4 ago 2012

TRAS LAS HUELLAS DEL DR. LIVINGSTONE (MALAWI, ZAMBIA, ZIMBABWE)

A finales de septiembre del 2003 llegué a Nairobi (Kenya) en un vuelo de oferta de Iberia de ida y vuelta válido por tres meses, mi intención era visitar a mi amigo y antiguo patrón de ADINDA Lorenzo del Amo y a Carlos Santos que allí se encontraban viviendo, y luego recorrer de norte a sur Tanzania, Malawi, Zambia y Zimbabwe sin un destino a partir de ahí concretado. Encontré a Lorenzo en un chalet alquilado al norte de Nairobi aparentemente bien de salud y dedicándose a comprar al por mayor artesanías "masai" y "samburu" para enviarla a sus contactos en España. Hablando y recordando viejos tiempos Lorenzo me sugirió que me fuese a Madagascar ya que tenía muy buenas referencias de ese lejano y bastante desconocido país. Fué la última vez que vi a Lorenzo del Amo el cuál supongo seguirá viviendo feliz lejos de nuestro país.


Dado que ya conocía el sur de Kenya y el mucho mas interesante norte de Tanzania tomé un autobús expres directamente a la ciudad de Arusha visitando allí el hospital en el que había estado ingresado a causa de las "niguas" que años atrás se me introdujeron en el pié en el río Congo, y continué luego, ya en autobuses locales, primero por carretera y luego por rápidas pistas de tierra rojiza hasta mi primera parada, el pueblo de Kondoa Irangi, al objeto de visitar sus grutas con pinturas rupestres algunas con mas de 3000 años de antiguedad. Desde allí continué hacia Dodoma, la actual capital política de Tanzania desde 1973, una ciudad moderna sin ningún interés, siguiendo luego hacia Iringa, una ciudad construida por el ejército alemán a finales de mil ochocientos para defenderse del jefe Mkwawa cuyo cráneo se conserva todavía hoy en una urna de cristal en el museo de Kalenga, su pueblo natal.


De nuevo por carretera asfaltada llegué a la ciudad de Mbeya, una de las mayores "despensas" agrícolas de Tanzania dado que en sus bonitos valles y altas montañas se cultiva casi de todo, maiz, arroz, trigo, café, té, cacao, tabaco, etc., y estando ya muy cerca de la frontera con el norte de Malawi entré en ése pobre, maravilloso y acogedor país de "bantús" por el abarrotado puesto fronterizo de Kaporo, dirigiéndome desde allí a la pequeña ciudad de Karonga a orillas del lago Malawi (el antiguo lago Nyasa), y de ahí a la pequeña ciudad montañosa de Livingstonia con su misión presbiteriana y sus casas de ladrillo rojo, visitando desde allí el parque nacional Nyika, el mas grande de Malawi, el cuál cuenta además de los clásicos elefantes, búfalos, leones, etc. con la mayor concentración de leopardos de todo el Africa central.


Llegado a Mzuzu, la ciudad mas grande del norte del país me detuve unos días descansando y disfrutando de las playas "caribeñas" del lago Malawi en la cercana Nkhata Bay, en la cuál los nativos me contaron que  el año anterior "un comerciante fué arrastrado al lago por un cocodrilo y se salvó de milagro mordiéndo al cocodrilo en la nariz hasta que éste lo soltó". Desde allí seguí mi camino hacia la ciudad de Nkhotakota, en su tiempo refugio de comerciantes árabes de esclavos, en donde se encuentra el llamado "árbol de Livingstone" bajo el cuál al parecer el famoso explorador convenció al jefe tribal para que prohibiese la esclavitud en su territorio. Continuando hacia el sur llegué a las maravillosas playas de Senga Bay, en Salima, con variados y acogedores alojamientos que ofrecían económicas excursiones de senderismo a los ríos plagados de cocodrilos e hipopótamos así cómo de baño, pesca y buceo en alguna isla cercana.


Llegado a Lilongwe, la capital del país, me detuve un par de días haciendo tiempo en los cálidos y coloridos mercados y cafés de la parte vieja de la ciudad en espera de  los visados de mis siguientes paises Zambia y Zimbabwe (la antigua Rhodesia), entrando seguidamente en Zambia por el caótico puesto fronterizo de Mchinji camino de la pequeña y agradable ciudad de Chipata, punto de partida para visitar el principal parque nacional del país, el South Luangwa Valley plagado de todo tipo de animales, búfalos, impalas, leopardos, elefantes, hipopótamos, etc., regresando luego a Chipata para continuar desde allí directamente a Lusaka, la desagradable y peligrosa capital del país en dónde me detuve sólo para dormir tomando a la mañana siguiente un autobús directo hacia la histórica ciudad de Livingstone.


Livingstone se encuentra en el extremo suroccidental de Zambia, hace frontera con la ciudad de Victoria Falls en la vecina Zimbabwe y comparte con ésta las grandiosas cataratas Victoria (*) descubiertas por David Livingstone en 1885 en su descenso por el río Zambeze. Las cataratas tienen en su conjunto unos 1708 metros de largo y unos 108 metros de caída media desde una amplia meseta superior de piedra basáltica hasta un profundo cañón excavado en las rocas por el río Zambeze a lo largo de los siglos, levantando una cortina de agua vaporizada que en alguna ocasión alcanzó los 800 metros de altura, siendo la zona correspondiente a Victoria Falls en Zimbabwe, separada por un puente de hierro de Livingstone, la mas grande, larga y vistosa de todas. Los mejores meses para visitarlas son en la estación seca de septiembre a enero.


Entre Livingstone y Victoria Falls pasé unos tranquilos días haciendo excursiones en piragua por las aguas y pequeñas islas del río Zambeze en la meseta superior de las cascadas en las cuáles es muy frecuente encontrarse con elefantes refrescándose y bebiendo, y bañándome en la piscina natural mas peligrosa del mundo, la llamada "piscina del diablo" (**). Desde la turística Victoria Falls me desplacé en un pequeño camión unos doscientos kilómetros hacia el este por una pista infernal bordeando el río Zambeze a fin de llegar al artificial pero muy bonito lago Kariba, en dónde me detuve unos días para recorrer en piraguas, rodeado de hipopótamos y cocodrilos, algunas de sus muchas islas e intentar pescar, sin éxito, algún "pez tigre goliat" con sus enormes dientes afilados. Desde allí me dirigí hacia Harare (antigua Salisbury), la peligrosa capital de Zimbabwe, para decidir allí mi próximo destino.


 (*) Al igual que las cataratas de Iguazú son compartidas por tres paises (Paraguay, Argentina y Brasil), las cataratas Victoria son compartidas por Zambia y Zimbabwe. Duplican en tamaño a las del Niágara, y son similares aunque mas rectilíneas que las de Iguazú. 


(**) La "piscina del diablo" es una piscina natural cercana a la "isla de Livingstone" y situada justo en el borde rocoso de las cataratas a las que puedes desde ella asomarte, pertenece a Zambia, y te puedes bañar en ella sólo en la estación seca de septiembre a enero asumiendo el riesgo que supone una siempre posible e inesperada crecida del río.