador", situada a los piés del volcán Imbabura, con su magnífico Palacio de la Gobernación y su Castillo del Cuartel, llegué a la localidad de Otavalo en sábado día de mercado asombrándome de la riqueza artesanal de los indios Otavaleños (*) los cuáles, ataviadas las mujeres con sus largas faldas negras, sus hermosas blusas blancas con adornos bordados y sus múltiples collares de oro , exponen en la Plaza de los Ponchos miles de tapices, ponchos, chales, jerseys, bufandas, zapatillas, etc. de lana, algodón, cuero y totora. Otavalo goza de un clima priviligiado y está ubicado en un paisaje paradisíaco muy cerca del lago San Pablo y del volcán Imbabura que da nombre a toda la región.

Continuando hacia el sur llegué a la "Bola de la Mitad del Mundo", un monumento situado a unos veinte kilómetros al norte de Quito que marca teórica y aproximadamente el paralelo cero, la línea ecuatorial del mundo. Ya en Quito, la capital de Ecuador, situada a los piés del volcán Pichincha a casi tres mil metros de altitud, la primera capital del inca Atahualpa antes de su traslado a Cusco, visité su Centro Histórico uno de los primeros en ser declarado Patrimonio de la Humanidad con su Palacio de Carondelet en la gran Plaza de la Independencia, su Basílica del Voto Nacional la mas grande de América Latina, la Catedral Metropolitana, las iglesias de La Compañía, de San Francisco y de Santo Domingo, etc.

De nuevo en ruta dejé a un lado el nevado y grandioso volcán Cotopaxi de casi 5.900 metros de altitud antes de virar hacia el oeste por una sinuosa carretera descendente atravesando la "Franja de las Nieblas Eternas" (**) camino de la ciudad de Santo Domingo de los Colorados, así llamada por la vistosidad que le dan los tímidos indios Tsachilas (***) de la región que acuden a su mercado con sus cuerpos teñidos de rojo, pañuelos al cuello, vistosos chales al hombro, pequeñas faldas con rayas horizontales y su pelo recortado y embadurnado con barro y achiote asemejando un artificial casquete rojo sobre sus cabezas.

Abandonando Santo Domingo continué bajando hacia el noroeste camino de la provincia costera de Esmeraldas, la llamada "provincia verde" por su abundante masa forestal en la que habitan jaguares, osos hormigueros, perezosos, loros, tucanes, guacamayos, etc, y de sus variadas y hermosas playas alojándome en un camping en plena playa de Atacames y visitando desde allí el interior de la provincia y los pequeños pueblos pesqueros y playas de los alrededores, Muisne, Quirindé, Tonsupa, Súa, Same, etc. antes de continuar varios días después mi camino hacia Santiago de Guayaquil, la ciudad mas poblada y el puerto mas grande de Ecuador.

En Guayaquil esperaba poder conseguir un pasaje barato en algún carguero para visitar las islas Galápagos pero me fué totalmente imposible, no porque no hubiese barcos disponibles sino porque te exigían un permiso especial de la Armada y ésta no se lo proporcionaban a ningún turista extranjero. El avión resultaba muy caro para mí y además no había cupo disponible hasta mucho tiempo después, así que después de visitar lo principal de la ciudad, la Torre del Reloj, la Catedral Metropolitana, la Iglesia de San Francisco, etc. dejé Guayaquil dirigiéndome hacia el sur camino de la frontera con el norte de Perú.

(*) Los indios Otavaleños son muy numerosos, laboriosos, listos y organizados. En el presente siglo XXI han ido "colonizando" con sus puestos ambulantes y sus tejidos y artesanía varia los principales "mercadillos" de Latinoamérica, Europa e incluso Estados Unidos. Vd. los distinguirá perfectamente porque son muy bajitos y sus mujeres llevan largas faldas negras, blusas blancas bordadas con adornos y varios collares de oro al cuello que según su número indican su posición económica, antiguamente su posición social. 

