25 sept 2012

POR LA ANTIGUA COSTA LICIA Y GRIEGA DE ANATOLIA (TURQUIA)

El verano de 1988 me lo pasé en Turquía llevando sucesivos grupos de viaje por encargo de una importante mayorista de viajes española a visitar en autobús la región de la Capadocia y todos los lugares de interés de la costa turco asiática desde Antalya hasta Estambul, origen y fin de cada viaje. En la histórica y majestuosa ciudad de Estambul, antaño cruce de culturas entre oriente y occidente, hacíamos un circuito panorámico el mismo día de llegada del avión para salir ya en la jornada siguiente directos hacia Ankara, la capital política del país, pernoctando allí para visitar bien de mañana el centro histórico situado sobre una rocosa colina coronada por las ruinas del castillo romano, los principales monumentos romanos y selyúcidas del cercano barrio de Ulus, las tiendas de artesanía y los zíngaros con sus osos domesticados, y ya saliendo de camino para almorzar el mausoleo del dictador Ataturk, el "padre de la patria turca".

Desde Ankara salíamos para cenar y dormir en la pequeña ciudad de Urgup, nuestra base para visitar la famosa región de la Capadocia, bordeando el Gran Lago Salado y visitando en ruta el bonito  "karavansaray" (*) de Agzikarahan. En Urgup, en uno de esos circuitos de aquél verano una noche me desapareció un cliente muy raro e introvertido y hubo que dar aviso a la policía, comenzamos todos a buscarlo y lo encontramos vivo pero con las muñecas cortadas, hubo que ingresarlo en el hospital local y la compañía de asistencia se encargó de trasladarlo en los días siguientes a otro hospital de Estambul y de allí a España. Recuerdo asimismo que en otro de los circuitos desaparecieron también dos chicas con muy buena pinta del hotel en Estambul, la policía encontró restos de "caballo" en su habitación, y cuando las identificaron resultó que las tenían fichadas y en busca y captura por tráfico de heroina.

En la Capadocia visitábamos los castillos de Uchisar y Ortahisar excavados en la roca con sus maravillosas vistas y paisajes, los valles de Goreme y Pasabag con sus iglesias rupestres y sus chimeneas encantadas, la ciudad subterránea de Kaymakli, la mas grande de todas con sus ocho plantas bajo tierra, cuatro utilizables hoy en día, la cuál comenzó a excavarse ya en tiempos de los "hititas" (**), así como el "karavansaray" de Sarijan en el pueblo ceramista llamado Avanos, partiendo al día siguiente en dirección a la bonita ciudad de Konya, la capital de los "derviches danzantes", visitando allí el impresionante museo de su Mevlana con la tumba del poeta Rumi y la cúpula verde de su torre, las mezquitas selyúcidas de Alaeddin y  Iplikce, su animado Bazar, etc. partiendo al día siguiente hacia la ciudad costera de Antalya via Side, una antigua ciudad portuaria famosa por su Anfiteatro romano, el mas grande de toda la región, el templo de Apolo, el Agora, etc., así como también por sus extensas y maravillosas playas.

A medio camino entre Side y Antalya hicimos una parada para visitar el teatro de Aspendos, uno de los mejor conservados de todo el antiguo imperio romano, y ya en el pequeño, protegido y animado puerto viejo de Antalya localizado en los acantilados del casco antiguo de Kaleici y abarrotado de bonitas goletas turcas de madera, tiendas de artesanía y restaurantes con terraza, cenamos y pasamos buena parte de la noche para partir al día siguiente hacia el este para visitar las famosas tumbas "licias" (**) de Fethiye excavadas en un acantilado rocoso, continuando luego hacia el pequeño puerto de Gocek por la montañosa y preciosa costa "licia" plagada de pequeñas islas y maravillosas calas entre pinares con cristalinas aguas de color verde esmeralda, algunas de ellas con restos de monumentos y capiteles sumergidos entre los que te puedes bañar y bucear. Desde Gocek continuamos hacia la turística ciudad de Marmaris para visitar su casco histórico y su paseo marítimo, y cenar y dormir allí.

