28 abr 2012

EN LA REGION KURDA DE TURQUIA

En la primavera de 1980 mi amigo Eloy González me llamó desde Madrid para decirme que unos conocidos suyos medio hippies que vivían en Amsterdam habían comprado de ocasión un pequeño autobús con tracción a las cuatro ruedas con la intención de recorrer la península de Anatolia en la Turquía asiática, y llegar hasta la frontera con Irán para comprar allí artesanía oriental y venderla a su regreso.

Su intención inicial había sido prolongar su viaje hasta la India y Nepal para comprar allí bisutería y ropa india que se vendía muy bien en los mercadillos de Praga, Berlin, Amsterdan y Londres, pero unos meses antes, en diciembre de 1979, la Unión Soviética había invadido Afganisthan y cerrado el famoso Paso del Khyber en la frontera entre Afganisthan y Pakistán, cortando la principal ruta de acceso a la India.

Llegamos a Estambul a finales de la primavera de 1980 cuando todavía no hacía mucho calor, el famoso puente de Galata que une las dos partes de la ciudad separadas por el Cuerno de Oro todavía estaba lleno de pequeños restaurantes de pescado y fumaderos de narguilé, y en los jardines delanteros de la catedral de Santa Sofía se reunían e incluso acampaban los nostálgicos de la rutas entre oriente y occidente.

Desde Estambul partimos casi de inmediato hacia Ankara, la capital política del pais, y luego hacia el valle de los antiguos Hititas, Trabzon (*) con su famoso monasterio en los acantilados de Sumela, la Armenia turca con sus paisajes y ambiente de muchos siglos atrás, Erzurum la principal ciudad de la zona, y Dogubeyazit ya en la frontera con la antigua Unión Soviética y el noroeste de Irán, punto de partida para ascender al monte Ararat en busca del Arca de Noé. Días mas tarde llegamos a la ciudad de Van, ya en la zona kurda de Turquía, y visitamos el lago Van con su isla e iglesia armenia de Akdamar.

Relativamente cerca nos quedaba ya Esendere, la pequeña pero muy activa ciudad fronteriza con Irán y en ella nos detuvimos un par de días para llenar el autobús de artesanía oriental de contrabando, mucho mas barata que la que se podía comprar en el Gran Bazar de Estambul. Desde Esendere, y en vez de regresar a Van, nos adentramos en las montañas camino de la mítica Hakkari, una ciudad balneario situada a unos 1.700 metros de altitud ya muy cerca de la frontera con la zona kurda de Irak.

Comenzaban de nuevo los tiempos revueltos y los controles de carretera se intensificaron ya antes de llegar a Hakkari, ciudad en la que pasamos dos días intentando "convencer" a un subteniente del ejército empeñado en qué por cuestiones de seguridad regresásemos a Van y diésemos un gran rodeo en vez de continuar nuestra ruta hacia el éste camino de Sirnak como teníamos previsto. Al final y con una buena "mordida" nos dejó continuar aprovechando que una patrulla militar iba por el mismo camino.

En aquellos tiempos la ruta de Hakkari a Sirnak era tan sólo una complicada pista de montaña que discurría paralela a la frontera con la zona kurda del norte de Irak y que con frecuencia se cerraba debido a infiltraciones de grupos kurdos irakíes y conflictos armados (**). La pista reviraba luego hacia el noreste camino de Sirnak y ya por carretera asfaltada enlazaba con la carretera de Diyabarkir y el parque nacional del monte Nemrut con sus colosales cabezas de piedra situadas a mas de 2.100 metros de altitud.

Desde allí nos dirigimos hacia Kayseri y a la Capadocia para visitar su impresionante paisaje de "chimeneas" y antiguas ciudades subterráneas, luego hacia Konya con su Mevlana y sus célebres derviches danzantes, y sin descender ya a la costa sur (***) de Anatolia ni visitar Pamukkale con sus solidificadas y blancas cascadas por estar algo justos de dinero regresamos directamente a Estambul de nuevo por Ankara y el interior de la península de Anatolia.

En los almacenes próximos al Gran Bazar rematamos nuestras compras de artesanía, sobre todo pulseras, gorras y jerseis de tiras de cuero que estaban muy de moda en aquella época, y ya emprendimos el camino de regreso a Amsterdam en donde mi compañero Eloy y yo tomamos un tren de vuelta a España después de repartir la artesanía que no se había vendido en el camino, dejándole yo a Eloy mi lote en depósito para su venta dado que él y su novia gallega tenían un puesto en un mercadillo de artesanía en Madrid.

(*) En Trabzón, a orillas del Mar Negro, fué dónde se estrelló hace unos años el Yak 42 de alquiler en el que murieron los soldados españoles que regresaban de su misión en Afganisthán.

(**) Un par de años después toda la zona kurda de Hakkari y Sirnak fué cerrada a cal y canto durante casi dos década por el ejército debido a las actividades armadas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) turco y al éxodo masivo de miles de kurdos iraquíes por los ataques contra ellos incluso con armas químicas por parte de Sadam Hussein.

(***) Pamukkale, Efeso, Esmirna, Bodrum, Marmaris, Afrodisias, y toda la costa de los antiguos Licios y Griegos al sur de la península de Anatolia tuve ocasión años después de conocerla en profundidad al haber sido destinado toda una temporada turística como "tour leader" y corresponsal de una mayorista de viajes española con intereses en la zona.