A principios de 1998 conseguí a muy buen precio un vuelo ida y vuelta de Londres a Chennai (la antigua Madrás, en el sureste de la India) válido por dos meses. Después de alojarme en un económico hostal y mientras indagaba la manera de llegar a las islas de Andamán y Nicobar (*) sin tener que desembolsar mucho dinero me dediqué a recorrer primero la ciudad de Chennai, la capital de Tamil Nadú, fundada por los portugueses y mas tarde colonizada por los ingleses, visitando como no el antiguo fuerte de St. George, la iglesia de Santa María, la catedral de Sam Thom, los templos de Kapaleswar y de Sri Parthasarathy, la playa de Marina Beach que es según dicen "la segunda playa mas larga del mundo"? con su vistoso palacio Chetpauk, etc.
Después de comprar un billete de litera en el viejo ferry de Chennai a Port Blair (la capital de las islas Andamán y Nicobar) para la siguiente semana, tomé un autobús hacia el interior para visitar en "rickshaws" la ciudad sagrada de Kanchipuram con sus famosos "mil" templos entre los que destacan el de Ekambareswarar dedicado a la diosa Shiva, y el de Kamakshi Ammán dedicado a Parvati, regresando luego en autobuses locales hacia la costa bordeando el río Palar camino de la ciudad "dravidiana" de Mahabalipuram con sus también famosos templos Shore dedicado a Shiva y Vishnu y su templo en la roca Mahisasuramardini, remontando luego por la costa en busca del mucho mas tranquilo pueblo costero de Covelong situado a pocos kilómetros al sur de Chennai con su bonita playa para pasar allí una relajante jornada antes de tomar al atardecer del día siguiente, bien provisto de provisiones, el ferry hacia Port Blair.
Menudo ferry !, un buque desvencijado y abarrotado, sucio, maloliente y bochornoso en el que pasé 3 noches y 3 días agobiantes sin poder dormir en mi litera por el calor y la humedad que había, al menos de noche en la cubierta conseguías respirar un poco a pesar de la calma chicha total, y así, abotargado y aburrido llegué por fin a Port Blair la capital de las islas Andamán y Nicobar, una pequeña ciudad fundada por los ingleses como colonia penitenciaria y que hoy cuenta con puerto, aeropuerto, y unos cien mil habitantes la mayoría hindúes emigrados del continente. En el centro de la ciudad rodeado de colinas se encuentra el activo Aberdeen Bazar que abastece a toda la región, y en su empinada calle principal todo son hostales, tiendas, pequeños restaurantes, cafés y pastelerías, y amén de su pequeño pero interesante Museo Antropológico poco hay que hacer como no sea alguna excursión en lancha a los cercanos islotes de North Bay, Viper (la antigua isla presidio) y Ross.
Después de un par de días en Port Blair tomé un pequeño ferry hacia la pequeña y paradisíaca isla de Neil alojándome en una cabaña con ventilador y mosquitera en la playa de Sunset Point en dónde pasé dos días bañándome y buceando con gafas y tubo (no hay mucha profundidad) en busca de los raros "manaties hugones" sin conseguir ver ninguno. Desde Neil tomé de nuevo el pequeño ferry hacia la isla de Havelock, la mas "turística" de las islas Andamán que al menos contaba con un precario internet, alquiler de bicicletas y ciclomotores, y alojamiento en cabañas y bungalows algunos de buena calidad.
Havelock tiene unos 100 kilómetros cuadrados y todas sus localidades y playas están numeradas y enlazadas por un desvencijado autobús que recorre las dos únicas estrechas carreteras que confluyen en la llamada nº 3, Govind Nagar, el principal pueblo en el centro de la isla, en cuyas proximidades conseguí un alojamiento económico y en dónde alquilé un ciclomotor para recorrer tranquilamente en los siguientes días todos los rincones de esa maravillosa isla bañándome y buceando en las playas de Radhanagar, la mas bonita de la isla con una preciosa puesta de sol, Elephant Beach la mejor para bucear junto con los arrecifes del Faro, la bonita playa nº 5 en dónde se concentra el mayor número de alojamientos de la isla, etc.