Al día siguiente nos metimos al interior por una estrecha carretera de montaña en dirección a Denizli para visitar primero el famoso "castillo de algodón" de Pamukkale, bañándonos en sus blancas piscinas de cristalinas y azuladas aguas carbonatadas (por aquel entonces se podía), y asombrándonos de la belleza y las curiosas formaciones calizas de la impresionante cascada, y luego, ya mas hacia el este, la antigua y menos frecuentada ciudad griega de Afrodisias en donde se puede contemplar las ruinas en mármol del templo de Afrodita, la diosa griega del amor, el enorme Estadio de mas de 270 metros de largo con capacidad para unas 30.000 personas, el Odeón, el Tetrapylon, el Sebasteion, etc., continuando luego vía Aydin hacia la histórica ciudad de Selcuk con su mezquita de Isa Bey, las ruinas de la basílica de San Juan y su impresionante fortaleza en la colina de Ayasoluk.

A la mañana siguiente visitamos de paso "la casa de la Virgen María"?, y seguidamente y ya con mucha mas calma las muy numerosas, importantes y bien conservadas o restauradas ruinas de la antigua y grandiosa ciudad griega de Efeso muy conocida por su famoso Templo de Artemisa, la "diosa cazadora", una de las siete maravillas del mundo antiguo, continuando luego hacia el emblemático y turístico puerto de Kusadasi para comer y relajarnos un poco antes de continuar nuestro camino, ya en dirección norte, hacia la gran ciudad portuaria de Izmir (Esmirna) en donde nos alojamos después de una breve visita panorámica de la ciudad, teniendo el resto de la tarde libre para caminar por el bonito paseo marítimo con su famosa Torre del Reloj, por Konak Square y sus calles principales, y hacer compras en su bazar Kemeralti.

Al día siguiente salimos hacia Bergama (Pérgamo) visitando allí las ruinas de su Acrópolis, las de su Teatro, uno de los mas empinados del mundo, así como el altar de Zeus, continuando luego siempre hacia el norte en dirección al pueblo costero de Ayvalik y luego hacia la mítica ciudad de Troya de la que no queda prácticamente nada, por lo que después de visitar sus desilusionantes ruinas continuamos camino hacia la ciudad portuaria de Canakkale en el estrecho de los Dardanelos y luego ya hacia la gran ciudad de Bursa, antigua capital del imperio otomano, con su gran mezquita de Ulu Cami, sus mezquitas Verde y Muradiye, las tumbas de los sultanes Osman Bey y Orhan Bey, y su gran Mercado cubierto, uno de los mas completos y bonitos de Turquía, continuando ya al día siguiente hacia Estambul y teniendo allí toda una tarde y una mañana para pasear y visitar por libre la mezquita de Santa Sofía, el palacio de Topkapi, la mezquita de Suleymaniye, el puente de Galata, el gran Bazar, etc.

(*) Los "karavansaray" eran posadas refugios situados mas o menos cada 30 kilómetros (una jornada de camino) para albergar las caravanas que recorrían por ejemplo la "ruta de la seda", eran casi siempre edificios rectangulares de altos y sólidos muros con un amplio patio central descubierto para los animales de carga, en general camellos, y alojamientos laterales techados para los miembros de la caravana.

(**) Los "hititas", de origen indoeuropeo, se instalaron en la parte central de la península de Anatolia entre los siglos XVIII y XII a.c. estableciendo como capital la ciudad de Hattusa, eran grandes guerreros y fueron los primeros en fabricar armas de hierro, lo cuál les proporcionó una gran superioridad en toda la zona del  oriente medio. Los "licios" se establecieron en las zonas montañosas de Antalya y Mugla en el primer milenio a.c., siendo subyugados posteriormente por los persas, griegos y romanos.
 

