4 oct 2012

EN BARCAZA POR EL RIO MEKONG (THAILANDIA Y LAOS)

En enero del año 1990 los mismos seis jóvenes franceses que me habían contratado para bajar en "panga" (canoa) por el río San Juan y remontar la "costa de los mosquitos" de Nicaragua me contrataron para organizarles y acompañarles en una expedición por el norte de Thailandia y de Laos con el objetivo principal de descender en barcaza el famoso río Mekong desde Chian Khong en el extremo norte de Thailandia, hasta Luang Prabang la mítica capital norteña de Laos.

Llegados a Bangkok buscamos alojamiento económico en Khao San Road en el conocido, caótico y muy animado barrio de mochileros de Banglamphu, partiendo a la mañana siguiente en una furgoneta con chófer allí contratada hacia Ayutthaya, la segunda capital del antiguo reino de Siam fundada en el año 1350, la cuál llegó a ser la ciudad mas grande del mundo con casi un millón de habitantes a comienzos del siglo XVIII quedando hoy muy pocos restos de esa antigua gran ciudad, los "wat" (templos) de Phra Si Sanphet el mas grande y mejor conservado de todos, el wat Thammikarat, el precioso Phu Khao Thong, etc., continuando luego hacia Lopburi, otra antigua ciudad fundada durante el imperio "Khmer" (*) al mismo tiempo que Ayutthaya, ciudad famosa por los cientos de monos que invaden su casco antiguo, y en la cuál hay que ver el monasterio de Phra Sri Rattanamahathat, el Phra Khan Santuario, el Palacio del rey Narai, etc., continuando luego hacia el norte para dormir en la pequeña ciudad de Nakhon Sawan.

Al día siguiente partimos de nuevo hacia el norte en busca de la ciudad de Phitsanulok en donde visitamos el wat Phra Sri Rattana, el templo mas importante de la ciudad, así como el santuario del rey Naresuan antes de continuar camino hacia la histórica ciudad de Shukothai, la primera capital del reino de Siam en el siglo XIII en dónde tuvimos que alquilar bicicletas para recorrer las extensas ruinas de ésta antaño gran ciudad con puentes, canales y lagunas con enormes figuras de Buda en sus templos Mat Mahathat, Sra Sri y Sri Chum, continuando después de almorzar nuestro camino para dormir en la ciudad de Nakhon Lampang no sin antes visitar el wat Phra Lampang Luang con su gran escalinata de entrada y sus pinturas murales, el Kaeo Don Tao en dónde estuvo el famoso Buda esmeralda, el Chedi Sao con sus veinte pagodas, etc., partiendo al día siguiente hacia Chiang Mai no sin antes visitar la bonita cascada de Wang Kaeo y el recoleto parque nacional de Chae Song con sus cascadas, cuevas y aguas termales.

Nada mas llegar a la atractiva y animada ciudad de Chiang Mai, la capital norteña de Thailandia situada a unos 700 kilómetros al norte de Bangkok, nos dirigimos al consulado de Laos a fin de solicitar la visa de ése nuestro siguiente pais, visitando ya por la tarde los fosos y restos de la antigua muralla de la ciudad, algunos de sus muchos templos cómo el wat Chiang Man, el mas antiguo de la ciudad, el Phrathat Doi Suthep, el mas famoso, el muy céntrico Phra Sing, etc., visitando el gran mercado de artesanía y antiguedades conocido como Nigth Baazar, y cenando luego en el abarrotado mercado nocturno de Anusan, para ya al día siguiente, visitar en los alrededores el parque nacional de Doi Suthep Pui con su montaña de 1.675 metros de alto con sus espectaculares vistas sobre la ciudad, y el cercano Doi Pui con sus asentamientos de tribus "hmong" (**), etc., regresando luego a Chiang Mai para al día siguiente recoger el visado de Laos y partir de nuevo hacia el norte camino de Mae Taeng y de Chai Prakan.

En Mae Taeng visitamos el parque de elefantes de Maetang y la bonita cascada de Namtok Mok Fa rodeada de frondosos árboles, antes de continuar nuestro camino hacia la localidad de Chiang Dao con sus famosas cuevas de mas de 10 kilómetros de longitud, y luego hacia Chai Prakan en dónde después de visitar la cueva y el templo de Tham Tap Tao nos dirigimos hacia Mae Sun, ya en territorio Fang, desviándonos hacia Doi Ang Khang conocida como "la pequeña Suiza" por su paisaje y su clima fresco durante todo el año debido a sus 1.300 metros de altitud, lo que permite el cultivo de frutas y verduras de otras lejanas latitudes, visitando allí algunos poblados "hmong" así como "lisu" y "lahu" (**) antes de regresar a la antigua y pequeña ciudad de Fang fundada en el siglo XIII con sus tranquilas callejuela y sus casas de madera, continuando luego hacia el pequeño puerto fluvial de Tha Ton para pasar allí la noche.

A la mañana siguiente mientras la furgoneta partía hacia Chiang Rai (una muy antigua ciudad fundada por el rey Mengrai en el año 1262) para buscar alojamiento y esperarnos allí nosotros nos embarcamos en una canoa con un "motor de eje largo" (muy común en todo el sudeste asiático) para remontar el río Mae Nam Kok, afluente del Mekong, hasta Chian Rai, disfrutando de un hermoso paisaje y parando en el trayecto para visitar el poblado "lahu" de Mae Salak y el poblado "karen" de Ban Ruammit. Llegados a Chiang Rai y después de alojarnos visitamos algunos de sus mas famosos templos, el wat Phra Sin con su gran estatua de Buda, el Phra Kaeo con su copia del Buda esmeralda, el Klong Wiang consturido en 1472, etc., recorriendo luego y cenando en su muy activo Nigth Bazaar para al siguiente día continuar hacia el norte camino de Mae Chan desviándonos por una pista hacia el oeste para visitar el encantador pueblo de Santi Khiri en las montañas de Mae Salong, en donde en el año 1949 se refugió toda una división del ejército chino nacionalista escapando del nuevo régimen comunista de China.

De nuevo en ruta nos desviamos hacia el noroeste en dirección a una montaña con preciosas vistas sobre el valle para visitar el muy venerado templo de That Doi Tung en dónde dicen se conserva la clavícula izquierda de Buda, así cómo un nuevo palacio para la reina madre prácticamente ya terminado en aquella época, continuando luego hacia la pequeña ciudad fronteriza de Mae Sai situada en el extremo norte de Thailandia, una ajetreada ciudad nido de contrabandistas separada sólo por un puente del pueblo de Tachilek (Birmania) y localizada también muy cerca de la provincia de Yunnan (China). De regreso a Mae Chan continuamos camino para visitar en Chiang Saen el centro geográfico del célebre "Triángulo del Opio", ahora llamado "Triángulo del Oro", continuando para dormir ya en la ciudad fluvial de Chiang Khong separada de la pequeña localidad de Huay Xai (Laos) sólo por el gran río Mekong de mas de 4.300 kilómetros de largo, el cuál cruzamos sorteando las barcazas de carga procedentes de Yunnan (China) en un pequeño ferry a primera hora de la mañana siguiente después de despedirnos de nuestro servicial conductor Saprang y su furgoneta.

En Huay Xai, un pueblo sin ningún interés, despachamos en la policía de fronteras nuestra entrada en Laos y seguidamente compramos los billetes para embarcarnos en una larga barcaza de madera con bancos y techo para descender en ella, a lo largo de dos días, el gran río Mekong hasta Luang Prabang, la histórica capital norteña de Laos. El primer día de descenso por el río Mekong transcurrió apaciblemente cruzándonos continuamente con barcazas "vivienda" de carga remontando el río o fondeadas en los pequeños poblados "lao" (*) de la orilla, así como con chalupas de pescadores nativos y con otras que se nos abarloaban un tiempo para vendernos frutas y pescado. Así llegamos al atardecer del primer día al pueblo fluvial de Pakbeng plagado de pequeños restaurantes y hostales económicos a lo largo de su empinada calle principal que sube desde el puerto, desembarcando allí para cenar y pasar la noche y continuando a la mañana siguiente nuestra singladura río abajo hasta la ciudad de Luang Prabang en dónde nos alojamos en un pequeño hostal de madera con balcones y vistas al río Mekong.

Luang Prabang, la primera capital del antiguo reino de Laos es una ciudad vistosa y tranquila en la que "no necesitas reloj", está llena de puestos callejeros y pastelerías de estilo francés (Laos es el único pais del sudeste asiático en el que se sigue comiendo con pan), nada ruidosa, y en la que todo está a mano. En Luang Prabang pasamos dos días paseando el primero por sus calles y visitando algunos de sus principales templos budistas y monumentos, el wat Xieng Thong con sus incrustaciones de oro, la colina Phu Si con sus muchos templos, su gran Buda reclinado y sus preciosas vistas sobre toda la ciudad, el antiguo Palacio Real convertido en Museo Nacional, etc. empleando el segundo día en hacer una excursión hacia el sur en "Tuk Tuks" hasta las bonitas cascadas de Tad Sae entonces con poca agua y a la mas grande, vistosa y algo alejada llamada Kwang Si, y otra en canoa hacia el norte hasta el pueblo de tejedores de Ban Xang Hai y las famosas cuevas de Buda de Pak Ou, en los acantilados sobre el río Mekong.

Salimos de Luang Prabang hacia el sur de nuevo en una furgoneta alquilada camino de Vang Vieng, un antaño tranquilo y ahora ya movido pueblo fluvial situado en una isla del río Nam Song, plagado de antiguos hippies y mochileros que allí sentaron sus bases para establecerse, emborracharse, drogarse, bañarse, comprar artesanía o recorrer sus montañosos y bonitos alrededores plagados de acantilados, cascadas, túneles y cuevas con lagunas, estalactitas y murciélagos, así como de pequeños y típicos poblados "lao" y "Hmong" en donde podías alquilar por meses o días una choza y abastecerte sin problemas de "opio" y "maría". En Vang Vieng permanecimos dos maravillosos días visitando sus alrededores antes de seguir nuestro camino hacia Vientiane, la actual capital de Laos a orillas del río Mekong, una ciudad con un agradable y tranquilo paseo fluvial con hoteles y restaurantes con terraza y muchos templos y monumentos que ver, el wat Si Muang construido en 1563, el Si Saket, el Sok Pak Luang, las estupas budistas de Pha That Luang y de That Dam, el emblemático y moderno arco de Patuxai, etc.

Ya en la tarde del segundo día en Vientiane tomamos un autobús local para cruzar el río Mekong por el "Puente de la Amistad", entrar de nuevo en Thailandia, y ya en "tuk tuks" dirigirnos a la cercana estación de tren de Nong Khai para tomar un tren nocturno hacia Bangkok pasando de largo las ciudades sin mucho interés de Udon Thani con su antigua base aérea americana durante la guerra de Vietnam, la moderna e industrial Khon Kaen y Nakhon Ratchasima. Ya en Bangkok y despues de alojarnos de nuevo en Khao San Road aprovechamos el día para visitar el agobiante, húmedo y caluroso Mercado Flotante, el Gran Palacio con sus famosos templos entre los que destaca el wat Phra Kaew, el mas venerado de Thailandia con su Buda Esmeralda, el cercano wat Pho con su gigantesca estatua de Buda tumbado, según dicen la mas grande del mundo, etc., tomando mis amigos franceses en la noche del segundo día el avión de regreso a su país, y quedándome yo alojado en Bangkok para a la mañana siguiente salir en autobús hacia las playas de Pattaya y el maravilloso archipiélago de Koh Chang.

(*) Los "Khmer" son el grupo étnico predominante en Camboya extendiendo su influencia al norte de Thailandia y al delta del Mekong en Vietnam, constituyeron uno de los imperios mas importantes del sudeste asiático en la antiguedad, hablan el idioma "jemer", y su religión es una mezcla de budismo, hinduismo, animismo y culto a los antepasados, siendo su principal referencia arqueológica los famosos templos de Angkor, en Camboya. Los "Lao" emparentados con los "Thai" son el grupo étnico predominante en Laos.

(**) Los "Hmong" son un grupo étnico originario de las regiones montañosas del sur de China muchos de ellos emigrados ó refugiados del régimen comunista en el norte de Thailandia, Laos y Vietnam. Los "Lisu" son un grupo étnico tibetano-birmano que habitan también en el norte de la India, Thailandia y Laos. Los "Lahu" son un grupo étnico originario de Yunnan en China que habitan también en el norte de Birmania, Thailandia, Laos y Vietnam. Todos ellos evitan en general las poblaciones y están clasificados como "tribus de montaña".