Estaba en un chiringuito de la playa nº 1 (la playa del embarcadero de Havelock) tomando entre baño y baño una cerveza mientras pensaba en ir regresando ya a Port Blair para indagar algún vuelo barato a algún lugar de la India (quería evitar regresar de nuevo a Chennai en el lento y desastrado ferry y desde Port Blair no había vuelos internacionales) cuando veo desembarcar en una zodiac a una pareja inglesa de mediana edad que se sienta en la mesa de al lado en la terraza del chiringuito. Comenzamos mal que bien a charlar en francés (mi inglés era malo), nos presentamos, me dicen que vienen en su velero desde Calcuta en dónde llevaban algunos años trabajando y que se dirigen a la isla de Phuket, en Thailandia, para ver de montar allí algún negocio. Enseguida me vino la idea y al cabo de un rato, después de contarles por encima mis singladuras con el "Vagamundo" les pregunto si podría acompañarles, hablan entre ellos y me dicen que lo van a pensar, que vuelva al día siguiente a media mañana.
Así lo hago y cuando me ven en el chiringuito desembarca James en la zodiac y me dice que le acompañe a ver el barco (un viejo motovelero ketch Narwik 35), que tienen espacio de sobra y que podría venirles bien un tripulante para ayudarles en las maniobras y en las guardias nocturnas en caso de torcerse el tiempo. James y Linda me enseñan el barco y me dicen que regrese por la tarde con mi equipaje. Después de despachar con la policía del puerto levamos ancla al atardecer poniendo rumbo sureste en dirección a las pequeñas islas thailandesas de Ko Surin (**), según me dicen un verdadero paraiso para el buceo al que ambos son aficionados. La travesía de unas 380 millas bajo un cielo estrellado, viento de través, mar llevadera y con el desayuno garantizado con la gran cantidad de peces voladores que caían sobre cubierta resultó verdaderamente placentera, y ya anocheciendo el tercer día fondeamos delante de la oficina del Parque Nacional para despachar a la mañana siguiente nuestra llegada.
En las islas Surin pasamos tres maravillosos días visitando el poblado "moken" (**) de Mu Ban Chao con sus piraguas y sus chozas sobre pilotes, bañándonos en Hat Mai Ngan y en muchas otras de sus playas, y buceando entre otros en los maravillosos fondos de coral de Richelieu Rock a unas 10 millas al este, considerado por los expertos uno de los diez mejores del mundo, así como en el canal entre Ko Surin Tai y la pequeña isla sureña de Ko Khai desde donde un anochecer partimos ya hacia el sur en busca de las escarpadas y graníticas islas de Similán, fondeando ya amaneciendo en la isla de Ko Miang, la segunda en tamaño de las nueve islas, al objeto de despachar nuestra entrada en el parque nacional. En las rocosas Similán pasamos un par de días bañándonos en sus maravillosas calas de arena finísima y blanca como la nieve y buceando en sus también maravillosos fondos de coral del Este del Edén y de la Roca del Elefante, antes de partir de nuevo al anochecer hacia Phuket, nuestro destino final.
Hasta entonces las condiciones metereológicas habían sido muy buenas para la navegación, pero las 90 millas que nos separaban de Phuket se nos hicieron eternas, comenzó a levantarse un fuerte viento del sur, a encresparse la mar, y no tuvimos mas remedio que arriar velas excepto la mayor con dos rizos y poner motor peleando con la mar durante mas de 30 horas hasta conseguir refugiarnos ya de madrugada en la protegida bahía de Patong, en el suroeste de la isla, bajando en la zodiac a su famosa playa después de dormir, derrengados, unas cuantas horas. Al día siguiente ya con la mar en calma bordeamos el sur de la isla para dirigirnos a Chalong Bay para despachar allí los trámites de aduana e inmigración.
En Chalong Bay me despedí de James y Linda deseándoles suerte en su nueva vida, y me fuí con mi mochila hasta la fea y sucia Phuket para obtener información del país y de las posibilidades de regresar a Chennai (Madrás) al ir agotándose el tiempo disponible, encontrándome con que la mejor y casi única opción era en avión desde Bangkok por lo qué, después de comprar un billete de avión y de visitar al norte de Phuket otro pequeño poblado de "moken" (gitanos del mar) me dirigí en autobús hacia la ciudad de Phang Nga para visitar desde allí en piragua a motor bordeando tupidos manglares sus altísimos acantilados rocosos plagados de cuevas, el poblado musulmán de Ko Panyee con sus casas de madera sobre pilotes, así como el famoso islote rocoso de Ko Ta Pu mas conocido como "la isla de James Bond".
