ME ROBAN A PUNTA DE CUCHILLO EN ANTIGUA (GUATEMALA)
En el verano de 1991 me encontraba trabajando en Cancún (México) como corresponsal turístico de una importante mayorista de viajes española, la cuál, una vez finalizado el agobio del verano (En aquellos tiempos agosto era conocido en todo el mundo como "el mes de los españoles") me ofreció la posibilidad de hacer un viaje de prospección por Yucatán (México), Guatemala, norte de Honduras y Belice con la finalidad de diseñar posteriormente un completo programa de viaje de unas tres semanas de duración por todo el antiguo gran imperio Maya.
Dejando atrás el conocido complejo arqueológico de Chichén Itzá con su grandiosa pirámide de Kukulkán, su gran Juego de la Pelota, su Cenote Sagrado, etc., así cómo la alegre ciudad de Mérida con su ambiente pueblerino me dirigí al suroeste en busca del conjunto arqueológico de Uxmal (uno de los tres mas importantes del antiguo imperio Maya junto con Chichén Itzá y Tikal en Guatemala) con su impresionante pirámide del Hechicero, su cuadrángulo de las Monjas, el palacio del Gobernador, la casa de las Palomas, etc., continuando luego hacia la costa camino de la ciudad de Campeche con su bonita plaza de San Francisco y su Catedral.
Desde Campeche en dirección suroeste me dirigí siempre en autobuses locales hacia la pequeña localidad de Palenque, situada en el estado de Chiapas (*), en dónde me detuve para visitar su antigua y preciosa ciudad Maya muy bien conservada con sus templos de las Inscripciones, del Sol y de la Cruz, su Palacio, su Acueducto, etc., así cómo las cercanas cascadas de Misol-Ha en dónde me bañé y pasé una noche antes de regresar a Palenque en busca de una plaza en una camioneta para llegar por una dificultosa pista en dirección sur hasta el lejano río Usumacinta que hace frontera con Guatemala y visitar allí, en plena sierra de los indios "Lacandones", las ruinas mayas de Yaxchilán y Bonampak con su famoso templo de los Murales.
De regreso a Palenque tomé una ascendente carretera en dirección a Ocosingo parando en el camino para visitar las bonitas cascadas del Agua Azul rodeadas de una exuberante vegetación. En Ocosingo, pueblo montañés sin ningún interés pasé la noche, continuando luego hasta la preciosa ciudad colonial de San Cristóbal de las Casas fundada por los españoles en 1528 alojándome allí un par de días para visitar la ciudad con su colorida Catedral, la Iglesia de la Merced y el museo del Ambar, el templo de San Francisco, la Alameda, el mercado de Dulces y Artesanía, etc., así como el cercano pueblo indígena de los curiosos indios "Tzotziles" (**) de San Juan Chamula con su iglesia de San Juan Bautista con centenares de velas de colores, su olor a mirra y copal, sus huevos frescos "para limpiar el cuerpo de malos espíritus", y sus gallinas de ofrenda destinadas al sacrificio.
Desde San Cristóbal me dirigí hacia el sur via Comitán para cruzar la frontera con Guatemala y llegar a la ciudad de Huehetenango fundada por Gonzalo de Alvarado en 1524 y situada ya en la montañosa región de los mayas "Quichés" (***) los cuáles todavía conservan su lengua original, visitando en sus cercanías el conjunto arqueológico de Zaculeu, la capital del antiguo reino maya "Mam" con sus plazas y templos piramidales, continuando luego hacia Quezaltenango, la segunda ciudad del país sin demasiado interés, después hacia Chichicastenango con su mercado el mas activo y colorido de todo Guatemala, y luego hacia la pequeña localidad turística de Panajachel, a orillas del maravilloso lago Atitlán.
En Panajachel me detuve un par de días para recorrer en piraguas el bonito lago Atitlán, el mas profundo de Centroamérica, en el cuál se refleja la cumbre del majestuoso volcán del mismo nombre, el mayor de los tres que lo rodean junto con el llamado Cerro de Oro, y visitar algunos de los pequeños poblados de sus orillas, entre ellos Santiago de Atitlán con la representación de su "espíritu" Mashimón muy reverenciado por los nativos, así como los agradables y tranquilos San Pedro y Santa Cruz de la Laguna. Desde Panajachel me dirigí hacia la lánguida y hermosa ciudad colonial de Antigua (antes Santiago de los Caballeros y la primera capital del reino de Guatemala), zona de frecuentes y destructivos terremotos pero que conserva en sus edificios y monumentos lo mejor de la arquitectura renacentista y barroca de toda Latinoamérica.