(**) La "Franja de las Nieblas Eternas" es una masa permanente de nubes pegada a la Cordillera Andina a unos mil metros de altitud originada por la evaporación del cálido mar tropical, tiene mas de un kilómetro de ancho y produce una humedad y semioscuridad en la que resulta difícil vivir, no quedando mas remedio que atravesarla cuando se baja o sube por caminos ó carreteras desde el altiplano a la costa del Pacífico.

(***) Los indios Tsáchilas llamados "Colorados" ´habitan en pequeños poblados en ésa zona de la cordillera andina limítrofe con la siempre oscura y húmeda "Franja de las Nieblas Eternas", son tímidos y poco sociables, duermen en hamacas en sus sencillas chozas rectangulares de madera, paja y cañizo, cultivan mandioca, mascan tabaco, beben chicha, cazan con cerbatanas, y untan su cuerpo y el casquete de pelo embarrado de sus cabezas con un tinte rojo extraido de las semillas del "onoto" que les protege de los insectos.

20 jul 2012

ME TENGO QUE TRAGAR MEDIO CORAZON CRUDO Y PALPITANTE (COSTA DE MARFIL)

Mediado el verano de 1986 nos encontrábamos Chema (el mecánico-conductor) y yo en la ciudad de Abijdán (Costa de Marfil) esperando con nuestro pequeño autobús 4x4 la llegada en avión de un nuevo grupo de expedición de ADINDA a fin de recorrer durante tres semanas de sur a norte Costa de Marfil, el oeste de Burkina Fassó, y enviarlos en avión de regreso a España desde Bamako, la capital de Malí.


Llegado el grupo, en Abijdán, la capital económica y financiera de Costa de Marfil, una ciudad construida bordeando la laguna de los Ebrié visitamos como no el barrio financiero del  Plateau, el elegante barrio de Cocody con su famoso hotel Ivoire, la mezquita de Trechville, la moderna catedral de San Pablo, el grandioso, colorido y muy activo mercado de Adjamé, y ya antes de partir camino del norte hacia Yamoussoukro, los famosos "lavanderos de Abijdán", cientos de hombres y mujeres sumergidos hasta las rodillas en el río, cada uno con su neumático que le sirve de plataforma, lavando ropa por encargo sin parar durante todo el día.


En Yamousssoukro, la megalómana y artificial capital política del pais al menos por aquél entonces no había nada que ver a excepción de los cocodrilos del foso que rodean el palacio presidencial a los que los pocos viajeros que llegaban alimentaban con gallinas vivas compradas a los propios guardias del palacio. Saliendo de Yamoussoukro hacia el oeste nos dirigimos hacia el parque nacional de Marahoué en dónde además de los clásicos leones, elefantes y cocodrilos se pueden ver también bongos, panteras y mangostas, continuando luego hacia la ciudad de Daloa la capital del cacao y de la madera de Costa de Marfil, país que está devastando a marchas forzadas los inmensos bosques de las gigantescas ceibas del país.


Llegados a la pequeña ciudad de Duekoué (*) y antes de continuar hacia el norte camino de uno de nuestros principales destinos, la región montañosa de Man, fronteriza con Liberia y Guinea Conakry, el pais de los "Yakoubas", acampamos en la misión salesiana de Santa Teresa de Jesús en aquél entonces dirigida por un sacerdote español, Vicenti Griseli, quién nos recibió con los brazos abiertos. Ya alojados en la ciudad de Man y mientras comíamos mangosta y armadillo preguntamos por los poblados animistas "Yakoubas", muchos de ellos comunicados entre sí por puentes de lianas para cruzar los numerosos ríos que los separaban en su inmenso territorio muy selvático y montañoso, recomendándonos que en principio nos dirigiésemos hacia el norte en dirección Biankouma y a mitad de camino preguntásemos por Godoufama, el cuál comenzaba ya a abrirse a los visitantes extranjeros.