25 sept 2012

POR LA ANTIGUA COSTA LICIA Y GRIEGA DE ANATOLIA (TURQUIA)

El verano de 1988 me lo pasé en Turquía llevando sucesivos grupos de viaje por encargo de una importante mayorista de viajes española a visitar en autobús la región de la Capadocia y todos los lugares de interés de la costa turco asiática desde Antalya hasta Estambul, origen y fin de cada viaje. En la histórica y majestuosa ciudad de Estambul, antaño cruce de culturas entre oriente y occidente, hacíamos un circuito panorámico el mismo día de llegada del avión para salir ya en la jornada siguiente directos hacia Ankara, la capital política del país, pernoctando allí para visitar bien de mañana el centro histórico situado sobre una rocosa colina coronada por las ruinas del castillo romano, los principales monumentos romanos y selyúcidas del cercano barrio de Ulus, las tiendas de artesanía y los zíngaros con sus osos domesticados, y ya saliendo de camino para almorzar el mausoleo del dictador Ataturk, el "padre de la patria turca".

Desde Ankara salíamos para cenar y dormir en la pequeña ciudad de Urgup, nuestra base para visitar la famosa región de la Capadocia, bordeando el Gran Lago Salado y visitando en ruta el bonito  "karavansaray" (*) de Agzikarahan. En Urgup, en uno de esos circuitos de aquél verano una noche me desapareció un cliente muy raro e introvertido y hubo que dar aviso a la policía, comenzamos todos a buscarlo y lo encontramos vivo pero con las muñecas cortadas, hubo que ingresarlo en el hospital local y la compañía de asistencia se encargó de trasladarlo en los días siguientes a otro hospital de Estambul y de allí a España. Recuerdo asimismo que en otro de los circuitos desaparecieron también dos chicas con muy buena pinta del hotel en Estambul, la policía encontró restos de "caballo" en su habitación, y cuando las identificaron resultó que las tenían fichadas y en busca y captura por tráfico de heroina.

En la Capadocia visitábamos los castillos de Uchisar y Ortahisar excavados en la roca con sus maravillosas vistas y paisajes, los valles de Goreme y Pasabag con sus iglesias rupestres y sus chimeneas encantadas, la ciudad subterránea de Kaymakli, la mas grande de todas con sus ocho plantas bajo tierra, cuatro utilizables hoy en día, la cuál comenzó a excavarse ya en tiempos de los "hititas" (**), así como el "karavansaray" de Sarijan en el pueblo ceramista llamado Avanos, partiendo al día siguiente en dirección a la bonita ciudad de Konya, la capital de los "derviches danzantes", visitando allí el impresionante museo de su Mevlana con la tumba del poeta Rumi y la cúpula verde de su torre, las mezquitas selyúcidas de Alaeddin y  Iplikce, su animado Bazar, etc. partiendo al día siguiente hacia la ciudad costera de Antalya via Side, una antigua ciudad portuaria famosa por su Anfiteatro romano, el mas grande de toda la región, el templo de Apolo, el Agora, etc., así como también por sus extensas y maravillosas playas.

A medio camino entre Side y Antalya hicimos una parada para visitar el teatro de Aspendos, uno de los mejor conservados de todo el antiguo imperio romano, y ya en el pequeño, protegido y animado puerto viejo de Antalya localizado en los acantilados del casco antiguo de Kaleici y abarrotado de bonitas goletas turcas de madera, tiendas de artesanía y restaurantes con terraza, cenamos y pasamos buena parte de la noche para partir al día siguiente hacia el este para visitar las famosas tumbas "licias" (**) de Fethiye excavadas en un acantilado rocoso, continuando luego hacia el pequeño puerto de Gocek por la montañosa y preciosa costa "licia" plagada de pequeñas islas y maravillosas calas entre pinares con cristalinas aguas de color verde esmeralda, algunas de ellas con restos de monumentos y capiteles sumergidos entre los que te puedes bañar y bucear. Desde Gocek continuamos hacia la turística ciudad de Marmaris para visitar su casco histórico y su paseo marítimo, y cenar y dormir allí.

Al día siguiente nos metimos al interior por una estrecha carretera de montaña en dirección a Denizli para visitar primero el famoso "castillo de algodón" de Pamukkale, bañándonos en sus blancas piscinas de cristalinas y azuladas aguas carbonatadas (por aquel entonces se podía), y asombrándonos de la belleza y las curiosas formaciones calizas de la impresionante cascada, y luego, ya mas hacia el este, la antigua y menos frecuentada ciudad griega de Afrodisias en donde se puede contemplar las ruinas en mármol del templo de Afrodita, la diosa griega del amor, el enorme Estadio de mas de 270 metros de largo con capacidad para unas 30.000 personas, el Odeón, el Tetrapylon, el Sebasteion, etc., continuando luego vía Aydin hacia la histórica ciudad de Selcuk con su mezquita de Isa Bey, las ruinas de la basílica de San Juan y su impresionante fortaleza en la colina de Ayasoluk.

A la mañana siguiente visitamos de paso "la casa de la Virgen María"?, y seguidamente y ya con mucha mas calma las muy numerosas, importantes y bien conservadas o restauradas ruinas de la antigua y grandiosa ciudad griega de Efeso muy conocida por su famoso Templo de Artemisa, la "diosa cazadora", una de las siete maravillas del mundo antiguo, continuando luego hacia el emblemático y turístico puerto de Kusadasi para comer y relajarnos un poco antes de continuar nuestro camino, ya en dirección norte, hacia la gran ciudad portuaria de Izmir (Esmirna) en donde nos alojamos después de una breve visita panorámica de la ciudad, teniendo el resto de la tarde libre para caminar por el bonito paseo marítimo con su famosa Torre del Reloj, por Konak Square y sus calles principales, y hacer compras en su bazar Kemeralti.

Al día siguiente salimos hacia Bergama (Pérgamo) visitando allí las ruinas de su Acrópolis, las de su Teatro, uno de los mas empinados del mundo, así como el altar de Zeus, continuando luego siempre hacia el norte en dirección al pueblo costero de Ayvalik y luego hacia la mítica ciudad de Troya de la que no queda prácticamente nada, por lo que después de visitar sus desilusionantes ruinas continuamos camino hacia la ciudad portuaria de Canakkale en el estrecho de los Dardanelos y luego ya hacia la gran ciudad de Bursa, antigua capital del imperio otomano, con su gran mezquita de Ulu Cami, sus mezquitas Verde y Muradiye, las tumbas de los sultanes Osman Bey y Orhan Bey, y su gran Mercado cubierto, uno de los mas completos y bonitos de Turquía, continuando ya al día siguiente hacia Estambul y teniendo allí toda una tarde y una mañana para pasear y visitar por libre la mezquita de Santa Sofía, el palacio de Topkapi, la mezquita de Suleymaniye, el puente de Galata, el gran Bazar, etc.

(*) Los "karavansaray" eran posadas refugios situados mas o menos cada 30 kilómetros (una jornada de camino) para albergar las caravanas que recorrían por ejemplo la "ruta de la seda", eran casi siempre edificios rectangulares de altos y sólidos muros con un amplio patio central descubierto para los animales de carga, en general camellos, y alojamientos laterales techados para los miembros de la caravana.

(**) Los "hititas", de origen indoeuropeo, se instalaron en la parte central de la península de Anatolia entre los siglos XVIII y XII a.c. estableciendo como capital la ciudad de Hattusa, eran grandes guerreros y fueron los primeros en fabricar armas de hierro, lo cuál les proporcionó una gran superioridad en toda la zona del  oriente medio. Los "licios" se establecieron en las zonas montañosas de Antalya y Mugla en el primer milenio a.c., siendo subyugados posteriormente por los persas, griegos y romanos.
 

20 sept 2012

POR HONDURAS EN LA EPOCA DE LOS "CONTRAS" NICARAGUENSES (2ª Parte)

DE PESCA CON LOS "GARIFUNAS" EN EL MAR CARIBE HONDUREÑO

El 1º de Mayo de 1987 estaba yo en la ciudad de Trujillo (Honduras) reponiéndome del susto que me pegaron los "contras" nicaraguenses al asaltar el autobús en el que había llegado muy cerca de la localidad de San Esteban, y visitando ésta histórica, pequeña y caribeña ciudad de Trujillo, la primera capital de Honduras, localizada sobre un acantilado en la profunda bahía del mismo nombre descubierta por Cristobal Colón en 1502 en su cuarta y última travesía del Atlántico, después de virar el cabo del pequeño pueblo de pescadores llamado Puerto Castilla.

En la ciudad de Trujillo, bajo la antigua fortaleza española que protegía la ciudad de corsarios y piratas se encuentra la agradable y animada playa de la ciudad, en la cual varios "champas" (chiringuitos) con música sirven cerveza, pescado y marisco, y fué allí dónde coincidí con un pequeño grupo de jóvenes vascos extremadamente reservados y misteriosos (para mi que eran "etarras") residentes en Trujillo, con los cuáles si bien no conseguí hacer amistad sí me orientaron sobre como moverme en la zona y sobre los principales puntos de interés como los cercanos poblados "garifunas" (*) de Santa Fe, San Antonio y Guadalupe localizados en las playas de la bahía al oeste de Trujillo.

Con los acogedores "garifuna" estuve dos días saliendo a pescar con sedal y a coger langostas y mariscos a mano con gafas y tubos por las mañanas en sus piraguas, bañándome en las cálidas y relajantes aguas de sus espléndidas playas, comiendo con ellos en sus coloridas cabañas sobre pilotes, y reposando luego la comida tumbado en hamacas a la sombra de los muchos cocoteros, embarcándome luego en una "panga" (canoa a motor) colectiva hacia los paradisiacos Cayos Cochinos localizados en el mar Caribe a unas 30 millas de Trujillo, desembarcando en el mas poblado Cayo Mayor, y visitando en piragua en los siguientes días el mas bonito Cayo Menor con sus iguanas y boas rosadas, buceando en los coloridos arrecifes de coral, y nadando en algunos de los mucho mas pequeños y paradisíacos cayos de arena del archipiélago.

En Cayo Mayor tomé una nueva "panga" colectiva hacia Sandy Bay, la capital de la paradisíaca isla de Utila, la mas cercana, pequeña e interesante de las llamadas Islas de la Bahía, una isla de tan sólo doce kilómetros de largo rodeada de acogedoras playas, pequeños cayos, y unos maravillosos arrecifes de coral ideales para bucear a poca profundidad y ver peces multicolores, tortugas carey, inofensivos tiburones ballena, etc., siendo una isla mucho mas tranquila y económica que su vecina la isla de Roatán (*), la mas grande y poblada de las Islas de la Bahía cuya parte oeste de West Bay y West End desde allí visité, y en dónde me "devoraron" los mosquitos en las dos noches que allí pasé antes de regresar a Utila para tomar otra "panga" hacia la cercana ciudad costera de La Ceiba, la cuarta ciudad del país también a orillas del mar Caribe, ahora llamada la "capital del turismo hondureño", una peligrosa ciudad sin demasiado interés a excepción de sus playas y su ajetreada vida nocturna.

Finalizada mi estancia en el paraiso de las islas caribeñas de Honduras, desde La Ceiba salí en autobús hacia la localidad de Tela famosa por sus playas de arena blanca y sus exuberantes cocoteros, pasando allí un día antes de continuar hacia la peligrosa ciudad de San Pedro Sula, la segunda ciudad del pais fundada por Pedro de Alvarado en 1536, visitando la Catedral y el Palacio Municipal y pernoctando allí una noche antes de continuar hacia la pequeña y acogedora ciudad de Santa Rosa de Copán con su blanca Catedral y sus calles empedradas, deteniéndome allí un día para visitar también el muy cercano y montañoso pueblo de Gracias con las ruinas del Castillo de San Cristóbal, continuando luego hacia la mas grande ciudad colonial de Comayagua, la segunda capital de Honduras, con su bonita Plaza Central, su histórico Ayuntamiento, y su grandiosa Catedral de la Inmaculada Concepción la cuál según dicen cuenta con el reloj mas antiguo de todo el continente americano.

Desde Comayagua partí hacia la ciudad de Choluteca, muy cerca ya de las fronteras con El Salvador y Nicaragua, sin detenerme en Tegucigalpa nada mas que para cambiar de autobús, durmiendo una noche en Choluteca para salir de Honduras a la mañana siguiente por la frontera de Guasaule y entrar de nuevo en Nicaragua camino de la histórica e intelectual ciudad de León fundada por Hernández de Córdoba en 1524, mi último destino en Nicaragua, visitando su impresionante Catedral de la Asunción en dónde está enterrado el poeta Rubén Darío, las antiguas iglesias de Sutiaba, San Francisco, El Calvario, La Merced, etc., y pasando mis últimos dos días en las cercanas playas de Poneloya y Las Penitas antes de regresar a Managua para tomar el avión de Iberia y regresar a España.

