11 jul 2012

NOS PERSIGUE HASTA LA "TIERRA DE NADIE" LA POLICIA DE MALI



Fué a principios de febrero de 1987 cuando regresabamos a España seis personas con nuestro Land Rover 2000 una vez finalizado el seguimiento del rally Paris-Dakar 87. Salimos de Dakar (Senegal) y vía Tambacounda nos dirigimos a Gao (Malí) pasando por Kayes, Bamako y Moptí. En Gao, la capital de la dinastía Askia (*) del antiguo gran imperio Songhai, situada a orillas del río Níger, actual capital política del muy reciente y todavía no reconocido por ningún país estado independiente "tuareg" llamado Azawad, nos aprovisionamos de víveres, agua y combustible e hicimos una completa revisión de nuestro vehículo antes de afrontar las pistas del extremo norte del sahel de Malí bordeando el macizo montañoso del Adrar de los Iforas, adentrándonos cada vez mas en el territorio de los "tamashek", los llamados tuareg negros.


Después de pasar por los pequeños poblados de Anefis y Aguelhok llegamos al pueblo de Tessalit situado a unos 520 kilómetros al norte de Gao, depositando nuestros pasaportes en la policía para que nos sellasen la salida de Malí mientras nos dirígiamos a una cantina cercana para descansar un par de horas, refrescarnos y comer algo. Ya listos para partir de nuevo paramos nuestro Land Rover delante del puesto de la policía fronteriza apareciendo un cabo con nuestros pasaportes sellados en la mano diciéndome que bajase del coche, así lo hago, me separa un poco del vehículo, y me pide 300 dólares para entregarme los pasaportes, empezamos a discutir por las buenas, luego por las malas, pero el policía no cedía en su chantaje y cuándo vió que no estaba dispuesto a darle los 300 dólares comenzó a caminar hacia su oficina, pegué un salto, le arrebaté los pasaportes de la mano, y mientras le gritaba a Chema (nuestro conductor) que arrancase me subí en marcha al Land Rover y salimos de allí escopetados.


El cabo no debió de tardar en reaccionar porque un par de horas después en un alto en el camino un tuareg nos alertó de que venían dos vehículos policiales detrás nuestro, la frontera con Argelia estaba todavía a mas de 60 kilómetros y salimos de nuevo pitando con los policías malienses en los talones, consiguiendo despistarlos ya en la "tierra de nadie" circundando una cadena de traicioneras dunas de arena que nos separaban de la frontera con Argelia y del puesto fronterizo de Bordj Mokhtar, ya en el lado argelino, en dónde despachamos sin problemas nuestra entrada en el país, descansamos allí un día, revisamos nuestro vehículo y nos aprovisionamos de nuevo de agua y combustible antes de emprender siempre hacia el norte la travesía del temido desierto del Tanezrouft (**) (la llamada "tierra vacía"), mas de 640 kilómetros de pistas en dónde no hay absolutamente nada a tu alrededor, ni gente, ni agua, ni gasolina, sólo una inmensa planicie de arena y grava y las ruinas de unos antiguos puestos avanzados de la legión extranjera francesa llamados Bidón V y Weygand.


Cruzado rapidamente y sin mayores problemas el desierto del Tenezrouft llegamos hasta el insulso pueblo de Reggane en dónde tomamos combustible, continuando luego ya por carretera asfaltada hasta la agradable ciudad de Adrar, y unos 400 kilómetros mas adelante a los preciosos pueblos fortificados bereberes de Beni-Abbés y Taghit bordeando por el oeste las grandes dunas del Gran Erg Occidental, para adentrarnos luego en el macizo montañoso del Atlas argelino por la ciudad de Bechar y cruzando luego la frontera con Marruecos por la pequeña localidad de Figuig camino de Oujda, Nador y Melilla (España), en dónde tomamos un ferry para Almería, llegando al cabo de unas tres semanas de viaje a Madrid.


(*) La dinastía Askia controlaba las caravanas de la sal desde Taoudeni al Mediterráneo a través del Sáhara, y llevó al imperio Songhai a su máximo esplendor. En Gao todavía se puede ver la tumba piramidal de adobe y madera de mas de 17 metros de alto del emperador Mohamed I el Grande construida a finales del siglo XV, declarada Patrimonio de la Humanidad en peligro.


(**) El temido desierto del Tanezrouft es conocido como la "tierra vacía" ó la "tierra de la sed" porque allí no hay absolutamente nada. Siglos atrás era evitado por las caravanas de camellos que trasportaban la muy apreciada y costosa sal desde las minas de Taoudeni hasta el mar Mediterráneo. Todavía en el pasado siglo se encontraron en él los restos momificados de una caravana de mas de 1800 camellos y unos 1500 "tuareg" y esclavos "bellah".