20 sept 2012

POR HONDURAS EN LA EPOCA DE LOS "CONTRAS" NICARAGUENSES (2ª Parte)

DE PESCA CON LOS "GARIFUNAS" EN EL MAR CARIBE HONDUREÑO

El 1º de Mayo de 1987 estaba yo en la ciudad de Trujillo (Honduras) reponiéndome del susto que me pegaron los "contras" nicaraguenses al asaltar el autobús en el que había llegado muy cerca de la localidad de San Esteban, y visitando ésta histórica, pequeña y caribeña ciudad de Trujillo, la primera capital de Honduras, localizada sobre un acantilado en la profunda bahía del mismo nombre descubierta por Cristobal Colón en 1502 en su cuarta y última travesía del Atlántico, después de virar el cabo del pequeño pueblo de pescadores llamado Puerto Castilla.

En la ciudad de Trujillo, bajo la antigua fortaleza española que protegía la ciudad de corsarios y piratas se encuentra la agradable y animada playa de la ciudad, en la cual varios "champas" (chiringuitos) con música sirven cerveza, pescado y marisco, y fué allí dónde coincidí con un pequeño grupo de jóvenes vascos extremadamente reservados y misteriosos (para mi que eran "etarras") residentes en Trujillo, con los cuáles si bien no conseguí hacer amistad sí me orientaron sobre como moverme en la zona y sobre los principales puntos de interés como los cercanos poblados "garifunas" (*) de Santa Fe, San Antonio y Guadalupe localizados en las playas de la bahía al oeste de Trujillo.

Con los acogedores "garifuna" estuve dos días saliendo a pescar con sedal y a coger langostas y mariscos a mano con gafas y tubos por las mañanas en sus piraguas, bañándome en las cálidas y relajantes aguas de sus espléndidas playas, comiendo con ellos en sus coloridas cabañas sobre pilotes, y reposando luego la comida tumbado en hamacas a la sombra de los muchos cocoteros, embarcándome luego en una "panga" (canoa a motor) colectiva hacia los paradisiacos Cayos Cochinos localizados en el mar Caribe a unas 30 millas de Trujillo, desembarcando en el mas poblado Cayo Mayor, y visitando en piragua en los siguientes días el mas bonito Cayo Menor con sus iguanas y boas rosadas, buceando en los coloridos arrecifes de coral, y nadando en algunos de los mucho mas pequeños y paradisíacos cayos de arena del archipiélago.

En Cayo Mayor tomé una nueva "panga" colectiva hacia Sandy Bay, la capital de la paradisíaca isla de Utila, la mas cercana, pequeña e interesante de las llamadas Islas de la Bahía, una isla de tan sólo doce kilómetros de largo rodeada de acogedoras playas, pequeños cayos, y unos maravillosos arrecifes de coral ideales para bucear a poca profundidad y ver peces multicolores, tortugas carey, inofensivos tiburones ballena, etc., siendo una isla mucho mas tranquila y económica que su vecina la isla de Roatán (*), la mas grande y poblada de las Islas de la Bahía cuya parte oeste de West Bay y West End desde allí visité, y en dónde me "devoraron" los mosquitos en las dos noches que allí pasé antes de regresar a Utila para tomar otra "panga" hacia la cercana ciudad costera de La Ceiba, la cuarta ciudad del país también a orillas del mar Caribe, ahora llamada la "capital del turismo hondureño", una peligrosa ciudad sin demasiado interés a excepción de sus playas y su ajetreada vida nocturna.

Finalizada mi estancia en el paraiso de las islas caribeñas de Honduras, desde La Ceiba salí en autobús hacia la localidad de Tela famosa por sus playas de arena blanca y sus exuberantes cocoteros, pasando allí un día antes de continuar hacia la peligrosa ciudad de San Pedro Sula, la segunda ciudad del pais fundada por Pedro de Alvarado en 1536, visitando la Catedral y el Palacio Municipal y pernoctando allí una noche antes de continuar hacia la pequeña y acogedora ciudad de Santa Rosa de Copán con su blanca Catedral y sus calles empedradas, deteniéndome allí un día para visitar también el muy cercano y montañoso pueblo de Gracias con las ruinas del Castillo de San Cristóbal, continuando luego hacia la mas grande ciudad colonial de Comayagua, la segunda capital de Honduras, con su bonita Plaza Central, su histórico Ayuntamiento, y su grandiosa Catedral de la Inmaculada Concepción la cuál según dicen cuenta con el reloj mas antiguo de todo el continente americano.