Un par de días después llegamos a Godoufama, un poblado de chozas de adobe la mayoría de forma circular y con techos de paja, encontrándolo para nuestra sorpresa completamente vacío, oímos voces y sonido de tambores en un punto de la frondosa selva que lo rodeaba y hacia allí nos dirijimos encontrándonos a todos los habitantes del poblado en cuclillas, con las caras pintadas y semidesnudos, algunos con tambores en las manos, haciendo círculo en un claro de la selva delante de un gigantesco y muy frondoso "árbol sagrado" adornado con diversas ofrendas y telas multicolores, y en el interior del círculo, a una cabra recién degollada sobre un gran tocón de madera y a una "máscara" (hechicero) disfrazado de ave zancuda bailando y arengando al que parecía ser el jefe del poblado que estaba con un cuchillo abriendo la cabra en canal y recogiendo en un cuenco la sangre para ofrecérsela al "árbol sagrado".


Al vernos llegar todo el mundo se paralizó mirándonos fijamente en medio de un inquietante silencio (sin proponérnoslo habíamos interrumpido una ceremonia animista sagrada vetada a los extraños), yo intenté acercarme respetuosamente al jefe del poblado, todos los yakoubas que estaban en cuclillas se levantaron palpándose la tensión en el ambiente, el jefe miró primero a la "máscara" y luego a mi haciéndome gestos de que me aproximase, así lo hice, junté mis manos e incliné la cabeza, la reacción del jefe fué inesperada, introdujo su mano izquierda en el cuerpo de la cabra, extrajo el corazón palpitante de la misma y con su cuchillo lo cortó en dos, empezó a comerse una mitad y extendió su mano ofreciéndome a mi la otra mitad todavía palpitante y sangrante, no sé cómo lo hice pero comencé a masticar hasta que me la comí entera, la tensión se deshizo y todo mi grupo pudo aproximarse durante el resto de la ceremonia en la cuál se repartió el resto de la cabra entre todos los habitantes del poblado.


En las cercanías del poblado fijamos nuestro campamento acompañándonos durante los dos días siguientes el jefe del poblado y algunos otros nativos a visitar, a través de estrechos senderos abiertos en la selva y de vez en cuando atravesando pequeños ríos y regatos por puentes de lianas trenzadas otros pequeños y mas alejados poblados yakouba de la zona ya próximos a la frontera con Guinea Conakry. Después de un simbólico intercambio de regalos, alguna linterna y cuchillos a cambio de collares y pulseras de cuero con "caracoles kaurí", continuamos nuestra ruta hacia el norte paralelos a la frontera camino de la región y la ciudad de Odienné, la mas noroccidental de Costa de Marfil, de población "malinké" y mayoría musulmana, una región en la que se cultiva yuca, ñame, arroz, cacahuetes y en la que se cria bastante ganado y abunda la gran mosca tse-tse que provoca la famosa "enfermedad del sueño".


Ya en ruta hacia el éste llegamos a Korhogó (**) la principal ciudad del norte del país, la capital de los "Senufos" (los llamados hombres pantera), una ciudad en la que su mayor atractivo son sus danzas rituales, su artesanía de madera y sus tejidos estampados la mayoría de color tierra, amén de su mezquita y su animado mercado. Desde Korhogó nos dirigimos ya hacia el noreste primero por carretera hasta la estación de tren de Ferkessedougou y luego por una embarrada pista rojiza camino de la frontera con Burkina Fassó, de la pequeña ciudad de Banfora con los hipopótamos de su lago Tengrela en el cuál estuvimos a punto de sumergirnos con nuestro autobús al patinar éste en su estrecha y resbaladiza pista, y ya un poco mas al norte las bonitas y suaves cascadas del río Komoé antes de llegar a Bobó Diulassó, la segunda ciudad mas grande de Burkina Fassó situada en el extremo occidental del país.


En Bobó Diulassó nos detuvimos un par de días para descansar bañándonos en la piscina del mítico hotel Ram (del ferrocarril) y visitar lo mas interesante de la ciudad, su acogedora y pequeña mezquita, el río (regato) con sus "peces sagrados", el enorme y muy concurrido mercado de estilo sudanés de dos pisos, así como algunos poblados "Lobis" de los alrededores con sus casas de adobe disimuladas bajo tierra al objeto de escapar a la vista de sus enemigos. Abandonando ya Bobó Diulassó nos dirigimos hacia la frontera con Malí camino de su capital Bamako, en dónde después de visitar su mercado y el hotel de L´Amitié del que tan buenos recuerdos tengo el grupo emprendió en avión su regreso a Madrid.