(*) Los "garifuna", también conocidos como "caribes negros" por ser mezcla de los originarios indios "caribes" y esclavos negros deportados de la isla de San Vicente hacia la isla de Roatán se establecieron en algunos lugares de las costas de Belice, Guatemala, Honduras y Nicaragua, conservan su propio idioma mezcla de dialectos africanos, caribeños y francés, y se dedican fundamentalmente a la caza y a la pesca.

 

13 sept 2012

POR HONDURAS EN LA EPOCA DE LOS "CONTRAS" NICARAGUENSES (1ª Parte)

LOS "CONTRAS" ASALTAN NUESTRO AUTOBUS EN SAN ESTEBAN (HONDURAS)

A finales de abril de 1987, después de despedir en el aeropuerto de Managua al pequeño grupo de expedición francés que había llevado a recorrer en "panga" (canoa con techo) el río San Juan y la "Costa de los Mosquitos" de Nicaragua, con un mes disponible por delante y dinero fresco en los bolsillos, amén de los traveller´s check de American Express que llevaba y que en aquellos años eran muy utilizados y seguros, salí en autobús de Managua por la carretera panamericana hacia el norte camino de la ciudad de Estelí, conocida como la "capital del tabaco" nicaraguense, en dónde visité la catedral de Nuestra Señora del Rosario y los murales de su Parque Central, continuando luego camino para dormir en la pequeña ciudad de Ocotal (antigua Nueva Segovia), muy cerca ya de la frontera con el suroeste de Honduras.

A la mañana siguiente atravesé en un motocarro "autorizado" el largo puente sobre el río Coco fronterizo entre ambos países y entré en Honduras por la frontera de Trojes, tomando allí un autobús el cuál, vía El Paraiso (desde luego son graciosos) me llevó hasta Tegucigalpa, la capital de Honduras (*), una caótica ciudad rodeada de montañas y dividida en dos por el río Choluteca, la alta Tegucigalpa propiamente dicha fundada en 1536 en torno a unas minas de oro y cobre, y su ciudad hermana la baja Comayaguela. No teniendo ninguna de las dos demasiado interés permanecí allí sólo un día tomando a la mañana siguiente un autobús en dirección este hacia la ciudad de Juticalpa, la capital del departamento de Olancho, apodado el "salvaje oeste" por los propios hondureños, pasando por los pueblos de montaña de Talanga con sus calles de tierra y por otro algo mas bonito llamado Campamento.

Juticalpa, a unos 170 kilómetros de Tegucigalpa, es la capital y principal centro comercial del montañoso departamento de Olancho fronterizo con Nicaragua, una ciudad fundada por los españoles en 1744 que cuenta con un bonito Parque Central y una atractiva Iglesia Colonial, y era la base de la policía y del ejército hondureño en Olancho con controles y patrullas en todos los pueblos y pistas del departamento . Mi intención era tomar allí otro autobús hacia el este para que a través de los pequeños pueblos de Gualaco y San Esteban me llevase por una pista de tierra practicable hasta la caribeña ciudad de Trujillo, a unos 140 kilómetros de distancia, y así lo hice partiendo por la mañana en el techo de un viejo autobús cargado hasta los topes de unos "cowboys" poco habladores con sus sombreros y alguna pistola y muchas mujeres con sacos de frijoles, arroz, cochinos y gallinas cagando y cacareando sin cesar.

Después de varios controles rutinarios e innumerables paradas en el camino para recoger y dejar viajeros casi todos con sacos y animales llegamos poco antes del mediodía al pueblo de San Esteban, mas o menos a mitad de camino, y allí nos detuvimos a comer continuando luego por la pista hacia el este en dirección a Trujillo. No llevábamos ni treinta kilómetros recorridos cuando vimos un árbol "caido" cruzando la pista y tuvimos que parar, de la selva surgió un grupo de hombres armados con pistolas y fusiles de asalto AK-47 (kalashnikov) y alguien del autobús gritó: Menos mal que son los "contras", sólo buscan frijoles y dinero, no hagais nada, dejad las pistolas en el suelo del autobús porque sino va a ser mucho peor!

Cuatro "contras" se aproximaron al autobús, dos de ellos se apostaron delante y detrás del mismo con sus fusiles amartillados, y los otros dos nos ordenaron que bajásemos desarmados y nos pusiésemos en fila a un lado, y mientras uno de ellos subía al autobús para revisar los equipajes y tirar por el lado opuesto algunos sacos, cochinos y gallinas, el otro nos ordenó vaciar los bolsillos y entregarle todo el dinero, joyas y relojes que llevábamos, a un "cowboy" le vió esconder algo, le dió un culatazo en la cabeza y ya en el suelo lo cacheó, cuando llegó mi turno miró mi pasaporte y sin ninguna agresividad me preguntó si era español y que hacía allí, me devolvió el pasaporte y se quedó con todo el dinero sin ni siquiera cachearme, lo cuál me libró de perder el billete de avión, los traveller´s check, la visa y algún billete de cien dólares que llevaba escondidos en un bolsillo plano impermeable pegado a la cintura.

Desvalijados y después de sacar el árbol de la pista continuamos nuestro viaje encontrándonos unos cinco kilómetros mas adelante con una patrulla militar la cuál salió zumbando hacia el lugar del asalto, y cuando por fin llegamos a la ciudad de Trujillo, unas tres horas después, tuvimos que declarar todos los viajeros uno a uno en el cuartel de la policía en presencia de dos oficiales del ejército antes de poder salir para buscar alojamiento.

(*) Honduras al menos en aquella época parecía un pais de "cowboys", en el campo casi todos los hombres llevaban sombreros vaqueros y muchos de ellos pistola al cinto, según decían para poder defenderse de los muchos "bandoleros" que había en el país. En la Honduras del siglo XX siempre fué muy importante la presencia y el capital americano, primero con multinacionales como las "bananeras" United Fruit Company, Standard Fruit Company, etc., y luego, ya en la época de Ronald Reagan, con el "entre otros" apoyo económico y financiero a los gobiernos y fuerzas armadas del país, así como a los "contras" nicaraguenses, según dictaminó la Corte Internacional de Justicia en 1984.

(**) En aquella primavera del año 1987 las diferentes facciones de los "contras" bloqueadas en Honduras a lo largo del río Coco fronterizo entre ambos paises, por presiones de los americanos y del líder guerrillero Edén Pastora, estaban negociando unificarse para acabar con los grupos incontrolados que asaltaban, robaban y en algunas ocasiones violaban y mataban a campesinos a ambos lados de la frontera, pero principalmente para intentar acabar de una vez por todas con el legítimo gobierno sandinista de Nicaragua, consiguiendo conformar a finales de verano un "ejército" unificado de unos 17.000 "contras".

6 sept 2012

POR EL RIO SAN JUAN Y LA COSTA DE LOS MOSQUITOS (NICARAGUA)

En marzo de 1987 el delegado en Madrid de una agencia de viajes alternativos francesa al que había conocido en enero de ese mismo año en la etapa de descanso del rally Paris-Dakar 87 en Agadez (Niger), me contactó por si me interesaba llevar a primeros de abril un pequeño grupo de expedición de 6 jóvenes franceses con el objetivo principal de descender en canoa a motor el río San Juan fronterizo entre Nicaragua y Costa Rica, y remontar luego la caribeña "Costa de los Mosquitos" de Nicaragua hasta los Cayos Miskitos y la ciudad de Puerto Cabezas, ya cerca de la frontera con Honduras, una zona problemática debido a la todavía intermitente actividad de los "contras" (*) nicaraguenses en aquella época.

Nos reunimos en el aeropuerto de Madrid y volamos a Managua, la capital de la en aquellos tiempos Nicaragua sandinista, y después de una breve estancia de un día en la ciudad para visitar la plaza de la Revolución con la catedral de Santiago y el museo Nacional, así como el lago de Managua, salimos en un autobús local de esa peligrosa capital camino de la vieja ciudad colonial de Granada, la ciudad mas antigua del continente americano, fundada en 1524 por Francisco Fernández de Córdoba en la orilla norte del lago de Nicaragua. En Granada nos detuvimos también un día para visitar su plaza de la Independencia, la Catedral, el convento de San Francisco y la iglesia de la Merced, todo ello muy abandonado, tomando luego un viejo y herrumbroso ferry hacia la mas tranquila y relajante isla de Ometepe.

Ometepe es una preciosa isla en forma de "pecho femenino" localizada en el centro oeste del lago Nicaragua. En el centro del selvático "pecho" sur se eleva el volcán Maderas al cuál puedes ascender para contemplar, e incluso bañarte en la laguna formada en el interior de su cono. En el "pecho" norte, mucho mas arbolado y poblado, el mas alto, cónico y todavía activo volcán Concepción, así como Moyogalpa la primitiva capital de la isla. En el noreste está el mucho mas atractivo pueblo de Altagracia con su tranquila plaza central y su pequeño museo arqueológico, y a pocos kilómetros de allí, en medio de los dos "pechos", la larga y blanca playa de Santo Domingo con algunas pensiones y pequeños restaurantes, en la cuál te puedes bañar asumiendo el riesgo de que aparezca algún tiburón de agua dulce o un caimán siempre al acecho de las crias del ganado vacuno que los nativos llevan a pasear y beber a la playa.

Después de dos días en Ometepe tomamos de nuevo el herrumbroso ferry en dirección a la localidad de San Carlos situada en el extremo sudeste del lago Nicaragua, punto de partida para descender el río San Juan que hace frontera entre Nicaragua y Costa Rica hasta el mar Caribe. En San Carlos, un destartalado pueblo de calles estrechas, desastrados edificios de madera, pequeños restaurantes sobre pilotes a orillas del río, y un abandonado fuerte español de 1724, empleamos un día para contratar por 300 dólares una travesía por etapas hasta la ciudad de Bluefields, ya en la célebre "Costa de los Mosquitos" del Caribe nicaraguense, en una pasable "panga" (canoa con techo) de madera con un fueraborda Yamaha de 60 CV, con dos tripulantes (Ovidio León el patrón y Mateo el marinero), y con capacidad sobrada para todos nosotros y nuestras mochilas.

Una vez abastecidos de agua, víveres, combustible y mucho repelente local para los mosquitos emprendimos la navegación hacia el mar Caribe por el tranquilo río San Juan hacia el este, a favor de la corriente, rodeados de una muy espesa arboleda por ambos lados en la que con frecuencia veíamos monos, diversas aves multicolores y algún que otro caimán, hasta llegar a la localidad de El Castillo situada a unos cincuenta kilómetros río abajo, un pequeño puerto fluvial dominado por la rampa empedrada y los gruesos muros del castillo de la Inmaculada Concepción situado en el alto de una colina sobre el río. Fué construido por los españoles en 1675 para defenderse de los piratas, entre ellos el famoso Drake, los cuáles subían por el río para atacar la isla de Ometepe y la mismísima ciudad de Granada.

Después de pasar la noche en un hostal sobre pilotes a orillas del río emprendimos la navegación hacia la pequeña localidad de San Juan del Norte fundada por los españoles en 1539 y localizada ya en el mar Caribe, en la desembocadura del río San Juan. San Juan del Norte constituye el extremo sur de la llamada "Costa de los Mosquitos" y cómo las demás poblaciones de ésta costa caribeña está habitada en gran medida por criollos mezcla de los originarios indios "miskitos" (**) y esclavos negros escapados de la antigua Jamaica británica, por lo que en la zona es frecuente escuchar una mezcla de miskito, inglés y español. Desde San Juan visitamos las escasas ruinas del asentamiento inglés de Greytown, los restos de una draga con la que los americanos intentaron abrir un canal transoceanico a finales del siglo XIX, así como la cercana Laguna Azul en dónde tuvimos ocasión de ver tortugas y algún manatí.

Desde San Juan y con la mar tranquila zarpamos ya por la costa caribeña hacia el norte camino de la mítica ciudad de Bluefields, bordeando la reserva de Indio Maiz con una impresionante vegetación que llega hasta el mar, y luego, mas o menos a mitad de travesía, la barra de Punta Gorda en cuya pequeña aldea nos detuvimos a comer marisco, continuando luego bordeando la reserva de Cerro Silva para detenernos de nuevo en la profunda y muy bonita bahía y playa de Monkey Point para bañarnos antes de virar el cabo y mas al norte la isla del Venado para entrar en la laguna de Bluefields, una ciudad fundada en 1602 por el pirata holandés Abraham Blauvelt en la desembocadora del rio Escondido siendo hoy el principal puerto del Caribe nicaraguense, poblado fundamentalmente por "criollos", "miskitos", "rama" y "garifuna" (***).