Desde Comayagua partí hacia la ciudad de Choluteca, muy cerca ya de las fronteras con El Salvador y Nicaragua, sin detenerme en Tegucigalpa nada mas que para cambiar de autobús, durmiendo una noche en Choluteca para salir de Honduras a la mañana siguiente por la frontera de Guasaule y entrar de nuevo en Nicaragua camino de la histórica e intelectual ciudad de León fundada por Hernández de Córdoba en 1524, mi último destino en Nicaragua, visitando su impresionante Catedral de la Asunción en dónde está enterrado el poeta Rubén Darío, las antiguas iglesias de Sutiaba, San Francisco, El Calvario, La Merced, etc., y pasando mis últimos dos días en las cercanas playas de Poneloya y Las Penitas antes de regresar a Managua para tomar el avión de Iberia y regresar a España.

(*) Los "garifuna", también conocidos como "caribes negros" por ser mezcla de los originarios indios "caribes" y esclavos negros deportados de la isla de San Vicente hacia la isla de Roatán se establecieron en algunos lugares de las costas de Belice, Guatemala, Honduras y Nicaragua, conservan su propio idioma mezcla de dialectos africanos, caribeños y francés, y se dedican fundamentalmente a la caza y a la pesca.

 

13 sept 2012

POR HONDURAS EN LA EPOCA DE LOS "CONTRAS" NICARAGUENSES (1ª Parte)

LOS "CONTRAS" ASALTAN NUESTRO AUTOBUS EN SAN ESTEBAN (HONDURAS)

A finales de abril de 1987, después de despedir en el aeropuerto de Managua al pequeño grupo de expedición francés que había llevado a recorrer en "panga" (canoa con techo) el río San Juan y la "Costa de los Mosquitos" de Nicaragua, con un mes disponible por delante y dinero fresco en los bolsillos, amén de los traveller´s check de American Express que llevaba y que en aquellos años eran muy utilizados y seguros, salí en autobús de Managua por la carretera panamericana hacia el norte camino de la ciudad de Estelí, conocida como la "capital del tabaco" nicaraguense, en dónde visité la catedral de Nuestra Señora del Rosario y los murales de su Parque Central, continuando luego camino para dormir en la pequeña ciudad de Ocotal (antigua Nueva Segovia), muy cerca ya de la frontera con el suroeste de Honduras.

A la mañana siguiente atravesé en un motocarro "autorizado" el largo puente sobre el río Coco fronterizo entre ambos países y entré en Honduras por la frontera de Trojes, tomando allí un autobús el cuál, vía El Paraiso (desde luego son graciosos) me llevó hasta Tegucigalpa, la capital de Honduras (*), una caótica ciudad rodeada de montañas y dividida en dos por el río Choluteca, la alta Tegucigalpa propiamente dicha fundada en 1536 en torno a unas minas de oro y cobre, y su ciudad hermana la baja Comayaguela. No teniendo ninguna de las dos demasiado interés permanecí allí sólo un día tomando a la mañana siguiente un autobús en dirección este hacia la ciudad de Juticalpa, la capital del departamento de Olancho, apodado el "salvaje oeste" por los propios hondureños, pasando por los pueblos de montaña de Talanga con sus calles de tierra y por otro algo mas bonito llamado Campamento.

Juticalpa, a unos 170 kilómetros de Tegucigalpa, es la capital y principal centro comercial del montañoso departamento de Olancho fronterizo con Nicaragua, una ciudad fundada por los españoles en 1744 que cuenta con un bonito Parque Central y una atractiva Iglesia Colonial, y era la base de la policía y del ejército hondureño en Olancho con controles y patrullas en todos los pueblos y pistas del departamento . Mi intención era tomar allí otro autobús hacia el este para que a través de los pequeños pueblos de Gualaco y San Esteban me llevase por una pista de tierra practicable hasta la caribeña ciudad de Trujillo, a unos 140 kilómetros de distancia, y así lo hice partiendo por la mañana en el techo de un viejo autobús cargado hasta los topes de unos "cowboys" poco habladores con sus sombreros y alguna pistola y muchas mujeres con sacos de frijoles, arroz, cochinos y gallinas cagando y cacareando sin cesar.