En Antigua tuve la vivencia mas peligrosa y desagradable de todo el viaje, regresaba ya de noche después de cenar a mi hostal situado en una callejuela de su centro histórico cuando se me acerca un nativo y ya a mi altura saca de debajo del poncho un gran cuchillo diciéndome tranquilamente que le entregase mi chaleco y vaciase los bolsillos del pantalón, miro hacia atrás y veo a otro nativo apoyado en la esquina del callejón, así que le entrego el chaleco y todo el dinero que llevaba encima, ya con el botín echa a correr y desaparece con su compañero, menos mal que había dejado mi pasaporte y la tarjeta de crédito en la caja del hostal al no haber podido cerrar la puerta de mi habitación con el candado que siempre llevo encima !
Desde Antigua me fuí ya hacia Guatemala, la peligrosa capital del país, al objeto de visitar la ciudad, contactar con alguna de las principales agencias de viajes receptivas del país, y reponer fondos para continuar luego hacia el este en busca de las ruinas mayas, razas, poblaciones y paisajes del norte de Honduras, norte de Guatemala, Belice y el este de Yucatán.
(*) Tan sólo tres años mas tarde, en 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) encabezado por el célebre y siempre enmascarado comandante Marcos se levantó en armas en el estado de Chiapas reivindicando los derechos de todos los pueblos indígenas de México, llegando a tomar entre otros San Cristóbal de las Casas y Ocosingo en dónde se libró la mas sangrienta batalla de todo el conflicto.
(**) Los curiosos indios "Tzotziles" localizados en el alto Chiapas son agricultores y muebleros, los hombres visten pantalón corto y camisas hasta las rodillas con fajas rojas y sombreros de pico, y las mujeres "huipiles" cortos, faldas largas de color azul ó rojo y chales atados en los que llevan a sus hijos. Aunque son católicos entremezclan la religión con sus propios "chamanes" y ritos ancestrales.
(***) Los mayas "Quichés" asentados en el noroeste de Guatemala son los que mejor conservan la lengua, costumbres y cultura Maya, son agricultores y expertos tejedores y entremezclan también el culto católico con sus ancestrales ritos animistas mayas. Sus vestidos son muy variados según la zona pero las mujeres siempre con "huipiles" multicolores bordados con flores y pájaros, largas faldas rojas, negras ó azules, chales de colores en los que llevan a sus hijos pequeños, y muchos collares.
En el verano de 1991 me encontraba trabajando en Cancún (México) como corresponsal turístico de una importante mayorista de viajes española, la cuál, una vez finalizado el agobio del verano (En aquellos tiempos agosto era conocido en todo el mundo como "el mes de los españoles") me ofreció la posibilidad de hacer un viaje de prospección por Yucatán (México), Guatemala, norte de Honduras y Belice con la finalidad de diseñar posteriormente un completo programa de viaje de unas tres semanas de duración por todo el antiguo gran imperio Maya.
Dejando atrás el conocido complejo arqueológico de Chichén Itzá con su grandiosa pirámide de Kukulkán, su gran Juego de la Pelota, su Cenote Sagrado, etc., así cómo la alegre ciudad de Mérida con su ambiente pueblerino me dirigí al suroeste en busca del conjunto arqueológico de Uxmal (uno de los tres mas importantes del antiguo imperio Maya junto con Chichén Itzá y Tikal en Guatemala) con su impresionante pirámide del Hechicero, su cuadrángulo de las Monjas, el palacio del Gobernador, la casa de las Palomas, etc., continuando luego hacia la costa camino de la ciudad de Campeche con su bonita plaza de San Francisco y su Catedral.
Desde Campeche en dirección suroeste me dirigí siempre en autobuses locales hacia la pequeña localidad de Palenque, situada en el estado de Chiapas (*), en dónde me detuve para visitar su antigua y preciosa ciudad Maya muy bien conservada con sus templos de las Inscripciones, del Sol y de la Cruz, su Palacio, su Acueducto, etc., así cómo las cercanas cascadas de Misol-Ha en dónde me bañé y pasé una noche antes de regresar a Palenque en busca de una plaza en una camioneta para llegar por una dificultosa pista en dirección sur hasta el lejano río Usumacinta que hace frontera con Guatemala y visitar allí, en plena sierra de los indios "Lacandones", las ruinas mayas de Yaxchilán y Bonampak con su famoso templo de los Murales.