(*) En el año 2011 alrededor de un millar de personas de la tribu "Gueré" fueron masacradas en tan sólo un par de días en Duekoué en los enfrentamientos entre las tropas del candidato electo Alassane Ouattara y el presidente Laurent Gbagbo que tanto se resitió a dejar el poder.


(**) Fué en Korhogó dónde nació en el año 2002 el Movimiento Patriótico de Costa de Marfil en abierta oposición al gobierno del ya entonces dictador presidente Laurent Gbagbo.



18 jul 2012

EL PODRIDO "XURELO" Y NUESTRO RESCATE EN LA MAR


Tenía ya ganas de un velero que me permitiese cuánto menos asomar la nariz al Atlantico y explorar las demás rías de Galicia, pero no tenía dinero para comprarme uno. En la primera mitad de los años 70 tres "señoritos" del Náutico de La Coruña me ofrecieron cambiarme un viejo velero de madera de 8 metros de eslora por mi Arcoa 520 de fibra, se trataba del tan famoso "Xurelo" del que al parecer todo el mundo sabía que buena parte de su tablazón e incluso algunas cuadernas estaban completamente apolilladas, menos yo que sólo me apercibí de la podredumbre de los fácilmente sustituibles techo y mamparos de la cabina.


Desmonté y guardé el mástil de madera también carcomido a la altura de la cruceta, y varios meses me pasé sustituyendo como buenamente pude parte de las cuadernas y de la tablazón del casco, revisando también su viejo motor Buck con encendido eléctrico y de manivela. Cuándo creí que al menos las cuadernas, el casco y el motor estaban renovados y operativos boté el barco a la mar, y en un tranquilo y soleado día de verano salí a probar el motor acompañándome María Luisa Sánchez, una buena amiga que era psicoanalista, la cuál vino acompañada de un paciente suyo que quería relajarse un poco en la mar.

Disfrutamos de una tranquila navegación a motor por la ría de La Coruña y todo fue bien hasta llegar a la altura de los acantilados del Seixo Branco, en dónde el viento comenzó a soplar con fuerza y la mar a levantarse con olas cada vez mas grandes rompiendo en los acantilados. A punto de virar para regresar al puerto el motor del "Xurelo" se paró y no hubo forma de ponerlo de nuevo en marcha ni con las baterías ni con la manivela, lancé el ancla y al poco tiempo se rompió el cabo, lancé la pequeña ancha de respeto que llevaba mientras seguía intentando encender el motor, la mar cada vez mas brava, el paciente totalmente agarrotado y agarrado a la base delausente mástil, mi amiga conservando la calma pero sin saber ni poder hacer nada, y yo cada vez mas mareado intentando encender el motor.

En vista de la cada vez mas problemática situación lancé unas bengalas y al parecer una pareja nos vió desde el Seixo Branco y se fué con su vehículo a avisar a la Guardia Civil, ésta pasó el aviso a la Cruz Roja del Mar, y cuándo ya estábamos próximos a las rocas con el ancla de respeto garreando aparecieron tres zodiacs de la Cruz Roja cruzándose entre ellas para lanzarnos sus cabos, trincados los cabos nos sacaron de allí, y luego la mas grande y potente nos remolcó hasta las instalaciones náuticas del Casino de La Coruña quedando allí fondeados. Al día siguiente publicaron la noticia en la prensa local poniendo algo así: Unos "señoritos" del Náutico a punto de irse contra las rocas en el Seixo Branco rescatados por la Cruz Roja del Mar.

Pero mi historia con el "Xurelo" no terminó ahí, de nuevo varé el barco en tierra y cansado de trabajar y meter dinero en él lo puse a la venta por la simbólica cantidad de 1.000 pesetas (12 $) con el fin de deshacerme del barco y de su documentación. Comprobando las reparaciones ya realizadas en cuadernas, casco y motor me lo compró un estudiante universitario de Vigo que también sin dinero tenía los mismos sueños que yo. Al cabo de unos días apareció en mi domicilio la madre del joven universitario acompañada de un abogado para reclamarme la devolución de las 1.000 pesetas. El colmo de los colmos fué que el abogado que la acompañaba era uno de los tres "señoritos" del Náutico de La Coruña que me habían vendido a mi el "Xurelo" !!!, al saberlo la buena señora se marchó abochornada.