En Bluefields nos detuvimos dos días para visitar esa atractiva ciudad costera (sin enlace entonces por carretera con el resto del país, y la cuál un año después de nuestra visita fué practicamente destruida por el huracán Joan), con su calle principal de coloridas casas de madera que desemboca en el agradable parque de los Reyes, su blanca y esbelta iglesia de Moravia con sus puntiagudos techos de color rojo, su activo mercado municipal y su puerto pesquero, no teniendo necesidad de contratar allí una nueva "panga" (Ovidio se nos ofreció de nuevo) para llevarnos con escalas programadas hasta la mas al norte ciudad de Puerto Cabezas, utilizándola antes para visitar varios interesantes enclaves en la laguna de Bluefields como la pequeña isla de Rama Key con sus dos colinas entrelazadas por manglares y habitada por los pescadores "rama" (**), así como la cercana y paradisíaca playa de Bluff.

Zarpamos de Bluefields hacia el norte en busca de la Laguna de Perlas, llegando a tiempo para comer y alojarnos antes de visitar los cercanos poblados "miskitos" de Raitipura y Awas. En Laguna de Perlas, un pequeño y tranquilo pueblo habitado sobre todo por "criollos" pero sin demasiado interés permanecimos sólo un día zarpando a la mañana siguiente hacia el alegre y acogedor Orinoco, el principal poblado "garifuna" de la zona, para luego continuar siempre hacia el norte hasta la segunda ciudad de la "Costa de los Mosquitos" nicaraguense, Puerto Cabezas, una peligrosa ciudad con sus calles de tierra tomadas por los militares sandinistas en aquellos tiempos, situada sobre un promontorio, y que cuenta con un larguísimo muelle de madera sobre pilotes que se adentra casi dos kilómetros en el mar. En Puerto Cabezas no había mucho que ver, así que a la mañana siguiente zarpamos hacia los Cayos Miskitos localizados en pleno mar Caribe, a unas 25 millas de la costa en dirección noreste.

Los famosos Cayos Miskitos nicaraguenses, un conjunto de mas de setenta pequeñas isletas, algunas de ellas habitadas por indios "miskitos" con sus piraguas y sus chozas cuadrangulares ancladas sobre pilotes a poca profundidad en el mar, otras que son simples rocas o manglares, y muchas otras con resplandecientes y solitarias playas de arena blanca y cálidas aguas de color azul turquesa con fondos coralinos y peces multicolores, ideales para el baño y el buceo con unas simples gafas y tubo. En una de esas solitarias y paradisíacas isletas pasamos bajo las palmeras la primera noche, dedicando el siguiente día a recorrer con calma todos los cayos que pudimos viendo juguetones delfines, tortugas carey y multitud de aves palmípedas, y ya al caer la tarde cenando pescado y marisco en la choza de un acogedor indio "miskito", el cuál nos ofreció además otra choza vacía para dormir sobre el mar.

Fascinados por lo que en los dos últimos días habíamos visto y vivido en los cayos regresamos a Puerto Cabezas para dormir allí, despedirnos con pena de Ovidio y Mateo, y tomar a la mañana siguiente un desvencijado y muy lento autobús que a través de una impresionante vegetación y por una intransitable y polvorienta pista plagada de controles militares después de todo un día en dirección oeste nos llevó hasta Rosita, un pequeño y peligroso pueblo minero de oro en el cuál a la mayoría de los hombres se les permitía ir armados con el único requisito de ocultar sus pistolas debajo de sus camisas. En Rosita, también bajo férreo control militar, cenamos y nos alojamos en un hotel de mala muerte, y a la mañana siguiente tomamos otro autobús al principio por la misma desastrada pista que en dirección sudoeste, y empleando de nuevo todo el día, nos condujo hasta la ciudad de Matagalpa.

Matagalpa, la llamada "perla del norte", es una activa y montañosa ciudad conocida por sus plantaciones de café y cacao, ya relativamente cerca de Managua, y allí nos detuvimos un día para recorrer su calle principal, el parque Morazán y su bonita y blanca Catedral, no sin antes visitar en sus cercanías la bonita cascada del río Santa Emilia y alguna plantación de café y cacao. Al día siguiente, a primera hora, y ya por carretera asfaltada, recorrimos los ciento treinta kilómetros que nos separaban de Managua, la capital del pais, dedicando el día, luego de alojarnos, a confirmar el vuelo de regreso a Francia vía Madrid del grupo, solicitando por mi parte a la compañía Iberia un mes mas de permanencia cosa que me concedieron sin problemas porque tenían lista de espera para ese vuelo. Preparamos los equipajes, y al día siguiente me despedí en el aeropuerto de los 6 agradables y colaboradores jóvenes franceses agradeciéndome ellos el trabajo realizado, pagándome lo que todavía faltaba, y quedando en avisarme para otras futuras expediciones, cosa que hicieron pocos años después.

(*) La Nicaragua de 1987 tenía como presidente legítimo al sandinista Daniel Ortega. En enero de ese mismo año había sido promulgada la novena Constitución del país, contemplando un gobierno democrático basado en la separación de poderes, y ya en el año anterior el Sr. Daniel Ortega, todavía con alguna actividad de los "contras" y en pleno período de bloqueo y escasez económica, con una población empobrecida y en ocasiones carente de productos básicos había otorgado a los indios "miskitos" la autonomía de su región.

(**) Los indios "miskitos", una raza caribeña de origen "chibcha" mayoritaria en toda la "Costa de los Mosquitos" de Nicaragua y Honduras, hablan su propio idioma además del español, la mayoría son cristianos, su actividad principal es la pesca, la caza y la recolección de frutos, y tuvieron su propio reino hasta finales del siglo XIX. Los indios "rama", localizados en los alrededores de los torrentes, ríos y lagunas selváticas de toda esa zona, son también de origen "chibcha" y fueron en tiempos esclavizados por los "miskitos".

(***) Los "garifuna", también conocidos como "caribes negros" por ser mezcla de los originarios indios "caribes" y esclavos negros deportados de la isla de San Vicente hacia la isla de Roatán se establecieron en algunos lugares de las costas de Belice, Guatemala, Honduras y Nicaragua, conservan su propio idioma mezcla de dialectos africanos, caribeños y francés, y se dedican fundamentalmente a la caza y a la pesca.

31 ago 2012

LA ANTIGUA "NUEVA GALICIA" Y LA BONITA REGION DE LOS LAGOS (CHILE)

A finales de marzo de 1981 en el trascurso de mi vuelta a Sudamérica estaba yo cruzando el desierto de Atacama (*) en el norte de Chile, el mas árido del mundo, camino de la capital del país, Santiago de Chile. Venía de visitar el lago Titicaca y la ciudad de La Paz (la capital de Bolivia), descendiendo desde allí a Tacna (Perú) y cruzado la frontera por Arica en el extremo norte de Chile, ya a orillas del Pacífico.

En Santiago de Chile me detuve un par de días para visitar su impresionante Museo de Arte Precolombino, y pasear tranquilamente por el centro histórico de la ciudad con su Plaza de Armas, la Catedral Metropolitana, el Palacio de la Moneda, la Iglesia de San Francisco, etc., continuando luego mi camino hacia el sur no sin antes visitar la turística ciudad costera de Viña del Mar y el montañoso puerto de Valparaiso.

En mi viaje hacia el sur camino de Valdivia me detuve en la ciudad de Concepción, capital del antiguo Reino de Chile en el siglo XVI, en donde desemboca el río de los "mapuche" (**) Bio Bio. Concepción es la ciudad mas grande de la Araucania y una de las mas importantes del país, visitando en sus cercanías el antiguo puerto ballenero de Talcahuano, hoy importante puerto pesquero y base naval en dónde se conserva el acorazado Huáscar capturado a los peruanos en la llamada "guerra del Pacífico" de 1879.

Ya en la bonita ciudad fluvial de Valdivia conectada al mar por el río del mismo nombre, ciudad fundada por el conquistador Pedro de Valdivia en 1544 y muy afectada por el gran maremoto de 1960 originado por un terremoto de 9,5 grados de intensidad, el mayor conocido hasta la fecha, el cuál entre otras cosas destruyó las antiguas murallas de la ciudad a excepción de dos únicos torreones. Valdivia es sede de la Universidad Austral de Chile, y allí recorrí sus tranquilas calles bordeadas de edificios de madera de los numerosos inmigrantes alemanes, visité su Catedral, la Plaza de la República y la avenida costanera bordeando el río Calle Calle en el que se adentran desde el mar los leones marinos, y visité en un barco turístico la isla de Mancera y la Bahía de Corral con los restos de sus fuertes españoles.

Dejando ya Valdivia continué hacia el sur en dirección a la ciudad de Osorno fundada por García Hurtado de Mendoza en 1558, una ciudad agrícola y ganadera sin mayor interés, por lo cuál continué mi camino hacia Puerto Mont pasando de largo la ciudad balneario de Puerto Varas adónde tenía la intención de regresar pocos días después. Puerto Montt es el principal puerto pesquero del país estando localizado a mas de mil kilómetros al sur de Santiago de Chile, es una ciudad bastante agradable con su vista del hermoso volcán Osorno, sus casas típicas de madera y su paseo marítimo, siendo además el punto de partida para visitar el Chile austral y la cercana isla de Chiloé a la cuál se accede fácilmente en ferry desde el pequeño puerto de Pargua, a unos 60 kililómetros al suroeste de la ciudad.

Chiloé, la antigua "Nueva Galicia", tiene unos 180 kilómetros de largo y unos 50 de ancho siendo la segunda isla mas grande de Chile, de clima fresco y muy lluvioso cuenta con verdes colinas cultivables en el norte y con grandes zonas boscosas en el sur, amén de abundantes bancos de pesca en todo su litoral y en sus casi cuarenta pequeñas islas e islotes cercanos. Sus habitantes, muy reservados y casi todos descendientes de españoles y de indios "huilliches" y "chonos" (**) viven en sencillas casas de madera muchas de ellas sobre pilotes, abundan las bonitas iglesias, y la mitad de sus habitantes se concentran en los pequeños pueblos de la parte oriental de la isla de clima mas suave y costas mas protegidas que las de su parte occidental, siendo su capital la pequeña ciudad de Castro fundada en 1567.

En Chiloé me pasé unos estupendo días recorriendo tranquilamente los paisajes y pueblos de la isla, saliendo de pesca con algunos nativos por los islotes cercanos y poniéndome las botas con sus riquísimos guisos de pescado y muy sabroso marisco, regresando luego a Puerto Montt para desde allí continuar hasta la cercana, preciosa y turística localidad de Puerto Varas situada a orillas del gran lago Llanquihué, justo enfrente del hermoso volcán Osorno cuyas cónicas laderas y su cumbre nevada se refleja en las tranquilas aguas del lago. Puerto Varas parece mas una ciudad alemana que chilena debido a la fuerte inmigración del siglo XIX y ello se refleja en sus hermosas casas y blancas iglesias de techos rojos y torres puntiagudas. Puerto Varas tiene además una bonita playa y allí me quedé un par de días.

Bordeando por el sur el lago Llanquihué salí hacia el este en dirección a Petrohué situada al pié del volcán Osorno, parando en el camino para ver y bañarme en las bonitas cascadas del río del mismo nombre con sus aguas de un color verde esmeralda profundo, para luego, embarcado en un lanchón de pasaje y carga, cruzar de oeste a este el lago de Todos los Santos para llegar al pequeño puerto lacustre de Peulla en dónde pasé la noche. Peulla es la última localidad chilena y allí tuve que despachar la salida del país antes de emprender en una camioneta por una preciosa pista ascendente de montaña rodeada de abetos (me recordó mucho los paisajes canadienses) el camino hacia la frontera con Argentina, cruzando la cordillera de los Andes por el llamado paso de Pérez Rosales para llegar, ya descendiendo por el lado este la cordillera andina, a la pequeña localidad argentina de Puerto Frías.

Tramitada en Puerto frías la entrada en Argentina me embarqué de nuevo por el lago del mismo nombre hacia Puerto Alegre, y seguidamente y ya en un pequeño ferry, atravesando de oeste a este el lago Nahuel Huapi, hacia la localidad de Puerto Pañuelo en donde, después de visitar los alrededores, tomé un autobús hacia la ya cercana y turística ciudad de Bariloche.