De regreso a Palenque tomé una ascendente carretera en dirección a Ocosingo parando en el camino para visitar las bonitas cascadas del Agua Azul rodeadas de una exuberante vegetación. En Ocosingo, pueblo montañés sin ningún interés pasé la noche, continuando luego hasta la preciosa ciudad colonial de San Cristóbal de las Casas fundada por los españoles en 1528 alojándome allí un par de días para visitar la ciudad con su colorida Catedral, la Iglesia de la Merced y el museo del Ambar, el templo de San Francisco, la Alameda, el mercado de Dulces y Artesanía, etc., así como el cercano pueblo indígena de los curiosos indios "Tzotziles" (**) de San Juan Chamula con su iglesia de San Juan Bautista con centenares de velas de colores, su olor a mirra y copal, sus huevos frescos "para limpiar el cuerpo de malos espíritus", y sus gallinas de ofrenda destinadas al sacrificio.
Desde San Cristóbal me dirigí hacia el sur via Comitán para cruzar la frontera con Guatemala y llegar a la ciudad de Huehetenango fundada por Gonzalo de Alvarado en 1524 y situada ya en la montañosa región de los mayas "Quichés" (***) los cuáles todavía conservan su lengua original, visitando en sus cercanías el conjunto arqueológico de Zaculeu, la capital del antiguo reino maya "Mam" con sus plazas y templos piramidales, continuando luego hacia Quezaltenango, la segunda ciudad del país sin demasiado interés, después hacia Chichicastenango con su mercado el mas activo y colorido de todo Guatemala, y luego hacia la pequeña localidad turística de Panajachel, a orillas del maravilloso lago Atitlán.
En Panajachel me detuve un par de días para recorrer en piraguas el bonito lago Atitlán, el mas profundo de Centroamérica, en el cuál se refleja la cumbre del majestuoso volcán del mismo nombre, el mayor de los tres que lo rodean junto con el llamado Cerro de Oro, y visitar algunos de los pequeños poblados de sus orillas, entre ellos Santiago de Atitlán con la representación de su "espíritu" Mashimón muy reverenciado por los nativos, así como los agradables y tranquilos San Pedro y Santa Cruz de la Laguna. Desde Panajachel me dirigí hacia la lánguida y hermosa ciudad colonial de Antigua (antes Santiago de los Caballeros y la primera capital del reino de Guatemala), zona de frecuentes y destructivos terremotos pero que conserva en sus edificios y monumentos lo mejor de la arquitectura renacentista y barroca de toda Latinoamérica.
En Antigua tuve la vivencia mas peligrosa y desagradable de todo el viaje, regresaba ya de noche después de cenar a mi hostal situado en una callejuela de su centro histórico cuando se me acerca un nativo y ya a mi altura saca de debajo del poncho un gran cuchillo diciéndome tranquilamente que le entregase mi chaleco y vaciase los bolsillos del pantalón, miro hacia atrás y veo a otro nativo apoyado en la esquina del callejón, así que le entrego el chaleco y todo el dinero que llevaba encima, ya con el botín echa a correr y desaparece con su compañero, menos mal que había dejado mi pasaporte y la tarjeta de crédito en la caja del hostal al no haber podido cerrar la puerta de mi habitación con el candado que siempre llevo encima !
Desde Antigua me fuí ya hacia Guatemala, la peligrosa capital del país, al objeto de visitar la ciudad, contactar con alguna de las principales agencias de viajes receptivas del país, y reponer fondos para continuar luego hacia el este en busca de las ruinas mayas, razas, poblaciones y paisajes del norte de Honduras, norte de Guatemala, Belice y el este de Yucatán.
(*) Tan sólo tres años mas tarde, en 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) encabezado por el célebre y siempre enmascarado comandante Marcos se levantó en armas en el estado de Chiapas reivindicando los derechos de todos los pueblos indígenas de México, llegando a tomar entre otros San Cristóbal de las Casas y Ocosingo en dónde se libró la mas sangrienta batalla de todo el conflicto.
(**) Los curiosos indios "Tzotziles" localizados en el alto Chiapas son agricultores y muebleros, los hombres visten pantalón corto y camisas hasta las rodillas con fajas rojas y sombreros de pico, y las mujeres "huipiles" cortos, faldas largas de color azul ó rojo y chales atados en los que llevan a sus hijos. Aunque son católicos entremezclan la religión con sus propios "chamanes" y ritos ancestrales.
(***) Los mayas "Quichés" asentados en el noroeste de Guatemala son los que mejor conservan la lengua, costumbres y cultura Maya, son agricultores y expertos tejedores y entremezclan también el culto católico con sus ancestrales ritos animistas mayas. Sus vestidos son muy variados según la zona pero las mujeres siempre con "huipiles" multicolores bordados con flores y pájaros, largas faldas rojas, negras ó azules, chales de colores en los que llevan a sus hijos pequeños, y muchos collares.