Poco después el joven universitario le vendió el "Xurelo" por 5.000 pesetas (60 $) a un barbudo comerciante del Agra del Orzán, el cuál lo estuvo trabajando en tierra delante del Oceanográfico durante varios años hasta que se lo hicieron sacar de allí llevándolo con su enorme carro a la rampa de Oza. El "Xurelo" nunca mas volvió a navegar.


16 jul 2012

MIS PRIMERAS EMBARCACIONES Y "SINGLADURAS"


MI PIRAGUA ARTESANAL DE LONA

Siendo yo adolescente, tendría 14 años, un día me puse a construir en la casa de verano de mis padres en Fiobre, una aldea a unos veinte kilómetros de La Coruña, muy cercana a la playa del Pedrido, una piragua de estilo canadiense con lona impermeabilizada por fuera con aceite de linaza, embreada por dentro y con un armazón de listones de eucalipto doblados al fuego.

Con esa piragua casera me pasé un par de veranos navegando por la ría de Betanzos y sus playas, calas y marismas, acampando y durmiendo unas veces sobre los arenales de Ponte do Porco, en ocasiones en las márgenes del río Mandeo en dónde se celebran los tan conocidos Caneiros de Betanzos, y otras sobre las hierbas del parque del por aquél entonces tranquilo y abandonado pazo de Mariñán.

MI PEQUEÑO CATAMARAN PLAYERO


A los 16 años y en vista de mi afición la mar mis padres me compraron un pequeño catamarán playero modelo Aquacat con el que al fin pude navegar ya rapidamente por las rías de Sada, Miño y Puentedeume, aunque eso sí, llevando todas mis pertenencias en una bolsa impermeable atada a un mamparo porque ése modelo de catamarán volcaba cada dos por tres.


Con él continué conociendo las rías y haciendo mis acampadas durante los veranos hasta que un hermano mío lo estrelló contra unas rocas y nunca mas catamarán fué.


MI PRIMER MINI VELERO, EL "VOLVORETA"


A los 18 años y por haber ingresado en la Academia Militar de Zaragoza me compraron un mini velero sin motor, el "Volvoreta", era un bonito y estilizado velerito de color blanco y amarillo de 4,20 metros de eslora con una pequeña cabina en la que al menos podía guardar y llevar mis pertenencias sin riesgo de que se empapasen en cada navegación.

Con él continué navegando por las rías de Sada, Miño y Puentedeume acampando en muchas de sus preciosas playas y calas pero sobre todo en Rio Castro, entre Redes y Cabañas, y muchísimas veces en la por aquél entonces muy resguardada, con manantial de agua y todavía virgen cala de La Higuera situada enfrente de la isla de La Carboeira, adónde me desplazaba nadando a coger percebes, a practicar pesca submarina, y cuándo las muy agresivas gaviotas me lo permitían a tumbarme en su cima sobre los comodísimos colchones de largas y suaves hierbas.

MI PRIMER VELERO CON MOTOR INTERIOR

A principios de los 70 estando yo ya trabajando en Olivetti me compré un Arcoa 520 cabinado de color blanco y azul, mitad motora mitad velero, el cuál me permitió ya cuándo las condiciones de la mar y el viento lo permitían extender mi radio de navegación hasta las rías de Ferrol y La Coruña.

Recuerdo que en una ocasión, navegando con mi amiga Almudena San Juan desde La Coruña a Sada el viento comenzó a arreciar, y ya a punto de doblar el islote de La Marola por su cara interior oímos un estruendoso crac-crac-crac y vimos cómo iban saltando uno a uno los remaches de plástico que unían casco y cubierta y cómo ésta comenzó a levantarse separándose del casco de la embarcación. Arrié la vela mayor que debido al fuerte viento era la causante de todo, el mástil iba anclado sobre la cubierta, y así pudimos continuar nuestra singladura a motor hasta Sada sin mayores problemas.