Después de varios controles rutinarios e innumerables paradas en el camino para recoger y dejar viajeros casi todos con sacos y animales llegamos poco antes del mediodía al pueblo de San Esteban, mas o menos a mitad de camino, y allí nos detuvimos a comer continuando luego por la pista hacia el este en dirección a Trujillo. No llevábamos ni treinta kilómetros recorridos cuando vimos un árbol "caido" cruzando la pista y tuvimos que parar, de la selva surgió un grupo de hombres armados con pistolas y fusiles de asalto AK-47 (kalashnikov) y alguien del autobús gritó: Menos mal que son los "contras", sólo buscan frijoles y dinero, no hagais nada, dejad las pistolas en el suelo del autobús porque sino va a ser mucho peor!

Cuatro "contras" se aproximaron al autobús, dos de ellos se apostaron delante y detrás del mismo con sus fusiles amartillados, y los otros dos nos ordenaron que bajásemos desarmados y nos pusiésemos en fila a un lado, y mientras uno de ellos subía al autobús para revisar los equipajes y tirar por el lado opuesto algunos sacos, cochinos y gallinas, el otro nos ordenó vaciar los bolsillos y entregarle todo el dinero, joyas y relojes que llevábamos, a un "cowboy" le vió esconder algo, le dió un culatazo en la cabeza y ya en el suelo lo cacheó, cuando llegó mi turno miró mi pasaporte y sin ninguna agresividad me preguntó si era español y que hacía allí, me devolvió el pasaporte y se quedó con todo el dinero sin ni siquiera cachearme, lo cuál me libró de perder el billete de avión, los traveller´s check, la visa y algún billete de cien dólares que llevaba escondidos en un bolsillo plano impermeable pegado a la cintura.

Desvalijados y después de sacar el árbol de la pista continuamos nuestro viaje encontrándonos unos cinco kilómetros mas adelante con una patrulla militar la cuál salió zumbando hacia el lugar del asalto, y cuando por fin llegamos a la ciudad de Trujillo, unas tres horas después, tuvimos que declarar todos los viajeros uno a uno en el cuartel de la policía en presencia de dos oficiales del ejército antes de poder salir para buscar alojamiento.

(*) Honduras al menos en aquella época parecía un pais de "cowboys", en el campo casi todos los hombres llevaban sombreros vaqueros y muchos de ellos pistola al cinto, según decían para poder defenderse de los muchos "bandoleros" que había en el país. En la Honduras del siglo XX siempre fué muy importante la presencia y el capital americano, primero con multinacionales como las "bananeras" United Fruit Company, Standard Fruit Company, etc., y luego, ya en la época de Ronald Reagan, con el "entre otros" apoyo económico y financiero a los gobiernos y fuerzas armadas del país, así como a los "contras" nicaraguenses, según dictaminó la Corte Internacional de Justicia en 1984.

(**) En aquella primavera del año 1987 las diferentes facciones de los "contras" bloqueadas en Honduras a lo largo del río Coco fronterizo entre ambos paises, por presiones de los americanos y del líder guerrillero Edén Pastora, estaban negociando unificarse para acabar con los grupos incontrolados que asaltaban, robaban y en algunas ocasiones violaban y mataban a campesinos a ambos lados de la frontera, pero principalmente para intentar acabar de una vez por todas con el legítimo gobierno sandinista de Nicaragua, consiguiendo conformar a finales de verano un "ejército" unificado de unos 17.000 "contras".