De vuelta a Phang Nga tomé otro autobús a Surat Thani, ya en el golfo de Thailandia, ciudad sin ningun interés a excepción de sus puestos de comida y carritos callejeros en los que puedes comer casi de todo, incluidas cucarachas, grillos y gusanos fritos, y desde allí un tren nocturno que después de un largo recorrido me llevó hasta la turística ciudad balneario de Hua Hin con sus hermosas playas y sus pequeños alojamientos y restaurante de marisco sobre pilotes al borde del mar. Desde Hua Hin tomé otro tren hacia la ya cercana y polucionada Bangkok, la capital del país que ya conocía desde hacía muchos años, alojándome en el ajetreado barrio de Sukhumvit y visitando de nuevo el Grand Palace, el templo del Buda Esmeralda, el Wat Pho, etc. antes de tomar el avión para Chennai (Madrás) y regresar desde allí via Londres a España desde dónde envié algunos datos sobre las islas a la editorial de guias de viajes alternativos con la que sigo colaborando esporadicamente desde entonces.
(*) Las islas Andamán y Nicobar aunque pertenecen a la India están situadas en el Golfo de Bengala mas cerca de Myanmar (Birmania) y de Thailandia y localizadas en la cadena montañosa submarina que desciende desde Myanmar hasta Sumatra (Malasia). Algunas zonas e islas de las Andamán están abiertas a los turistas mediante un rutinario permiso que se obtiene en Port Blair, pero las Nicobar, en dónde se concentra el mayor número de razas primitivas de la zona están totalmente prohibidas a los viajeros.
(**) El archipiélago de Ko Surin localizado en el mar de Andamán a unas 30 millas de la costa de Thailandia está formado por cinco islas siendo las dos mas grandes Ko Surin Nua y Ko Surin Tai, al igual que las Similan es uno de los emblemáticos parques naturales marinos de Thailandia y un verdadero paraiso para el buceo. Las islas están habitadas por los famosos "moken" (gitanos del mar) que al igual que en otro poblado al norte de la ciudad de Phuket se libraron del tsunami del año 2004 al escapar colinas arriba alertados por sus perros.
Después de comprar un billete de litera en el viejo ferry de Chennai a Port Blair (la capital de las islas Andamán y Nicobar) para la siguiente semana, tomé un autobús hacia el interior para visitar en "rickshaws" la ciudad sagrada de Kanchipuram con sus famosos "mil" templos entre los que destacan el de Ekambareswarar dedicado a la diosa Shiva, y el de Kamakshi Ammán dedicado a Parvati, regresando luego en autobuses locales hacia la costa bordeando el río Palar camino de la ciudad "dravidiana" de Mahabalipuram con sus también famosos templos Shore dedicado a Shiva y Vishnu y su templo en la roca Mahisasuramardini, remontando luego por la costa en busca del mucho mas tranquilo pueblo costero de Covelong situado a pocos kilómetros al sur de Chennai con su bonita playa para pasar allí una relajante jornada antes de tomar al atardecer del día siguiente, bien provisto de provisiones, el ferry hacia Port Blair.
Menudo ferry !, un buque desvencijado y abarrotado, sucio, maloliente y bochornoso en el que pasé 3 noches y 3 días agobiantes sin poder dormir en mi litera por el calor y la humedad que había, al menos de noche en la cubierta conseguías respirar un poco a pesar de la calma chicha total, y así, abotargado y aburrido llegué por fin a Port Blair la capital de las islas Andamán y Nicobar, una pequeña ciudad fundada por los ingleses como colonia penitenciaria y que hoy cuenta con puerto, aeropuerto, y unos cien mil habitantes la mayoría hindúes emigrados del continente. En el centro de la ciudad rodeado de colinas se encuentra el activo Aberdeen Bazar que abastece a toda la región, y en su empinada calle principal todo son hostales, tiendas, pequeños restaurantes, cafés y pastelerías, y amén de su pequeño pero interesante Museo Antropológico poco hay que hacer como no sea alguna excursión en lancha a los cercanos islotes de North Bay, Viper (la antigua isla presidio) y Ross.