(*) En el desierto de Atacama, considerado el mas árido del mundo, hay zonas que no han visto una sóla gota de lluvia en mas de 400 años, contando sin embargo con una gran riqueza minera, salinas, algunos fértiles oasis, agradables ciudades coloniales como San Pedro de Atacama, y con muchas y maravillosas playas en sus mas de 2000 kilómetros de costa, sobre todo en su parte sur de Coquimbo y La Serena.

(**) Los indios "mapuches" (denominados "araucanos" por los españoles), son los originarios habitantes de la región de la Araucanía y se resistieron a los incas y a la conquista española durante casi 300 años, principalmente en la cordillera andina y en la cuenca del río Bio Bio. Los "huilliches", también de la etnia "mapuche", habitaban la Región de los Lagos y de la isla Chiloé. Los "chonos", mas primitivos y conocidos como canoeros y cazadores marinos son un grupo étnico aparte, habitaban las pequeñas ensenadas e islas costeras desde Chiloé hasta las islas Guaitecas, en la Patagonia chilena.


26 ago 2012

MIS TRAVESIAS POR EL GOLFO DE BENGALA Y EL MAR DE ANDAMAN (INDIA Y THAILANDIA)

A principios de 1998 conseguí a muy buen precio un vuelo ida y vuelta de Londres a Chennai (la antigua Madrás, en el sureste de la India) válido por dos meses. Después de alojarme en un económico hostal y mientras indagaba la manera de llegar a las islas de Andamán y Nicobar (*) sin tener que desembolsar mucho dinero me dediqué a recorrer primero la ciudad de Chennai, la capital de Tamil Nadú, fundada por los portugueses y mas tarde colonizada por los ingleses, visitando como no el antiguo fuerte de St. George, la iglesia de Santa María, la catedral de Sam Thom, los templos de Kapaleswar y de Sri Parthasarathy, la playa de Marina Beach que es según dicen "la segunda playa mas larga del mundo"? con su vistoso palacio Chetpauk, etc.

Después de comprar un billete de litera en el viejo ferry de Chennai a Port Blair (la capital de las islas Andamán y Nicobar) para la siguiente semana, tomé un autobús hacia el interior para visitar en "rickshaws" la ciudad sagrada de Kanchipuram con sus famosos "mil" templos entre los que destacan el de Ekambareswarar dedicado a la diosa Shiva, y el de Kamakshi Ammán dedicado a Parvati, regresando luego en autobuses locales hacia la costa bordeando el río Palar camino de la ciudad "dravidiana" de Mahabalipuram con sus también famosos templos Shore dedicado a Shiva y Vishnu y su templo en la roca Mahisasuramardini, remontando luego por la costa en busca del mucho mas tranquilo pueblo costero de Covelong situado a pocos kilómetros al sur de Chennai con su bonita playa para pasar allí una relajante jornada antes de tomar al atardecer del día siguiente, bien provisto de provisiones, el ferry hacia Port Blair.

Menudo ferry !, un buque desvencijado y abarrotado, sucio, maloliente y bochornoso en el que pasé 3 noches y 3 días agobiantes sin poder dormir en mi litera por el calor y la humedad que había, al menos de noche en la cubierta conseguías respirar un poco a pesar de la calma chicha total, y así, abotargado y aburrido llegué por fin a Port Blair la capital de las islas Andamán y Nicobar, una pequeña ciudad fundada por los ingleses como colonia penitenciaria y que hoy cuenta con puerto, aeropuerto, y unos cien mil habitantes la mayoría hindúes emigrados del continente. En el centro de la ciudad rodeado de colinas se encuentra el activo Aberdeen Bazar que abastece a toda la región, y en su empinada calle principal todo son hostales, tiendas, pequeños restaurantes, cafés y pastelerías, y amén de su pequeño pero interesante Museo Antropológico poco hay que hacer como no sea alguna excursión en lancha a los cercanos islotes de North Bay, Viper (la antigua isla presidio) y Ross.

Después de un par de días en Port Blair tomé un pequeño ferry hacia la pequeña y paradisíaca isla de Neil  alojándome en una cabaña con ventilador y mosquitera en la playa de Sunset Point en dónde pasé dos días bañándome y buceando con gafas y tubo (no hay mucha profundidad) en busca de los raros "manaties hugones" sin conseguir ver ninguno. Desde Neil tomé de nuevo el pequeño ferry hacia la isla de Havelock, la mas "turística" de las islas Andamán que al menos contaba con un precario internet, alquiler de bicicletas y ciclomotores, y alojamiento en cabañas y bungalows algunos de buena calidad.

Havelock tiene unos 100 kilómetros cuadrados y todas sus localidades y playas están numeradas y enlazadas por un desvencijado autobús que recorre las dos únicas estrechas carreteras que confluyen en la llamada nº 3, Govind Nagar, el principal pueblo en el centro de la isla, en cuyas proximidades conseguí un alojamiento económico y en dónde alquilé un ciclomotor para recorrer tranquilamente en los siguientes días todos los rincones de esa maravillosa isla bañándome y buceando en las playas de Radhanagar, la mas bonita de la isla con una preciosa puesta de sol, Elephant Beach la mejor para bucear junto con los arrecifes del Faro, la bonita playa nº 5 en dónde se concentra el mayor número de alojamientos de la isla, etc.

Estaba en un chiringuito de la playa nº 1 (la playa del embarcadero de Havelock) tomando entre baño y baño una cerveza mientras pensaba en ir regresando ya a Port Blair para indagar algún vuelo barato a algún lugar de la India (quería evitar regresar de nuevo a Chennai en el lento y desastrado ferry y desde Port Blair no había vuelos internacionales) cuando veo desembarcar en una zodiac a una pareja inglesa de mediana edad que se sienta en la mesa de al lado en la terraza del chiringuito. Comenzamos mal que bien a charlar en francés (mi inglés era malo), nos presentamos, me dicen que vienen en su velero desde Calcuta en dónde llevaban algunos años trabajando y que se dirigen a la isla de Phuket, en Thailandia, para ver de montar allí algún negocio. Enseguida me vino la idea y al cabo de un rato, después de contarles por encima mis singladuras con el "Vagamundo" les pregunto si podría acompañarles, hablan entre ellos y me dicen que lo van a pensar, que vuelva al día siguiente a media mañana.

Así lo hago y cuando me ven en el chiringuito desembarca James en la zodiac y me dice que le acompañe a ver el barco (un viejo motovelero ketch Narwik 35), que tienen espacio de sobra y que podría venirles bien un tripulante para ayudarles en las maniobras y en las guardias nocturnas en caso de torcerse el tiempo. James y Linda me enseñan el barco y me dicen que regrese por la tarde con mi equipaje. Después de despachar con la policía del puerto levamos ancla al atardecer poniendo rumbo sureste en dirección a las pequeñas islas thailandesas de Ko Surin (**), según me dicen un verdadero paraiso para el buceo al que ambos son aficionados. La travesía de unas 380 millas bajo un cielo estrellado, viento de través, mar llevadera y con el desayuno garantizado con la gran cantidad de peces voladores que caían sobre cubierta resultó verdaderamente placentera, y ya anocheciendo el tercer día fondeamos delante de la oficina del Parque Nacional para despachar a la mañana siguiente nuestra llegada.

En las islas Surin pasamos tres maravillosos días visitando el poblado "moken" (**) de Mu Ban Chao con sus piraguas y sus chozas sobre pilotes, bañándonos en Hat Mai Ngan y en muchas otras de sus playas, y buceando entre otros en los maravillosos fondos de coral de Richelieu Rock a unas 10 millas al este, considerado por los expertos uno de los diez mejores del mundo, así como en el canal entre Ko Surin Tai y la pequeña isla sureña de Ko Khai desde donde un anochecer partimos ya hacia el sur en busca de las escarpadas y graníticas islas de Similán, fondeando ya amaneciendo en la isla de Ko Miang, la segunda en tamaño de las nueve islas, al objeto de despachar nuestra entrada en el parque nacional. En las rocosas Similán pasamos un par de días bañándonos en sus maravillosas calas de arena finísima y blanca como la nieve y buceando en sus también maravillosos fondos de coral del Este del Edén y de la Roca del Elefante, antes de partir de nuevo al anochecer hacia Phuket, nuestro destino final.

Hasta entonces las condiciones metereológicas habían sido muy buenas para la navegación, pero las 90 millas que nos separaban de Phuket se nos hicieron eternas, comenzó a levantarse un fuerte viento del sur, a encresparse la mar, y no tuvimos mas remedio que arriar velas excepto la mayor con dos rizos y poner motor peleando con la mar durante mas de 30 horas hasta conseguir refugiarnos ya de madrugada en la protegida bahía de Patong, en el suroeste de la isla, bajando en la zodiac a su famosa playa después de dormir, derrengados, unas cuantas horas. Al día siguiente ya con la mar en calma bordeamos el sur de la isla para dirigirnos a Chalong Bay para despachar allí los trámites de aduana e inmigración.

En Chalong Bay me despedí de James y Linda deseándoles suerte en su nueva vida, y me fuí con mi mochila hasta la fea y sucia Phuket para obtener información del país y de las posibilidades de regresar a Chennai (Madrás) al ir agotándose el tiempo disponible, encontrándome con que la mejor y casi única opción era en avión desde Bangkok por lo qué, después de comprar un billete de avión y de visitar al norte de Phuket otro pequeño poblado de "moken" (gitanos del mar) me dirigí en autobús hacia la ciudad de Phang Nga para visitar desde allí en piragua a motor bordeando tupidos manglares sus altísimos acantilados rocosos plagados de cuevas, el poblado musulmán de Ko Panyee con sus casas de madera sobre pilotes, así como el famoso islote rocoso de Ko Ta Pu mas conocido como "la isla de James Bond".

De vuelta a Phang Nga tomé otro autobús a Surat Thani, ya en el golfo de Thailandia, ciudad sin ningun interés a excepción de sus puestos de comida y carritos callejeros en los que puedes comer casi de todo, incluidas cucarachas, grillos y gusanos fritos, y desde allí un tren nocturno que después de un largo recorrido me llevó hasta la turística ciudad balneario de Hua Hin con sus hermosas playas y sus pequeños alojamientos y restaurante de marisco sobre pilotes al borde del mar. Desde Hua Hin tomé otro tren hacia la ya cercana y polucionada Bangkok, la capital del país que ya conocía desde hacía muchos años, alojándome en el ajetreado barrio de Sukhumvit y visitando de nuevo el Grand Palace, el templo del Buda Esmeralda, el Wat Pho, etc. antes de tomar el avión para Chennai (Madrás) y regresar desde allí via Londres a España desde dónde envié algunos datos sobre las islas a la editorial de guias de viajes alternativos con la que sigo colaborando esporadicamente desde entonces.

(*) Las islas Andamán y Nicobar aunque pertenecen a la India están situadas en el Golfo de Bengala mas cerca de Myanmar (Birmania) y de Thailandia y localizadas en la cadena montañosa submarina que desciende desde Myanmar hasta Sumatra (Malasia). Algunas zonas e islas de las Andamán están abiertas a los turistas mediante un rutinario permiso que se obtiene en Port Blair, pero las Nicobar, en dónde se concentra el mayor número de razas primitivas de la zona están totalmente prohibidas a los viajeros.

(**) El archipiélago de Ko Surin localizado en el mar de Andamán a unas 30 millas de la costa de Thailandia está formado por cinco islas siendo las dos mas grandes Ko Surin Nua y Ko Surin Tai, al igual que las Similan es uno de los emblemáticos parques naturales marinos de Thailandia y un verdadero paraiso para el buceo. Las islas están habitadas por los famosos "moken" (gitanos del mar) que al igual que en otro poblado al norte de la ciudad de Phuket se libraron del tsunami del año 2004 al escapar colinas arriba alertados por sus perros.

23 ago 2012

"PASEANDO" POR EL ANTIGUO IMPERIO MAYA (2ª Parte)

DE LOS "GARIFUNAS" DE LIVINGSTON (GUATEMALA) A LOS "MAYAS" DE COZUMEL (MEXICO)

Resueltas mis gestiones en la capital de Guatemala y después de una breve visita por la parte antigua de esa muy peligrosa ciudad tomé un autobús hacia el este camino de Chiquimula, una provinciana ciudad sin ningún interés a excepción de su basílica de Esquipulas con la "milagrosa" imagen de su Cristo Negro que atrae a miles de peregrinos de toda Centroamérica.

Chiquimula es la base de partida para visitar (adentrándose unos pocos kilómetros en la vecina Honduras) las célebres ruinas de Copán, sin duda el mas importante conjunto arqueológico maya en lo que a estelas funerarias con tallas en alto relieve se refiere, amén de su Acrópolis, su escalinata Jeroglífica, su Juego de la Pelota y su impresionante altar Q con los 16 primeros reyes de la dinastía tallados en su contorno.