6 sept 2012

POR EL RIO SAN JUAN Y LA COSTA DE LOS MOSQUITOS (NICARAGUA)

En marzo de 1987 el delegado en Madrid de una agencia de viajes alternativos francesa al que había conocido en enero de ese mismo año en la etapa de descanso del rally Paris-Dakar 87 en Agadez (Niger), me contactó por si me interesaba llevar a primeros de abril un pequeño grupo de expedición de 6 jóvenes franceses con el objetivo principal de descender en canoa a motor el río San Juan fronterizo entre Nicaragua y Costa Rica, y remontar luego la caribeña "Costa de los Mosquitos" de Nicaragua hasta los Cayos Miskitos y la ciudad de Puerto Cabezas, ya cerca de la frontera con Honduras, una zona problemática debido a la todavía intermitente actividad de los "contras" (*) nicaraguenses en aquella época.

Nos reunimos en el aeropuerto de Madrid y volamos a Managua, la capital de la en aquellos tiempos Nicaragua sandinista, y después de una breve estancia de un día en la ciudad para visitar la plaza de la Revolución con la catedral de Santiago y el museo Nacional, así como el lago de Managua, salimos en un autobús local de esa peligrosa capital camino de la vieja ciudad colonial de Granada, la ciudad mas antigua del continente americano, fundada en 1524 por Francisco Fernández de Córdoba en la orilla norte del lago de Nicaragua. En Granada nos detuvimos también un día para visitar su plaza de la Independencia, la Catedral, el convento de San Francisco y la iglesia de la Merced, todo ello muy abandonado, tomando luego un viejo y herrumbroso ferry hacia la mas tranquila y relajante isla de Ometepe.

Ometepe es una preciosa isla en forma de "pecho femenino" localizada en el centro oeste del lago Nicaragua. En el centro del selvático "pecho" sur se eleva el volcán Maderas al cuál puedes ascender para contemplar, e incluso bañarte en la laguna formada en el interior de su cono. En el "pecho" norte, mucho mas arbolado y poblado, el mas alto, cónico y todavía activo volcán Concepción, así como Moyogalpa la primitiva capital de la isla. En el noreste está el mucho mas atractivo pueblo de Altagracia con su tranquila plaza central y su pequeño museo arqueológico, y a pocos kilómetros de allí, en medio de los dos "pechos", la larga y blanca playa de Santo Domingo con algunas pensiones y pequeños restaurantes, en la cuál te puedes bañar asumiendo el riesgo de que aparezca algún tiburón de agua dulce o un caimán siempre al acecho de las crias del ganado vacuno que los nativos llevan a pasear y beber a la playa.

Después de dos días en Ometepe tomamos de nuevo el herrumbroso ferry en dirección a la localidad de San Carlos situada en el extremo sudeste del lago Nicaragua, punto de partida para descender el río San Juan que hace frontera entre Nicaragua y Costa Rica hasta el mar Caribe. En San Carlos, un destartalado pueblo de calles estrechas, desastrados edificios de madera, pequeños restaurantes sobre pilotes a orillas del río, y un abandonado fuerte español de 1724, empleamos un día para contratar por 300 dólares una travesía por etapas hasta la ciudad de Bluefields, ya en la célebre "Costa de los Mosquitos" del Caribe nicaraguense, en una pasable "panga" (canoa con techo) de madera con un fueraborda Yamaha de 60 CV, con dos tripulantes (Ovidio León el patrón y Mateo el marinero), y con capacidad sobrada para todos nosotros y nuestras mochilas.

Una vez abastecidos de agua, víveres, combustible y mucho repelente local para los mosquitos emprendimos la navegación hacia el mar Caribe por el tranquilo río San Juan hacia el este, a favor de la corriente, rodeados de una muy espesa arboleda por ambos lados en la que con frecuencia veíamos monos, diversas aves multicolores y algún que otro caimán, hasta llegar a la localidad de El Castillo situada a unos cincuenta kilómetros río abajo, un pequeño puerto fluvial dominado por la rampa empedrada y los gruesos muros del castillo de la Inmaculada Concepción situado en el alto de una colina sobre el río. Fué construido por los españoles en 1675 para defenderse de los piratas, entre ellos el famoso Drake, los cuáles subían por el río para atacar la isla de Ometepe y la mismísima ciudad de Granada.