Después de un par de días en Port Blair tomé un pequeño ferry hacia la pequeña y paradisíaca isla de Neil alojándome en una cabaña con ventilador y mosquitera en la playa de Sunset Point en dónde pasé dos días bañándome y buceando con gafas y tubo (no hay mucha profundidad) en busca de los raros "manaties hugones" sin conseguir ver ninguno. Desde Neil tomé de nuevo el pequeño ferry hacia la isla de Havelock, la mas "turística" de las islas Andamán que al menos contaba con un precario internet, alquiler de bicicletas y ciclomotores, y alojamiento en cabañas y bungalows algunos de buena calidad.
Havelock tiene unos 100 kilómetros cuadrados y todas sus localidades y playas están numeradas y enlazadas por un desvencijado autobús que recorre las dos únicas estrechas carreteras que confluyen en la llamada nº 3, Govind Nagar, el principal pueblo en el centro de la isla, en cuyas proximidades conseguí un alojamiento económico y en dónde alquilé un ciclomotor para recorrer tranquilamente en los siguientes días todos los rincones de esa maravillosa isla bañándome y buceando en las playas de Radhanagar, la mas bonita de la isla con una preciosa puesta de sol, Elephant Beach la mejor para bucear junto con los arrecifes del Faro, la bonita playa nº 5 en dónde se concentra el mayor número de alojamientos de la isla, etc.
Estaba en un chiringuito de la playa nº 1 (la playa del embarcadero de Havelock) tomando entre baño y baño una cerveza mientras pensaba en ir regresando ya a Port Blair para indagar algún vuelo barato a algún lugar de la India (quería evitar regresar de nuevo a Chennai en el lento y desastrado ferry y desde Port Blair no había vuelos internacionales) cuando veo desembarcar en una zodiac a una pareja inglesa de mediana edad que se sienta en la mesa de al lado en la terraza del chiringuito. Comenzamos mal que bien a charlar en francés (mi inglés era malo), nos presentamos, me dicen que vienen en su velero desde Calcuta en dónde llevaban algunos años trabajando y que se dirigen a la isla de Phuket, en Thailandia, para ver de montar allí algún negocio. Enseguida me vino la idea y al cabo de un rato, después de contarles por encima mis singladuras con el "Vagamundo" les pregunto si podría acompañarles, hablan entre ellos y me dicen que lo van a pensar, que vuelva al día siguiente a media mañana.
Así lo hago y cuando me ven en el chiringuito desembarca James en la zodiac y me dice que le acompañe a ver el barco (un viejo motovelero ketch Narwik 35), que tienen espacio de sobra y que podría venirles bien un tripulante para ayudarles en las maniobras y en las guardias nocturnas en caso de torcerse el tiempo. James y Linda me enseñan el barco y me dicen que regrese por la tarde con mi equipaje. Después de despachar con la policía del puerto levamos ancla al atardecer poniendo rumbo sureste en dirección a las pequeñas islas thailandesas de Ko Surin (**), según me dicen un verdadero paraiso para el buceo al que ambos son aficionados. La travesía de unas 380 millas bajo un cielo estrellado, viento de través, mar llevadera y con el desayuno garantizado con la gran cantidad de peces voladores que caían sobre cubierta resultó verdaderamente placentera, y ya anocheciendo el tercer día fondeamos delante de la oficina del Parque Nacional para despachar a la mañana siguiente nuestra llegada.
En las islas Surin pasamos tres maravillosos días visitando el poblado "moken" (**) de Mu Ban Chao con sus piraguas y sus chozas sobre pilotes, bañándonos en Hat Mai Ngan y en muchas otras de sus playas, y buceando entre otros en los maravillosos fondos de coral de Richelieu Rock a unas 10 millas al este, considerado por los expertos uno de los diez mejores del mundo, así como en el canal entre Ko Surin Tai y la pequeña isla sureña de Ko Khai desde donde un anochecer partimos ya hacia el sur en busca de las escarpadas y graníticas islas de Similán, fondeando ya amaneciendo en la isla de Ko Miang, la segunda en tamaño de las nueve islas, al objeto de despachar nuestra entrada en el parque nacional. En las rocosas Similán pasamos un par de días bañándonos en sus maravillosas calas de arena finísima y blanca como la nieve y buceando en sus también maravillosos fondos de coral del Este del Edén y de la Roca del Elefante, antes de partir de nuevo al anochecer hacia Phuket, nuestro destino final.