13 jul 2012

LA SORPRENDENTE REGION DEL CAUCA (COLOMBIA)

A primeros de enero de 1981 durante mi vuelta a Sudamérica llegué en plena celebración de los carnavales a la maravillosa ciudad de Popayán (*), la capital del Alto Cauca, localizada en el suroeste de Colombia. Había oido hablar mucho de ésta antigua ciudad colonial fundada por los españoles en 1537, la "ciudad blanca", sin duda la segunda mas hermosa de Colombia después de Cartagena de Indias, así cómo de sus alegres, movidos y emblemáticos carnavales llamados de Pubenza que se celebran todos los años a principios de enero, y en los que en aquél entonces además de rociarte de agua era frecuente, cómo me ocurrió a mi, que te embadurnasen de betún cubriéndote luego de harina.

Pero no era sólo Popayán lo que me interesaba del suroeste de Colombia, también había oido hablar de Silvia, del parque nacional Puracé, de Tierradentro y del Valle de San Agustín, todos ellos un poco mas hacia el éste, y hacia ellos me dirigí en autobuses locales empezando por la pequeña localidad de Silvia en la cuál todos los martes se celebraba un activo mercado al que acudían a vender sus productos los indios "guambianos" de los alrededores, charlando en su dialecto "chibcha", ataviados los hombres con sus vistosas faldas de paño azul intenso, a veces negro, y las mujeres con sus blusas bordadas de colores variados y multitud de collares que en ocasiones llegaban a pesar mas de un kilo. 

Regresando de nuevo a Popayán tomé otro autobús hacia el noreste camino del parque nacional Puracé, uno de los paisajes mas pintorescos y bonitos del país en el cuál se encuentran, además del volcán Puracé (la "montaña de fuego" en idioma quechua) de mas de 4.600 metros de altitud, uno de los volcanes mas activos de Colombia y al que se puede ascender por su cara norte, el nacimiento del río Cauca que dá nombre a toda la región, la laguna de San Rafael, las bonitas cascadas de Bedón y San Nicolás, así cómo las fuentes termales de Agua Tibia y Agua Hirviendo y las de San Juan, con sus líquenes y musgos multicolores.

Continuando luego en autobús hacia la localidad de La Plata, con su vistosa catedral de San Sebastián, desde allí me desplacé en los siguientes días primero hacia el noroeste en busca del conjunto arqueólogico de Tierradentro con sus impresionantes hipogeos subterráneos, algunos hasta con escaleras de caracol, columnas interiores y pinturas geométricas en rojo y negro, y sus estatuas de piedra precolombinas de origen desconocido, y luego hacia el suroeste camino del valle de San Agustín, uno de los conjuntos arqueológicos mas importantes de Sudamérica en el que también se conservan varios cientos de estatuas de piedra con representaciones de dioses, personas y animales, algunas tan gigantescas que te recuerdan (sin que tengan en principio relación alguna) a las de la isla de Pascua.

Abandonando con pena toda ésta región del Cauca, una de las mas interesantes, bonitas y emblemáticas de mi recorrido por Sudamérica, emprendí rumbo sur hacia la frontera con mi siguiente pais, el también muy completo e interesante Ecuador.

(*) Dos años después de mi visita, en marzo de 1983, el centro histórico de Popayán fué practicamente destruido por un fuerte terremoto que dañó gravemente a casi todos sus emblemáticos edificios, catedral e iglesias, siendo todos ellos impecablemente restaurados e incluso mejorados en las décadas posteriores.


11 jul 2012

NOS PERSIGUE HASTA LA "TIERRA DE NADIE" LA POLICIA DE MALI



Fué a principios de febrero de 1987 cuando regresabamos a España seis personas con nuestro Land Rover 2000 una vez finalizado el seguimiento del rally Paris-Dakar 87. Salimos de Dakar (Senegal) y vía Tambacounda nos dirigimos a Gao (Malí) pasando por Kayes, Bamako y Moptí. En Gao, la capital de la dinastía Askia (*) del antiguo gran imperio Songhai, situada a orillas del río Níger, actual capital política del muy reciente y todavía no reconocido por ningún país estado independiente "tuareg" llamado Azawad, nos aprovisionamos de víveres, agua y combustible e hicimos una completa revisión de nuestro vehículo antes de afrontar las pistas del extremo norte del sahel de Malí bordeando el macizo montañoso del Adrar de los Iforas, adentrándonos cada vez mas en el territorio de los "tamashek", los llamados tuareg negros.