Después de pasar la noche en un hostal sobre pilotes a orillas del río emprendimos la navegación hacia la pequeña localidad de San Juan del Norte fundada por los españoles en 1539 y localizada ya en el mar Caribe, en la desembocadura del río San Juan. San Juan del Norte constituye el extremo sur de la llamada "Costa de los Mosquitos" y cómo las demás poblaciones de ésta costa caribeña está habitada en gran medida por criollos mezcla de los originarios indios "miskitos" (**) y esclavos negros escapados de la antigua Jamaica británica, por lo que en la zona es frecuente escuchar una mezcla de miskito, inglés y español. Desde San Juan visitamos las escasas ruinas del asentamiento inglés de Greytown, los restos de una draga con la que los americanos intentaron abrir un canal transoceanico a finales del siglo XIX, así como la cercana Laguna Azul en dónde tuvimos ocasión de ver tortugas y algún manatí.

Desde San Juan y con la mar tranquila zarpamos ya por la costa caribeña hacia el norte camino de la mítica ciudad de Bluefields, bordeando la reserva de Indio Maiz con una impresionante vegetación que llega hasta el mar, y luego, mas o menos a mitad de travesía, la barra de Punta Gorda en cuya pequeña aldea nos detuvimos a comer marisco, continuando luego bordeando la reserva de Cerro Silva para detenernos de nuevo en la profunda y muy bonita bahía y playa de Monkey Point para bañarnos antes de virar el cabo y mas al norte la isla del Venado para entrar en la laguna de Bluefields, una ciudad fundada en 1602 por el pirata holandés Abraham Blauvelt en la desembocadora del rio Escondido siendo hoy el principal puerto del Caribe nicaraguense, poblado fundamentalmente por "criollos", "miskitos", "rama" y "garifuna" (***).

En Bluefields nos detuvimos dos días para visitar esa atractiva ciudad costera (sin enlace entonces por carretera con el resto del país, y la cuál un año después de nuestra visita fué practicamente destruida por el huracán Joan), con su calle principal de coloridas casas de madera que desemboca en el agradable parque de los Reyes, su blanca y esbelta iglesia de Moravia con sus puntiagudos techos de color rojo, su activo mercado municipal y su puerto pesquero, no teniendo necesidad de contratar allí una nueva "panga" (Ovidio se nos ofreció de nuevo) para llevarnos con escalas programadas hasta la mas al norte ciudad de Puerto Cabezas, utilizándola antes para visitar varios interesantes enclaves en la laguna de Bluefields como la pequeña isla de Rama Key con sus dos colinas entrelazadas por manglares y habitada por los pescadores "rama" (**), así como la cercana y paradisíaca playa de Bluff.

Zarpamos de Bluefields hacia el norte en busca de la Laguna de Perlas, llegando a tiempo para comer y alojarnos antes de visitar los cercanos poblados "miskitos" de Raitipura y Awas. En Laguna de Perlas, un pequeño y tranquilo pueblo habitado sobre todo por "criollos" pero sin demasiado interés permanecimos sólo un día zarpando a la mañana siguiente hacia el alegre y acogedor Orinoco, el principal poblado "garifuna" de la zona, para luego continuar siempre hacia el norte hasta la segunda ciudad de la "Costa de los Mosquitos" nicaraguense, Puerto Cabezas, una peligrosa ciudad con sus calles de tierra tomadas por los militares sandinistas en aquellos tiempos, situada sobre un promontorio, y que cuenta con un larguísimo muelle de madera sobre pilotes que se adentra casi dos kilómetros en el mar. En Puerto Cabezas no había mucho que ver, así que a la mañana siguiente zarpamos hacia los Cayos Miskitos localizados en pleno mar Caribe, a unas 25 millas de la costa en dirección noreste.

