A finales de 1980 y durante el primer semestre de1981 me encontraba yo con mi mochila dando en trasportes locales una vuelta completa a Sudamérica.
Había llegado allí con un billete de avión de la compañía Varig abierto por un año procedente de Lagos (Nigeria) y con destino a Madrid (España) via Rio de Janeiro (Brasil). Ese billete lo había comprado en Lagos después de haber vendido un "vehículo y medio" (*) en Cotonou (Benin) por dos buenas razones, la primera porque era la vía mas barata para regresar en su momento a España, y la segunda porque me permitía llegar y permanecer en Sudamérica durante todo un año.
Ya en Brasil y después de unos días de descanso y disfrute en Río de Janeiro remonté toda la costa del Atlántico hasta llegar a Belém, luego el rio Amazonas hasta Manaos en donde pasé, enfermo, una de las navidades mas tristes de mi vida después de haber remontado el rio Negro hasta encontrarme con una acogedora tribu de Yanomanis con los que permanecí, con una compañera brasileña, unos pocos días antes de regresar necesariamente a Manaus.
En el año 1981 tuve una suerte tremenda porque ya en Ecuador, después de una corta estancia con los indios Colorados, me libré por unos días de una de las frecuentes inundaciones de Esmeraldas, un paradisíaco pueblo en la costa ecuatoriana del océano Pacífico, y algún tiempo después de un pequeño maremoto que afectó a buena parte de la costa de Antofagasta, en el norte de Chile, en dónde había estado alojado en un camping de destartaladas caravanas justo al borde del mar.
El caso es que durante mi estancia en Perú y después de subir en el años después suprimido "tren del oxígeno" (llevaba enfermeros y oxígeno para la altitud) desde Lima a Huancayo, ya en la cordillera andina, iba en un autobús desde ésta ciudad hasta Ayacucho cuando ya llegando a ésta última ciudad comencé a oir ruidos de disparos de metralletas y cañones.
Llegado a Ayacucho veo sus calles tomadas por el ejército peruano, le saco una fotografía a una tanqueta militar, me ven por el retrovisor, retroceden, me paran, me piden el pasaporte y la cámara y me velan el carrete de fotos dejándome luego marchar.
Yo no sabía lo que estaba pasando, la gente me hablaba de combates con la "guerrilla" sin querer decirme nada mas. Pocos días después y ya en Cuzco me entero de que la "guerrilla" había asesinado a siete periodistas occidentales, fué entonces cuando comenzó a hablarse de Sendero Luminoso en el mundo.
(*) Lo del "vehículo y medio" requiere una explicación, yo había comprado dos Peugeot 504 en Holanda y después de atravesar con ellos el desierto del Sáhara los vendí en Cotonou (Benín), pais fronterizo con Nigeria, repartiendo lo obtenido por uno de ellos con mi compañero Fernando García Vaquero que lo conducía y me acompañaba en esa ocasión.
Había llegado allí con un billete de avión de la compañía Varig abierto por un año procedente de Lagos (Nigeria) y con destino a Madrid (España) via Rio de Janeiro (Brasil). Ese billete lo había comprado en Lagos después de haber vendido un "vehículo y medio" (*) en Cotonou (Benin) por dos buenas razones, la primera porque era la vía mas barata para regresar en su momento a España, y la segunda porque me permitía llegar y permanecer en Sudamérica durante todo un año.
Ya en Brasil y después de unos días de descanso y disfrute en Río de Janeiro remonté toda la costa del Atlántico hasta llegar a Belém, luego el rio Amazonas hasta Manaos en donde pasé, enfermo, una de las navidades mas tristes de mi vida después de haber remontado el rio Negro hasta encontrarme con una acogedora tribu de Yanomanis con los que permanecí, con una compañera brasileña, unos pocos días antes de regresar necesariamente a Manaus.
En el año 1981 tuve una suerte tremenda porque ya en Ecuador, después de una corta estancia con los indios Colorados, me libré por unos días de una de las frecuentes inundaciones de Esmeraldas, un paradisíaco pueblo en la costa ecuatoriana del océano Pacífico, y algún tiempo después de un pequeño maremoto que afectó a buena parte de la costa de Antofagasta, en el norte de Chile, en dónde había estado alojado en un camping de destartaladas caravanas justo al borde del mar.
El caso es que durante mi estancia en Perú y después de subir en el años después suprimido "tren del oxígeno" (llevaba enfermeros y oxígeno para la altitud) desde Lima a Huancayo, ya en la cordillera andina, iba en un autobús desde ésta ciudad hasta Ayacucho cuando ya llegando a ésta última ciudad comencé a oir ruidos de disparos de metralletas y cañones.
Llegado a Ayacucho veo sus calles tomadas por el ejército peruano, le saco una fotografía a una tanqueta militar, me ven por el retrovisor, retroceden, me paran, me piden el pasaporte y la cámara y me velan el carrete de fotos dejándome luego marchar.
Yo no sabía lo que estaba pasando, la gente me hablaba de combates con la "guerrilla" sin querer decirme nada mas. Pocos días después y ya en Cuzco me entero de que la "guerrilla" había asesinado a siete periodistas occidentales, fué entonces cuando comenzó a hablarse de Sendero Luminoso en el mundo.
(*) Lo del "vehículo y medio" requiere una explicación, yo había comprado dos Peugeot 504 en Holanda y después de atravesar con ellos el desierto del Sáhara los vendí en Cotonou (Benín), pais fronterizo con Nigeria, repartiendo lo obtenido por uno de ellos con mi compañero Fernando García Vaquero que lo conducía y me acompañaba en esa ocasión.