3 may 2012

TRANSAFRICANA, DE MADRID A KENIA EN UN VIEJO CAMION. (1ª parte)

EL PRECIO "EN ESPECIE" PARA SALIR DE ARGELIA

En otoño de 1981, poco despues de regresar de mi vuelta a Sudamérica, me enteré por un periódico gratuito de tirada nacional llamado Segundamano que una asociación de Madrid denominada ADINDA (con la cuál mas tarde y durante varios años colaboré muy intensivamente como guia responsable de expediciones en el Africa occidental), estaba acondicionando un viejo camión Man de 20 toneladas y 2 ejes traseros para atravesar el gran desierto del Sáhara y las junglas del Africa central, en un viaje sin retorno de unos cuatro meses previstos de duración desde Madrid (España) a Nairobi (Kenia), y buscaba personas interesadas en participar en esa larga y complicada expedición.

Aprovechando que tenía que ir a Madrid para ver a mi amigo Eloy González y dejarle en depósito para su venta la artesanía que había traido de Sudamérica, así como recoger dinero por la venta de la de Turquía, me acerqué para ver el camión el cuál ya estaba practicamente acondicionado con sus refuerzos bajo el motor, depósitos suplementarios para agua y gasoil, planchas de hierro para la arena, tres filas de literas (una de ellas sobre arcones para los equipajes y las otras dos colgadas con cadenas de las barras soporte del techo de lona), completa cocina en la caja detrás de la cabina, etc. Así conocí a Lorenzo del Amo (*) y a su socio Carlos Santos, y allí me quedé ayudando a completar lo que faltaba.

Un par de semanas después partimos de Madrid con el camión camino de Algeciras para tomar allí un ferry hacia Ceuta. En Algeciras se reunieron con nosotros los miembros de la expedición de las provincias del sur que faltaban hasta completar el cupo máximo de 26 personas de toda España, hombres y mujeres en su mayoría jóvenes y del mas variado talante y procedencia, e incluso un alemán muy alto y tranquilo llamado Jurgens el cuál tuvo la mala suerte, ya mas tarde en el Sáhara y en un brusco salto del camión, de abrirse la cabeza con una de las barras del techo y luego al caer romperse la rabadilla.

Desde Ceuta emprendimos la ruta hacia Oujda, ciudad ya próxima a la frontera entre Marruecos y Argelia, atravesando de oeste a este las montañas del Rif, zona emblemática del cultivo, preparación y distribución del haschis de Marruecos. Allí y durante toda la travesía nos persiguieron con sus coches los rifeños tirándonos a la caja del camión bolas y puros de haschis a cambio de cualquier cosa, una navaja, un mechero, dinero, etc., devolviéndoles nosotros practicamente todo lo que nos tiraban entre otras cosas porque en un par de días teníamos que pasar los severos controles fronterizos de la aduana argelina.

Entramos en Argelia sin mayores problemas aunque eso sí, los aduaneros nos revisaron muy exhaustivamente todos nuestros equipajes y hasta metieron el camión en el foso. En Argelia nos detuvimos en Orán y luego recorrimos rapidamente el norte del país hasta Blida, ya en las proximidades de Argel, y allí nos desviamos hacia el sur para cruzar por carretera asfaltada la cadena montañosa del Atlas argelino y llegar a Ghardaia, una atractiva ciudad situada en las estribaciones del Sáhara, mas tarde El Golea, la primera ciudad del desierto, In Salah con su fuerte, su relajante oasis y sus dunas móviles, y desde allí afrontamos los 660 kilómetros que nos separaban de Tamanrasset por un asfalto cada vez mas deteriorado y tragado por la arena, el último tramo por pistas laterales ya que ni restos de asfalto existían.

Tamanrasset, la capital de los tuaregs del macizo montañoso del Hoggar de los Iforas es la principal y última ciudad al sur del Sáhara argelino, una bulliciosa ciudad en torno a un colorido y bien surtido mercado central de alimentos y productos, a un grande y antaño muy activo mercado de camellos, y a sus talleres y almacenes de suministros. Punto de partida para visitar el Assekrem y las montañas del Hoggar con sus nómadas tuaregs y sus pozos secretos de agua fria ocultos en las rocas, es también el último lugar para descansar, reparar y abastecerse los camiones y vehículos antes de la gran travesía sahariana.

Desde Tamanrasset y una vez pasados los preceptivos controles de policía y aduanas tomamos la ruta hacia el sur camino del puesto fronterizo de In Guezzam distante unos 400 kilometros, al principio por un corto tramo asfaltado, y luego por una rápida pista arenosa que se adentraba cada vez mas en el Sáhara profundo en dirección a Niger, nuestro siguiente destino. En ése tramo no tuvimos mayores incidencias a excepción de algún que otro ligero enterramiento en la arena que con las palas que llevábamos solventamos rapidamente.

Llegados a In Guezzam, un pequeño pueblo con cuatro polvorientas casas y un puesto de control en medio de la nada, comenzaron los problemas. El jefe de aduanas, un sargento alto, fuerte, calvo, tuerto y mal encarado se empeñó en no dejarnos salir del país si no le regalábamos un radiocassete y le dejábamos pasar una noche con alguna de nuestras compañeras del camión, cosa que en principio tomamos como una broma pero al ver que iba en serio a todos nos cabreó negándonos rotundamente.

Pasamos allí cuatro días cubiertos por el polvo que arrastraba el viento y con un calor infernal ya que ni una sombra había al mediodía para guarecerse, pero el tuerto aduanero seguía en sus trece. El cuarto día por la noche celebramos una asamblea y decidimos regresar a Tamanrasset a pesar de la distancia, pérdida de tiempo e incertidumbre que ello suponía para la continuidad de nuestro viaje, y denunciar allí a las autoridades lo que nos estaba pasando, pero ésa noche, a la vista del gran problema que teníamos, una compañera a la que el aduanero no le quitaba los ojos de encima decidió sin decirnos nada irse con él.

A la mañana siguiente, apesadumbrados, partimos hacia lo mas profundo del Sáhara camino de Níger, nuestro siguiente destino.

(*) Lorenzo del Amo y Carlos Santos fueron los pioneros españoles en la movida africana de los años 80, y ya antes, hasta que se cerró el paso del Khyber entre Pakistán y Afghanistán, de la movida española hacia la India y Nepal. Un par de años antes de la expedición en camión que aquí relato habían cruzado el desierto del Sáhara en un tractor con remolque llegando con él hasta Yaoundé (Camerun).