Los famosos Cayos Miskitos nicaraguenses, un conjunto de mas de setenta pequeñas isletas, algunas de ellas habitadas por indios "miskitos" con sus piraguas y sus chozas cuadrangulares ancladas sobre pilotes a poca profundidad en el mar, otras que son simples rocas o manglares, y muchas otras con resplandecientes y solitarias playas de arena blanca y cálidas aguas de color azul turquesa con fondos coralinos y peces multicolores, ideales para el baño y el buceo con unas simples gafas y tubo. En una de esas solitarias y paradisíacas isletas pasamos bajo las palmeras la primera noche, dedicando el siguiente día a recorrer con calma todos los cayos que pudimos viendo juguetones delfines, tortugas carey y multitud de aves palmípedas, y ya al caer la tarde cenando pescado y marisco en la choza de un acogedor indio "miskito", el cuál nos ofreció además otra choza vacía para dormir sobre el mar.

Fascinados por lo que en los dos últimos días habíamos visto y vivido en los cayos regresamos a Puerto Cabezas para dormir allí, despedirnos con pena de Ovidio y Mateo, y tomar a la mañana siguiente un desvencijado y muy lento autobús que a través de una impresionante vegetación y por una intransitable y polvorienta pista plagada de controles militares después de todo un día en dirección oeste nos llevó hasta Rosita, un pequeño y peligroso pueblo minero de oro en el cuál a la mayoría de los hombres se les permitía ir armados con el único requisito de ocultar sus pistolas debajo de sus camisas. En Rosita, también bajo férreo control militar, cenamos y nos alojamos en un hotel de mala muerte, y a la mañana siguiente tomamos otro autobús al principio por la misma desastrada pista que en dirección sudoeste, y empleando de nuevo todo el día, nos condujo hasta la ciudad de Matagalpa.

Matagalpa, la llamada "perla del norte", es una activa y montañosa ciudad conocida por sus plantaciones de café y cacao, ya relativamente cerca de Managua, y allí nos detuvimos un día para recorrer su calle principal, el parque Morazán y su bonita y blanca Catedral, no sin antes visitar en sus cercanías la bonita cascada del río Santa Emilia y alguna plantación de café y cacao. Al día siguiente, a primera hora, y ya por carretera asfaltada, recorrimos los ciento treinta kilómetros que nos separaban de Managua, la capital del pais, dedicando el día, luego de alojarnos, a confirmar el vuelo de regreso a Francia vía Madrid del grupo, solicitando por mi parte a la compañía Iberia un mes mas de permanencia cosa que me concedieron sin problemas porque tenían lista de espera para ese vuelo. Preparamos los equipajes, y al día siguiente me despedí en el aeropuerto de los 6 agradables y colaboradores jóvenes franceses agradeciéndome ellos el trabajo realizado, pagándome lo que todavía faltaba, y quedando en avisarme para otras futuras expediciones, cosa que hicieron pocos años después.

(*) La Nicaragua de 1987 tenía como presidente legítimo al sandinista Daniel Ortega. En enero de ese mismo año había sido promulgada la novena Constitución del país, contemplando un gobierno democrático basado en la separación de poderes, y ya en el año anterior el Sr. Daniel Ortega, todavía con alguna actividad de los "contras" y en pleno período de bloqueo y escasez económica, con una población empobrecida y en ocasiones carente de productos básicos había otorgado a los indios "miskitos" la autonomía de su región.

(**) Los indios "miskitos", una raza caribeña de origen "chibcha" mayoritaria en toda la "Costa de los Mosquitos" de Nicaragua y Honduras, hablan su propio idioma además del español, la mayoría son cristianos, su actividad principal es la pesca, la caza y la recolección de frutos, y tuvieron su propio reino hasta finales del siglo XIX. Los indios "rama", localizados en los alrededores de los torrentes, ríos y lagunas selváticas de toda esa zona, son también de origen "chibcha" y fueron en tiempos esclavizados por los "miskitos".

(***) Los "garifuna", también conocidos como "caribes negros" por ser mezcla de los originarios indios "caribes" y esclavos negros deportados de la isla de San Vicente hacia la isla de Roatán se establecieron en algunos lugares de las costas de Belice, Guatemala, Honduras y Nicaragua, conservan su propio idioma mezcla de dialectos africanos, caribeños y francés, y se dedican fundamentalmente a la caza y a la pesca.