Regresando a Chiquimula tomé otro autobús de nuevo hacia el este camino de la localidad de Los Amates, para visitar desde allí las cercanas ruinas mayas de Quiriguá con sus estelas y calendarios tallados y sus gigantescos monolitos, alguno de mas de 10 metros de altura, continuando luego a través de esa región bananera hacia Puerto Barrios, la peligrosa ciudad portuaria de Guatemala a orillas del mar Caribe con sus casas de madera y su río Las Escobas con varias piscinas naturales de agua cristalina.

En Puerto Barrios tomé una embarcación para, a través de la gran bahía de Amatique, llegar al pequeño y alegre pueblo pesquero "garifuna" (*) de Livingston localizado en la desembocadura del Rio Dulce, el cuál no tiene acceso por ninguna pista ni carretera. En Livingstone me detuve un par de días para descansar, bañarme en sus pequeñas playas y en las cascadas de los Siete Altares, salir a pescar en la canoa de algún nativo, y pasear por su empinada calle principal en la que se encuentra todo el pequeño comercio, bares y cafés de la localidad.

Por un paraje de escarpados acantilados y exuberante vegetación reflejándose en las aguas, uno de los paisajes mas bonitos que he visto en mi vida, remonté en piragua el navegable Río Dulce hasta la localidad que lleva su nombre (antes llamada Fronteras) situada al este del lago Izabal, visitando su pequeño pero muy bonito Castillo de San Felipe construido por los españoles alrededor de 1640 para defenderse de los piratas y corsarios ingleses.

En la cabina de un camión con decenas de nativos hacinados en su caja y teniendo como compañero de viaje a un silencioso austríaco gordo, barrigudo, renqueante y sesentón (al igual que yo ahora) emprendimos por una larga y pesada pista la ruta hacia el norte atravesando la inhóspita selva del Petén para llegar a la tranquila y bonita ciudad de Flores localizada en una isla comunicada con tierra en el lago Peten Itzá. Flores con sus calles adoquinadas, sus bonitos edificios de color pastel, su Iglesia Colonial y su Plaza Central, amén de sus excursiones por el lago, su espléndido Mirador y su cuevas de Actun Kan es el lugar ideal para sentar base y visitar desde allí las cercanas ruinas de Tikal.

La antigua ciudad maya de Tikal con sus sesenta kilómetros cuadrados, su gigantesca pirámide conocida como Templo IV de unos 70 metros de altura, así cómo el del Gran Jaguar de casi 50 metros, su Gran Plaza con la Acrópolis Central y la Acrópolis Norte, su plaza de los Siete Templos con la pirámide del Mundo Perdido, el Juego de la Pelota y la Acrópolis Sur fué durante el reinado del Gran Jaguar a mediados del siglo VIII una de las ciudades mas poderosas de todo el continente americano, siendo sin duda alguna el complejo arqueológico mas importante de Guatemala, y, junto con Chichén Itzá y Uxmal en el Yucatán mexicano, uno de los tres mas importantes de todo el antiguo imperio Maya.

Desde Tikal regresé a Flores para tomar ya al día siguiente desde la muy cercana San Benito un desvencijado autobús qué, por una desastrada pista en dirección este, me condujo a la frontera con Belice, deteniéndome poco después en el pequeño pueblo de San José Succotz para tomar a la mañana siguiente un pequeño trasbordador de manivela para atravesar el río Mopán y llegar a las ruinas mayas de Xunantunich, con su pirámide El Castillo de unos 40 metros de altura y el impresionante friso en altorelieve que la bordeaba. Desde San José tomé un nuevo autobús que ya por carretera asfaltada me condujo hasta Belmopán, la actual capital de Belice, una ciudad sin interés en la que me detuve sólo para dormir y visitar a la mañana siguiente sus ruinas mayas antes de continuar mi camino hacia Belice City.

Belice City, la antigua capital del país a orillas del mar Caribe, con sus calles desastradas y sus canales nauseabundos es una ciudad peligrosa en la que no conviene detenerse como no sea para visitar desde allí alguno de sus cercanos "cayos" como el Caulker y el mas famoso y caro Cayo San Pedro con sus playas coralinas, aguas cristalinas y buenas infraestructuras náuticas y hoteleras. Continuando ya hacia el norte camino de Chetumal en la frontera con el Yucatán mexicano me detuve en el camino para visitar las ruinas mayas de Altún Ha con su pirámide de Los Altares, sus templos de la Tumba Verde y del Atlas Amurallado en dónde fué encontrada la mayor escultura en jade de todo el imperio maya, una máscara de Kinich Ajhau (el diós del Sol) de unos cinco kilogramos de peso.

En Chetumal, la capital del estado de Quintana Roo me detuve sólo para dormir no sin antes visitar su museo de la Cultura Maya, el mas grande y completo del país, partiendo luego hacia el norte por la costa este de Yucatán en dirección a las encantadoras ruinas del antiguo puerto maya de Tulum, situadas en un acantilado justo al borde de un mar de color verde esmeralda y al lado de una preciosa playa de arena blanca y fina en la qué, al menos en aquellos años, te podías bañar. Desde Tulum hice una escapada por una pista hacia el oeste para visitar las ruinas mayas de Cobá situadas entre dos lagunas en medio de la selva,  bañándome en las heladas aguas del Gran Cenote (**) localizado en sus proximidades.

Retornando a la carretera federal me detuve en el pequeño puerto pesquero de Akumal y en el precioso Cenote Manatí (así llamado por la gran cantidad de manatíes que a él llegaban por una larguísima cueva conectada con el mar) para bañarme y practicar buceo en sus trasparentes aguas de color azul, continuando luego hasta la en aquél entonces tranquila y poco desarrollada Playa del Carmen (***) para tomar una barcaza hacia la isla de Cozumel (la mas grande del caribe mexicano) alojándome un par de días en su somnolienta y muy agradable capital San Miguel para desde allí recorrer la isla, visitar el parque nacional Chankanaab con su laguna, sus iguanas y sus delfines, bañarme en las preciosas playas del lado este, y practicar con los nativos en los arrecifes de su costa oeste algo de pesca y buceo.

De regreso a Playa del Carmen tomé un autobús a Cancún (***) para regresar desde allí a España.

(*) Los "garifuna", también conocidos como "caribes negros" por ser mezcla de los originarios indios "caribes" y esclavos negros deportados de la isla de San Vicente hacia Roatán se establecieron en algunos lugares de las costas de Belice, Guatemala, Honduras y Nicaragua, conservan su propio idioma mezcla de dialectos africanos, caribeños y francés, y se dedican fundamentalmente a la pesca.

(**) Los famosos y abundantes "cenotes" del Yucatán son pozos de agua naturales de diversas formas, tamaño y profundidad generados por el desprendimiento de la piedra caliza de su entorno causada por el desgaste de las corrientes de agua dulce subterráneas. En muchas ocasiones se comunican entre sí, acaban formando cuevas submarinas y después de muchos kilómetros desembocando en el mar.

(***) En 1991 Cancún todavía estaba llenándose de hoteles y expandiéndose, Playa del Carmen era un pueblo tranquilo con algunos chalets, y la famosa Riviera Maya todavía no existía (se creó en 1999). Al año siguiente de éste viaje, a comienzos del verano de 1992, regresé a Cancún como corresponsal turístico para continuar organizando desde allí la operativa de toda la zona maya, sin poder completar la temporada turística porque fuí expulsado por "trabajar ilegalmente en el país", había ingresado como turista y la "insinuante" encargada de la agencia receptiva contratada para nuestras operaciones me denunció a la policía por darles demasiada caña, pero fundamentalmente por puro despecho personal.


19 ago 2012

"PASEANDO" POR EL ANTIGUO IMPERIO MAYA (1ª Parte)

ME ROBAN A PUNTA DE CUCHILLO EN ANTIGUA (GUATEMALA)

En el verano de 1991 me encontraba trabajando en Cancún (México) como corresponsal turístico de una importante mayorista de viajes española, la cuál, una vez finalizado el agobio del verano (En aquellos tiempos agosto era conocido en todo el mundo como "el mes de los españoles") me ofreció la posibilidad de hacer un viaje de prospección por Yucatán (México), Guatemala, norte de Honduras y Belice con la finalidad de diseñar posteriormente un completo programa de viaje de unas tres semanas de duración por todo el antiguo gran imperio Maya.

Dejando atrás el conocido complejo arqueológico de Chichén Itzá con su grandiosa pirámide de Kukulkán, su gran Juego de la Pelota, su Cenote Sagrado, etc., así cómo la alegre ciudad de Mérida con su ambiente pueblerino me dirigí al suroeste en busca del conjunto arqueológico de Uxmal (uno de los tres mas importantes del antiguo imperio Maya junto con Chichén Itzá y Tikal en Guatemala) con su impresionante pirámide del Hechicero, su cuadrángulo de las Monjas, el palacio del Gobernador, la casa de las Palomas, etc., continuando luego hacia la costa camino de la ciudad de Campeche con su bonita plaza de San Francisco y su Catedral.

Desde Campeche en dirección suroeste me dirigí siempre en autobuses locales hacia la pequeña localidad de Palenque, situada en el estado de Chiapas (*), en dónde me detuve para visitar su antigua y preciosa ciudad Maya muy bien conservada con sus templos de las Inscripciones, del Sol y de la Cruz, su Palacio, su Acueducto, etc., así cómo las cercanas cascadas de Misol-Ha en dónde me bañé y pasé una noche antes de regresar a Palenque en busca de una plaza en una camioneta para llegar por una dificultosa pista en dirección sur hasta el lejano río Usumacinta que hace frontera con Guatemala y visitar allí, en plena sierra de los indios "Lacandones", las ruinas mayas de Yaxchilán y Bonampak con su famoso templo de los Murales.

De regreso a Palenque tomé una ascendente carretera en dirección a Ocosingo parando en el camino para visitar las bonitas cascadas del Agua Azul rodeadas de una exuberante vegetación. En Ocosingo, pueblo montañés sin ningún interés pasé la noche, continuando luego hasta la preciosa ciudad colonial de San Cristóbal de las Casas fundada por los españoles en 1528 alojándome allí un par de días para visitar la ciudad con su colorida Catedral, la Iglesia de la Merced y el museo del Ambar, el templo de San Francisco, la Alameda, el mercado de Dulces y Artesanía, etc., así como el cercano pueblo indígena de los curiosos indios "Tzotziles" (**) de San Juan Chamula con su iglesia de San Juan Bautista con centenares de velas de colores, su olor a mirra y copal, sus huevos frescos "para limpiar el cuerpo de malos espíritus", y sus gallinas de ofrenda destinadas al sacrificio.

Desde San Cristóbal me dirigí hacia el sur via Comitán para cruzar la frontera con Guatemala y llegar a la ciudad de Huehetenango fundada por Gonzalo de Alvarado en 1524 y situada ya en la montañosa región de los mayas "Quichés" (***) los cuáles todavía conservan su lengua original, visitando en sus cercanías el conjunto arqueológico de Zaculeu, la capital del antiguo reino maya "Mam" con sus plazas y templos piramidales, continuando luego hacia Quezaltenango, la segunda ciudad del país sin demasiado interés, después hacia Chichicastenango con su mercado el mas activo y colorido de todo Guatemala, y luego hacia la pequeña localidad turística de Panajachel, a orillas del maravilloso lago Atitlán.

En Panajachel me detuve un par de días para recorrer en piraguas el bonito lago Atitlán, el mas profundo de Centroamérica, en el cuál se refleja la cumbre del majestuoso volcán del mismo nombre, el mayor de los tres que lo rodean junto con el llamado Cerro de Oro, y visitar algunos de los pequeños poblados de sus orillas, entre ellos Santiago de Atitlán con la representación de su "espíritu" Mashimón muy reverenciado por los nativos, así como los agradables y tranquilos San Pedro y Santa Cruz de la Laguna. Desde Panajachel me dirigí hacia la lánguida y hermosa ciudad colonial de Antigua (antes Santiago de los Caballeros y la primera capital del reino de Guatemala), zona de frecuentes y destructivos terremotos pero que conserva en sus edificios y monumentos lo mejor de la arquitectura renacentista y barroca de toda Latinoamérica.