Después de pasar por los pequeños poblados de Anefis y Aguelhok llegamos al pueblo de Tessalit situado a unos 520 kilómetros al norte de Gao, depositando nuestros pasaportes en la policía para que nos sellasen la salida de Malí mientras nos dirígiamos a una cantina cercana para descansar un par de horas, refrescarnos y comer algo. Ya listos para partir de nuevo paramos nuestro Land Rover delante del puesto de la policía fronteriza apareciendo un cabo con nuestros pasaportes sellados en la mano diciéndome que bajase del coche, así lo hago, me separa un poco del vehículo, y me pide 300 dólares para entregarme los pasaportes, empezamos a discutir por las buenas, luego por las malas, pero el policía no cedía en su chantaje y cuándo vió que no estaba dispuesto a darle los 300 dólares comenzó a caminar hacia su oficina, pegué un salto, le arrebaté los pasaportes de la mano, y mientras le gritaba a Chema (nuestro conductor) que arrancase me subí en marcha al Land Rover y salimos de allí escopetados.


El cabo no debió de tardar en reaccionar porque un par de horas después en un alto en el camino un tuareg nos alertó de que venían dos vehículos policiales detrás nuestro, la frontera con Argelia estaba todavía a mas de 60 kilómetros y salimos de nuevo pitando con los policías malienses en los talones, consiguiendo despistarlos ya en la "tierra de nadie" circundando una cadena de traicioneras dunas de arena que nos separaban de la frontera con Argelia y del puesto fronterizo de Bordj Mokhtar, ya en el lado argelino, en dónde despachamos sin problemas nuestra entrada en el país, descansamos allí un día, revisamos nuestro vehículo y nos aprovisionamos de nuevo de agua y combustible antes de emprender siempre hacia el norte la travesía del temido desierto del Tanezrouft (**) (la llamada "tierra vacía"), mas de 640 kilómetros de pistas en dónde no hay absolutamente nada a tu alrededor, ni gente, ni agua, ni gasolina, sólo una inmensa planicie de arena y grava y las ruinas de unos antiguos puestos avanzados de la legión extranjera francesa llamados Bidón V y Weygand.


Cruzado rapidamente y sin mayores problemas el desierto del Tenezrouft llegamos hasta el insulso pueblo de Reggane en dónde tomamos combustible, continuando luego ya por carretera asfaltada hasta la agradable ciudad de Adrar, y unos 400 kilómetros mas adelante a los preciosos pueblos fortificados bereberes de Beni-Abbés y Taghit bordeando por el oeste las grandes dunas del Gran Erg Occidental, para adentrarnos luego en el macizo montañoso del Atlas argelino por la ciudad de Bechar y cruzando luego la frontera con Marruecos por la pequeña localidad de Figuig camino de Oujda, Nador y Melilla (España), en dónde tomamos un ferry para Almería, llegando al cabo de unas tres semanas de viaje a Madrid.


(*) La dinastía Askia controlaba las caravanas de la sal desde Taoudeni al Mediterráneo a través del Sáhara, y llevó al imperio Songhai a su máximo esplendor. En Gao todavía se puede ver la tumba piramidal de adobe y madera de mas de 17 metros de alto del emperador Mohamed I el Grande construida a finales del siglo XV, declarada Patrimonio de la Humanidad en peligro.


(**) El temido desierto del Tanezrouft es conocido como la "tierra vacía" ó la "tierra de la sed" porque allí no hay absolutamente nada. Siglos atrás era evitado por las caravanas de camellos que trasportaban la muy apreciada y costosa sal desde las minas de Taoudeni hasta el mar Mediterráneo. Todavía en el pasado siglo se encontraron en él los restos momificados de una caravana de mas de 1800 camellos y unos 1500 "tuareg" y esclavos "bellah".