Hasta entonces las condiciones metereológicas habían sido muy buenas para la navegación, pero las 90 millas que nos separaban de Phuket se nos hicieron eternas, comenzó a levantarse un fuerte viento del sur, a encresparse la mar, y no tuvimos mas remedio que arriar velas excepto la mayor con dos rizos y poner motor peleando con la mar durante mas de 30 horas hasta conseguir refugiarnos ya de madrugada en la protegida bahía de Patong, en el suroeste de la isla, bajando en la zodiac a su famosa playa después de dormir, derrengados, unas cuantas horas. Al día siguiente ya con la mar en calma bordeamos el sur de la isla para dirigirnos a Chalong Bay para despachar allí los trámites de aduana e inmigración.
En Chalong Bay me despedí de James y Linda deseándoles suerte en su nueva vida, y me fuí con mi mochila hasta la fea y sucia Phuket para obtener información del país y de las posibilidades de regresar a Chennai (Madrás) al ir agotándose el tiempo disponible, encontrándome con que la mejor y casi única opción era en avión desde Bangkok por lo qué, después de comprar un billete de avión y de visitar al norte de Phuket otro pequeño poblado de "moken" (gitanos del mar) me dirigí en autobús hacia la ciudad de Phang Nga para visitar desde allí en piragua a motor bordeando tupidos manglares sus altísimos acantilados rocosos plagados de cuevas, el poblado musulmán de Ko Panyee con sus casas de madera sobre pilotes, así como el famoso islote rocoso de Ko Ta Pu mas conocido como "la isla de James Bond".
De vuelta a Phang Nga tomé otro autobús a Surat Thani, ya en el golfo de Thailandia, ciudad sin ningun interés a excepción de sus puestos de comida y carritos callejeros en los que puedes comer casi de todo, incluidas cucarachas, grillos y gusanos fritos, y desde allí un tren nocturno que después de un largo recorrido me llevó hasta la turística ciudad balneario de Hua Hin con sus hermosas playas y sus pequeños alojamientos y restaurante de marisco sobre pilotes al borde del mar. Desde Hua Hin tomé otro tren hacia la ya cercana y polucionada Bangkok, la capital del país que ya conocía desde hacía muchos años, alojándome en el ajetreado barrio de Sukhumvit y visitando de nuevo el Grand Palace, el templo del Buda Esmeralda, el Wat Pho, etc. antes de tomar el avión para Chennai (Madrás) y regresar desde allí via Londres a España desde dónde envié algunos datos sobre las islas a la editorial de guias de viajes alternativos con la que sigo colaborando esporadicamente desde entonces.
(*) Las islas Andamán y Nicobar aunque pertenecen a la India están situadas en el Golfo de Bengala mas cerca de Myanmar (Birmania) y de Thailandia y localizadas en la cadena montañosa submarina que desciende desde Myanmar hasta Sumatra (Malasia). Algunas zonas e islas de las Andamán están abiertas a los turistas mediante un rutinario permiso que se obtiene en Port Blair, pero las Nicobar, en dónde se concentra el mayor número de razas primitivas de la zona están totalmente prohibidas a los viajeros.
(**) El archipiélago de Ko Surin localizado en el mar de Andamán a unas 30 millas de la costa de Thailandia está formado por cinco islas siendo las dos mas grandes Ko Surin Nua y Ko Surin Tai, al igual que las Similan es uno de los emblemáticos parques naturales marinos de Thailandia y un verdadero paraiso para el buceo. Las islas están habitadas por los famosos "moken" (gitanos del mar) que al igual que en otro poblado al norte de la ciudad de Phuket se libraron del tsunami del año 2004 al escapar colinas arriba alertados por sus perros.