En Antigua tuve la vivencia mas peligrosa y desagradable de todo el viaje, regresaba ya de noche después de cenar a mi hostal situado en una callejuela de su centro histórico cuando se me acerca un nativo y ya a mi altura saca de debajo del poncho un gran cuchillo diciéndome tranquilamente que le entregase mi chaleco y vaciase los bolsillos del pantalón, miro hacia atrás y veo a otro nativo apoyado en la esquina del callejón, así que le entrego el chaleco y todo el dinero que llevaba encima, ya con el botín echa a correr y desaparece con su compañero, menos mal que había dejado mi pasaporte y la tarjeta de crédito en la caja del hostal al no haber podido cerrar la puerta de mi habitación con el candado que siempre llevo encima !

Desde Antigua me fuí ya hacia Guatemala, la peligrosa capital del país, al objeto de visitar la ciudad, contactar con alguna de las principales agencias de viajes receptivas del país, y reponer fondos para continuar luego hacia el este en busca de las ruinas mayas, razas, poblaciones y paisajes del norte de Honduras, norte de Guatemala, Belice y el este de Yucatán.

(*) Tan sólo tres años mas tarde, en 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) encabezado por el célebre y siempre enmascarado comandante Marcos se levantó en armas en el estado de Chiapas reivindicando los derechos de todos los pueblos indígenas de México, llegando a tomar entre otros San Cristóbal de las Casas y Ocosingo en dónde se libró la mas sangrienta batalla de todo el conflicto.

(**) Los curiosos indios "Tzotziles" localizados en el alto Chiapas son agricultores y muebleros, los hombres visten pantalón corto y camisas hasta las rodillas con fajas rojas y sombreros de pico, y las mujeres "huipiles" cortos, faldas largas de color azul ó rojo y chales atados en los que llevan a sus hijos. Aunque son católicos entremezclan la religión con sus propios "chamanes" y ritos ancestrales.

(***) Los mayas "Quichés" asentados en el noroeste de Guatemala son los que mejor conservan la lengua, costumbres y cultura Maya, son agricultores y expertos tejedores y entremezclan también el culto católico con sus ancestrales ritos animistas mayas. Sus vestidos son muy variados según la zona pero las mujeres siempre con "huipiles" multicolores bordados con flores y pájaros, largas faldas rojas, negras ó azules, chales de colores en los que llevan a sus hijos pequeños, y muchos collares.


13 ago 2012

EN EL NORTE DE PERU, LOS "MOCHE", EL "CEVICHE" Y LOS "CABALLITOS DE MAR"

A mediados de febrero de 1981 en el trascurso de mi vuelta a Sudamérica entré desde el sur de Ecuador al norte de Perú por la provincia costera de Tumbes sin esperar demasiado de ésta región, la cuál me sorprendió por sus tranquilas y agradables playas, por la belleza de sus manglares, pero sobre todo por algo que ignoraba de la historia española en Sudamérica y es que fue en ésta provincia, en la conocida como Caleta de Cruz Pizarro, muy cerca de Tumbes, en dónde Francisco Pizarro inició en 1532 la conquista del Perú.

Desde Puerto Pizarro emprendí por la costa mi ruta hacia el sur deteniéndome primero en las hermosas playas de arena blanca de la muy agradable Máncora y luego en las de Talara ideales para el surf, y ya llegado a Paita, el principal puerto del norte de Perú, disfruté de su enorme playa Esmeralda de mas de veinte kilómetros de largo con sus casas sobre pilotes de madera antes de visitar la ciudad de Piura, la primera ciudad fundada por los españoles en Perú, con su hermosa Catedral y su ajardinada Plaza de Armas.

Regresando hacia el mar en dirección suroeste atravesé el desierto de Sechura para llegar a la reserva costera del cabo Illescas con sus algarrobos y sus grandes colonias de flamencos rosa, tortugas, lobos marinos, pinguinos de Humboldt, etc. antes de continuar hacia la región de Lambayeque y la ciudad de Chiclayo con su hermosa Catedral y su verde Parque Principal, todo ello enclavado ya en el antiguo territorio de los "Moche ó Mochicas"(*) y siglos mas tarde de los "Chimú"(*), ambos anteriores a la conocida civilización "Inca".

Luego de unos días visitando las pirámides truncadas de Sipán (aún no habían sido descubiertas las tumbas reales "Moche" con sus esqueletos cubiertos de oro ni la tumba del llamado "Señor de Sipán" con sus ropas guerreras y su pectoral de oro), así como los complejos arqueológicos de Huaca Chotuna con sus bajorelieves con aves, peces y serpientes bicéfalas, y el muy extenso complejo de Túcume con los restos de sus murallas, plazas y edificios monumentales, ambos ya de la posterior civilización "Chimú", continué mi viaje siempre al sur hacia Pacasmayo y mas tarde hacia Huanchaco, muy cerca ya de la histórica ciudad de Trujillo.

En las playas de Huanchaco de donde es originario el famoso "ceviche" peruano me llevé una muy agradable sorpresa y fué el descubrir y poder navegar en sus esbeltos "caballitos de mar" (**) confeccionados con la "totora" (una especie de juncos) que crece en sus cercanos pantanos, y con los cuáles todavía hoy en día los pescadores de la zona se adentran muchas millas en el océano Pacífico para pescar. Muy cerca de allí me esperaba otra gran sorpresa, las enormes ruinas de la gran ciudad amurallada de Chan Chan de unos 20 kilómetros cuadrados de superficie construida por los "Chimú", la ciudad de adobe mas grande de toda Latinoamérica con sus enormes murallas de mas de doce metros de alto y cinco metros de espesor, sus enormes aljibes y los muros interiores de sus diez ciudadelas decorados con llamativos altorrelieves de peces, pelícanos, olas, redes, etc.

Ya en la histórica y alegre ciudad de Trujillo fundada por Diego de Almagro en 1534, hoy capital cultural de Perú, me detuve un par de días para descansar y pasear tranquilamente por su bonito centro histórico con su emblemática Plaza de Armas, su gran Catedral, el monumento a la Libertad, la iglesia y monasterio del Carmen, el alegre paseo Pizarro, el lujoso palacio Itúrregui, etc., así como visitando sus cercanas "huacas" (pirámides sagradas) del Sol y de la Luna con sus murales y relieves, antes de continuar hacia Lima, la capital de Perú, parando en la industriosa y poco atractiva ciudad de Chimbote sólo para dormir.

En Lima "la capital de los reyes" fundada por Francisco Pizarro en 1535 estuve tan sólo dos días visitando lo principal de la ciudad, el centro histórico con su Plaza Mayor y su Catedral, los conventos de San Francisco y de Santo Domingo, el monasterio de las Nazarenas, etc. así como los museos de Arte Precolombino y el Arqueológico Rafael Larco con sus impresionantes colecciones de objetos de oro y plata y objetos eróticos de la época precolombina, tomando luego allí el llamado "tren del oxígeno" (suprimido no se porqué años después) camino de Huancayo, ya en el altiplano peruano, para iniciar allí la siguiente, sorpresiva y peligrosa etapa de mi recorrido por Perú.

(*) La avanzada civilización "Moche ó Mochica" habitó toda la región de Lambayeque en el norte de Perú entre los siglos I y VII d.c., sucediéndoles luego los "Chimú" desde el siglo VIII al siglo XIV d.c., y posteriormente los "Incas". Tanto los "Moche" como los "Chimú" eran expertos orfebres y constructores de canales de riego convirtiendo parte su desértico territorio en un verdadero vergel.

(**) Los llamados "caballitos de mar" de Huanchaco provenientes de las civilizaciones "Moche" y "Chimú" tienen forma de "kayak" con la proa muy larga, afilada y levantada y son mucho mas marineras y esbeltas que las tan conocidas "canoas" del lago Titicaca y algunas otras embarcaciones similares del delta del Nilo en Egipto construidas asimismo con largos tallos de "totora" entrelazada.


7 ago 2012

A MADAGASCAR EN UN VIEJO CARGUERO DE ARROZ

A principios de noviembre del 2003 estaba en Harare, la revuelta capital de Zimbabwe, alojado en una zona relativamente tranquila de chalets muy cerca del centro nuevo de la ciudad. Tenía todavía casi mes y medio disponible antes de volver a Nairobi para regresar desde allí a España y lo único que tenía que decidir era mi próximo destino, decidiéndome al fin por intentar llegar a Madagascar via Mozambique dado que además la editorial de guias de viajes alternativos con la que venía colaborando esporadicamente desde hacía ya algún tiempo tenía interés en completar algunos datos de la zona central de Mozambique y de la propia Madagascar.

Con ése objetivo tomé un autobús hacia la pequeña ciudad de Umtali (hoy Mutare) en el éste del país, una tranquila ciudad colonial de anchas calles y edificios bajos pegada a la frontera con Mozambique, un muy pobre, precioso y alegre país en el que entré por la región montañosa de Manica, la capital de un antiguo reino plagado de oro, continuando luego siempre por pistas en dirección éste hacia el océano Indico no sin antes detenerme en la pequeña localidad Chimoio para visitar las pinturas rupestres de Chimanimani con escenas de cazadores con sus lanzas y danzas ancestrales, llegando al cabo de unos días por pistas cada vez mas embarradas e incluso inundadas por el río Pungwe a la mozambiqueña ciudad costera de Beira.

Beira, a orillas del llamado Canal de Mozambique en el océano Indico es la segunda ciudad y el segundo puerto del país, tiene poco que ver y es bastante peligrosa, así que mientras visitaba la playa, el paseo marítimo, la catedral y el centro de la ciudad indagaba en las pocas agencias de viajes la manera de llegar a Madagascar, encontrándome con qué no había aviones ni ferries que hiciesen desde allí la travesía del canal de Mozambique, sugiriéndome todas ellas que debía desplazarme hasta Maputo, la sureña capital del país, a mas de 700 kilómetros de distancia, cuando tenía justo enfrente de mi la gran isla de Madagascar.

Sin saber que hacer me fuí hacia el puerto pesquero encontrándome en los alrededores a varios marineros gallegos que trabajaban para una filial de Pescanova, los cuáles, después de indagar en la Capitanía del puerto me indicaron que había un pequeño carguero malgache con arroz listo para zarpar hacia Mahajanga, el segundo puerto de Madagascar situado en el noroeste de la isla, y allí me fuí acompañado por el patrón de uno de los pesqueros quién consiguió que a cambio de unos cuarenta dólares me admitiesen a bordo. La travesía en el viejo, pequeño y herrumbroso carguero trascurrió sin novedad a excepción del sofocante calor que hacía, y al cabo de dos días llegamos a la costa y una vez pagado mi visado la policía de inmigración me dejó desembarcar sin problemas en el puerto de Mahajanga.

Mahajanga (Majunga) situada a la entrada de la bahía de Bombetoka es una alegre ciudad de mayoría musulmana con su agradable centro viejo y puerto antiguo plagados de mezquitas de altos minaretes, comercios y animados mercados, con un bonito paseo marítimo en el que se conserva y venera como sagrado un gigantesco baobad de "mil años" de edad, y varias buenas playas en sus alrededores. En Mahajanga me detuve un par de días y luego partí por una sinuosa carretera asfaltada hacia Antananarivo, la capital de Madagascar, situada en el centro de esa enorme isla-continente a unos 550 kilómetros de distancia, parando a dormir en la pequeña ciudad mercado de Maevatanana, a orillas del río Ikopa.

Antananarivo, capital del antiguo reino Merina de origen polinesio y hoy capital de Madagascar es una extraña e impactante ciudad muy diferente a todas las que había visto hasta entonces, por la asombrosa arquitectura de los edificios de un rojo y oscuro ladrillo que bordean su gran Avenida de la Independencia situada en el centro de ésta ciudad mezcla de oriente y occidente, por la Ciudad Alta con sus iglesias y las ruinas del Palacio de la Reina, por el ambiente de sus mercados "zomas" que no son ni hindúes ni africanos, por sus parques tranquilos, sus escaleras y sus calles empedradas, sus pintorescos restaurantes, sus cafés, pero también por las ruinas, la suciedad y la miseria en numerosos barrios de la ciudad.

Desde Antananarivo me fuí todavía por carretera asfaltada hacia Toamasina (Tamatave), la principal ciudad portuaria de Madagascar situada en el océano Indico desde la que se exportan grandes cantidades de clavo, vainilla, pimienta, canela, etc., así como oro, caucho y animales vivos. En Toamasina no había mucho que hacer a excepción de pasear por sus amplias avenidas bordeada de cocoteros y por sus bonitas playas en las que no te podías bañar a causa de los tiburones, así que después de un día allí tomé primero un desvencinjado autobús en dirección norte hasta la pequeña ciudad costera de Fenoarivo, y luego una camioneta hasta el ribereño pueblo de Soanierana Ivongo al objeto de embarcar allí en un pequeño y desastrado ferry que me llevó hasta la pequeña y bonita isla de Santa María.

La pequeña isla de Santa María (Nosy Boraha) alargada y estrecha, antigua guarida de piratas (*) de los que todavía se conserva un cementerio con tumbas y calaveras tiene en su minúscula capital Ambodifotrata la iglesia mas antigua de Madagascar. Santa María es una isla preciosa y muy tranquila que por su tamaño, su plana superficie y sus pistas de arena que llegan a todos sus pequeños poblados puedes recorrerla perfectamente en bicicleta, sus habitantes son muy amables y acogedores, sus lagunas y playas bordeadas de casuarinas y cocoteros son tranquilas y hermosas y en ella puedes ver desde delfines y ballenas en el horizonte hasta pequeños "lemures" (**) en sus bosques. Alojado en una económica pensión de trotamundos al borde del mar permanecí allí varios días pensando en cómo llegar a mi siguiente destino, el puerto de Antisiranana, en el extremo norte de Madagascar.

Ante la imposibilidad de continuar por la costa este de Madagascar mi ruta hacia el norte debido a las agrestes y despobladas montañas que me separaban de la ciudad de Antisiranana decidí dar un rodeo regresando rápidamente a Antananarivo para al siguiente día tomar allí un autobús que a través de la alta meseta central me llevó de nuevo hasta Maetanana, en dónde enlacé con otro local que ya en descenso y paralelo a la costa oeste de Madagascar me condujo en dirección norte hasta el pueblo de Port Bergé Vaovao en dónde pasé la noche, continuando luego en camionetas por unas carreteras y pistas sujetas a inundaciones y cada vez mas deterioradas hasta el cruce de Antsohihy y desde allí a la pequeña, agradable y relajada ciudad costera de Ambanja en dónde pasé la noche, situada en la desembocadura del río Sambirano, una zona de mucha producción de cacao, vainilla, pimienta y café.

Desde Ambanja me dirigí hacia el cercano puerto de Ankify para tomar allí una embarcación hacia la famosa  isla "caribeña" de Nosy Be (que hasta dispone de un aeropuerto al que llegan directamente turistas de Francia, Alemania y sobre todo Italia) con sus playas de fina arena blanca, sus cristalinas aguas de color turquesa, sus "lemures negros", sus esbeltas mujeres con coloridos "sarongs" y cestas de pescado fresco sobre sus cabezas, el permanente y perfumado olor del "ylang yang" y la "vainilla" , pero también con su extremo calor húmedo y sofocante y sus millones de agresivos mosquitos. En Nosy Be permanecí sólo un par de días continuando luego hacia mi último destino en Madagascar, la ciudad portuaria de Antisiranana, localizada a unos doscientos cuarenta kilómetros en el extremo norte del país.

Antisiranana (antes Diego Suárez) (***), enclavada en un promontorio dentro de una enorme y protegida bahía rodeada de montañas por todas partes es el tercer puerto mas importante del país y sin duda el paisaje marítimo mas bonito de Madagascar, con muchas pequeñas bahías y playas de arena blanca. Antisiranana es también una ciudad tranquila y agradable con sus casas coloniales, su colorido mercado y sus calles comerciales las cuáles desde la plaza 14 de Octubre descienden hasta el puerto. En Antisiranana me despedí de Madagascar embarcándome en un buque mixto de carga y pasaje que después de una corta escala en Moroni (la capital de las islas Comores, en dónde no me dejaron desembarcar) para dejar y embarcar carga y pasaje me llevó hasta Dar es Salaam, la principal ciudad y antigua capital de Tanzania.

En Dar es Salaam no hay mucho que ver a excepción del Museo Nacional en el que se conservan restos fósiles y huellas de homínidos que ya caminaban erguidos hace tres millones de años así qué, después de un par de días en la ciudad paseando por el mercado de Kariakoo y por las ajetreadas callejuelas del centro y disfrutando de su playa de Oyster Bay bordeada de palmeras en dónde me alojé, tomé un ferry hacia la cercana isla de Zanzíbar, "la isla de las especias" en dónde agoté mis últimos días por las estrechas calles de Stone Town con sus puertas talladas y sus hermosas mezquitas, recorriendo en autobuses locales los frondosos y perfumados bosques de vainilla y nuez moscada y los pintorescos poblados del interior de la isla, y disfrutando de sus playas y excursiones de buceo en viejos "dhows". Desde allí tomé un avión a Nairobi que tres horas después me conectó con mi vuelo de regreso a Madrid ya sin tiempo de bajar a la ciudad y despedirme de mi amigo Lorenzo del Amo que supongo seguirá allí viviendo.

(*) En septiembre del 2010, el cazatesoros Barry Clifford descubrió en las costas de la isla de Santa María los restos del "Adventure", el buque insignia del corsario William Kidd, el famoso "Capitán Kidd", abandonado por sus protectores ingleses y ahorcado en Londres en 1701.

(**) Los "lemures" (existen mas de cien especies diferentes) son unos primates parecidos a los monos con la cara y las orejas mas puntiagudas, son exclusivos de de Madagascar, se alimentan de hojas, frutas y pequeños invertebrados y tienen ojos brillantes y hábitos nocturnos.

(***) Diego Suárez fué un marino de origen galaico-portugués que llegó al norte de Madagascar alrededor de 1543 fundando la ciudad y el puerto que hasta hace poco llevaba su nombre en la bahía mas oculta, resguardada y fácil de defender de todo el Indico occidental.

(****) Como curiosidad añadiré que al noreste de "Diego Suárez" existen tres minúsculos y preciosos archipiélagos coralinos llamados "Agalega", "Rodrigues" y "Cargados Carajos", están agrupados en las "islas Mascareñas" que hoy en día pertenecen a la "República de Mauricio".


4 ago 2012

TRAS LAS HUELLAS DEL DR. LIVINGSTONE (MALAWI, ZAMBIA, ZIMBABWE)

A finales de septiembre del 2003 llegué a Nairobi (Kenya) en un vuelo de oferta de Iberia de ida y vuelta válido por tres meses, mi intención era visitar a mi amigo y antiguo patrón de ADINDA Lorenzo del Amo y a Carlos Santos que allí se encontraban viviendo, y luego recorrer de norte a sur Tanzania, Malawi, Zambia y Zimbabwe sin un destino a partir de ahí concretado. Encontré a Lorenzo en un chalet alquilado al norte de Nairobi aparentemente bien de salud y dedicándose a comprar al por mayor artesanías "masai" y "samburu" para enviarla a sus contactos en España. Hablando y recordando viejos tiempos Lorenzo me sugirió que me fuese a Madagascar ya que tenía muy buenas referencias de ese lejano y bastante desconocido país. Fué la última vez que vi a Lorenzo del Amo el cuál supongo seguirá viviendo feliz lejos de nuestro país.


Dado que ya conocía el sur de Kenya y el mucho mas interesante norte de Tanzania tomé un autobús expres directamente a la ciudad de Arusha visitando allí el hospital en el que había estado ingresado a causa de las "niguas" que años atrás se me introdujeron en el pié en el río Congo, y continué luego, ya en autobuses locales, primero por carretera y luego por rápidas pistas de tierra rojiza hasta mi primera parada, el pueblo de Kondoa Irangi, al objeto de visitar sus grutas con pinturas rupestres algunas con mas de 3000 años de antiguedad. Desde allí continué hacia Dodoma, la actual capital política de Tanzania desde 1973, una ciudad moderna sin ningún interés, siguiendo luego hacia Iringa, una ciudad construida por el ejército alemán a finales de mil ochocientos para defenderse del jefe Mkwawa cuyo cráneo se conserva todavía hoy en una urna de cristal en el museo de Kalenga, su pueblo natal.


De nuevo por carretera asfaltada llegué a la ciudad de Mbeya, una de las mayores "despensas" agrícolas de Tanzania dado que en sus bonitos valles y altas montañas se cultiva casi de todo, maiz, arroz, trigo, café, té, cacao, tabaco, etc., y estando ya muy cerca de la frontera con el norte de Malawi entré en ése pobre, maravilloso y acogedor país de "bantús" por el abarrotado puesto fronterizo de Kaporo, dirigiéndome desde allí a la pequeña ciudad de Karonga a orillas del lago Malawi (el antiguo lago Nyasa), y de ahí a la pequeña ciudad montañosa de Livingstonia con su misión presbiteriana y sus casas de ladrillo rojo, visitando desde allí el parque nacional Nyika, el mas grande de Malawi, el cuál cuenta además de los clásicos elefantes, búfalos, leones, etc. con la mayor concentración de leopardos de todo el Africa central.


Llegado a Mzuzu, la ciudad mas grande del norte del país me detuve unos días descansando y disfrutando de las playas "caribeñas" del lago Malawi en la cercana Nkhata Bay, en la cuál los nativos me contaron que  el año anterior "un comerciante fué arrastrado al lago por un cocodrilo y se salvó de milagro mordiéndo al cocodrilo en la nariz hasta que éste lo soltó". Desde allí seguí mi camino hacia la ciudad de Nkhotakota, en su tiempo refugio de comerciantes árabes de esclavos, en donde se encuentra el llamado "árbol de Livingstone" bajo el cuál al parecer el famoso explorador convenció al jefe tribal para que prohibiese la esclavitud en su territorio. Continuando hacia el sur llegué a las maravillosas playas de Senga Bay, en Salima, con variados y acogedores alojamientos que ofrecían económicas excursiones de senderismo a los ríos plagados de cocodrilos e hipopótamos así cómo de baño, pesca y buceo en alguna isla cercana.


Llegado a Lilongwe, la capital del país, me detuve un par de días haciendo tiempo en los cálidos y coloridos mercados y cafés de la parte vieja de la ciudad en espera de  los visados de mis siguientes paises Zambia y Zimbabwe (la antigua Rhodesia), entrando seguidamente en Zambia por el caótico puesto fronterizo de Mchinji camino de la pequeña y agradable ciudad de Chipata, punto de partida para visitar el principal parque nacional del país, el South Luangwa Valley plagado de todo tipo de animales, búfalos, impalas, leopardos, elefantes, hipopótamos, etc., regresando luego a Chipata para continuar desde allí directamente a Lusaka, la desagradable y peligrosa capital del país en dónde me detuve sólo para dormir tomando a la mañana siguiente un autobús directo hacia la histórica ciudad de Livingstone.


Livingstone se encuentra en el extremo suroccidental de Zambia, hace frontera con la ciudad de Victoria Falls en la vecina Zimbabwe y comparte con ésta las grandiosas cataratas Victoria (*) descubiertas por David Livingstone en 1885 en su descenso por el río Zambeze. Las cataratas tienen en su conjunto unos 1708 metros de largo y unos 108 metros de caída media desde una amplia meseta superior de piedra basáltica hasta un profundo cañón excavado en las rocas por el río Zambeze a lo largo de los siglos, levantando una cortina de agua vaporizada que en alguna ocasión alcanzó los 800 metros de altura, siendo la zona correspondiente a Victoria Falls en Zimbabwe, separada por un puente de hierro de Livingstone, la mas grande, larga y vistosa de todas. Los mejores meses para visitarlas son en la estación seca de septiembre a enero.


Entre Livingstone y Victoria Falls pasé unos tranquilos días haciendo excursiones en piragua por las aguas y pequeñas islas del río Zambeze en la meseta superior de las cascadas en las cuáles es muy frecuente encontrarse con elefantes refrescándose y bebiendo, y bañándome en la piscina natural mas peligrosa del mundo, la llamada "piscina del diablo" (**). Desde la turística Victoria Falls me desplacé en un pequeño camión unos doscientos kilómetros hacia el este por una pista infernal bordeando el río Zambeze a fin de llegar al artificial pero muy bonito lago Kariba, en dónde me detuve unos días para recorrer en piraguas, rodeado de hipopótamos y cocodrilos, algunas de sus muchas islas e intentar pescar, sin éxito, algún "pez tigre goliat" con sus enormes dientes afilados. Desde allí me dirigí hacia Harare (antigua Salisbury), la peligrosa capital de Zimbabwe, para decidir allí mi próximo destino.


 (*) Al igual que las cataratas de Iguazú son compartidas por tres paises (Paraguay, Argentina y Brasil), las cataratas Victoria son compartidas por Zambia y Zimbabwe. Duplican en tamaño a las del Niágara, y son similares aunque mas rectilíneas que las de Iguazú. 


(**) La "piscina del diablo" es una piscina natural cercana a la "isla de Livingstone" y situada justo en el borde rocoso de las cataratas a las que puedes desde ella asomarte, pertenece a Zambia, y te puedes bañar en ella sólo en la estación seca de septiembre a enero asumiendo el riesgo que supone una siempre posible e inesperada crecida del río.