En febrero de 1997 llevé un grupo de expedición del Museo Arqueológico de La Coruña a visitar las principales ciudades y monumentos históricos de Laos, Vietnam y Camboya vía Kuala Lumpur (Malasia). En los años anteriores ya había acompañado al grupo primero al enigmático Irán, y posteriormente a Yemen y Jordania.
En Laos visitamos la histórica capital norteña de Luang Prabang y remontamos un trecho del gran río Mekong hasta el afluente que lleva a Dien Bien Fu, así cómo su actual capital Vientiane, y ya en Vietnam la ciudad norteña de Hanoi con sus teatros de marionetas y sus campos de arroz y la brumosa bahía de Halong con sus impresionantes islotes rocosos emergiendo del mar, luego Hué, Danang y el delta del rio Mekong con sus islas en el sur del país, así como su vibrante y dinámica capital Ho Chi Ming (la antigua Saigón).
Ya en Camboya, su capital Phnom Penh y la pequeña ciudad norteña de Siem Reap, base de partida para visitar los enigmáticos y fabulosos templos de Angkor algunos practicamente comidos por la selva y que son, sin lugar a dudas, el conjunto arqueológico mas importante de todo el sudeste asiático, seguidos quizás por los templos de Bagán al sur de Mandalay, en la actual Myanmar (antigua Birmania), los cuáles también tuve ocasión de visitar por mi cuenta junto con el apacible lago Inle algunos años después.
El caso es qué, ya llegando a Siem Reap por carretera desde Phnom Penh y sobrados de tiempo quisimos desviarnos y hacer una parada para visitar la parte norte del gran lago Tonlé Sap y el guía camboyano que llevábamos nos lo impidió diciéndonos que estaba prohibido por ser extremadamente peligroso. Ya en el hotel de Siem Reap, uno de los pocos decentes que en aquellos tiempos había en la ciudad, cenamos y nos fuimos a dormir escuchando durante la noche ruidos de disparos en la lejanía.
A la mañana siguiente en el temprano desayuno le preguntamos por ellos al guía local y éste, muy nervioso, nos dice que no había sido nada, sólo unas prácticas de tiro de la policía. Salimos en autobús camino de los templos de Angkor, escoltados por una patrulla miliar, y ya al llegar a la entrada principal sur, la única en aquellos tiempos de acceso permitido, nos encontramos las murallas y el perímetro que rodea los templos tomado por muchos militares y un ambiente algo extraño ya que parecían estar todos en estado de alerta y asustados.
Los militares, siempre acompañándonos a una distancia prudencial y sin perdernos de vista nos permitieron visitar tan sólo algunos de los templos situados en "la zona controlada y segura", Angkor Wat el mayor y mas impresionante de todos, el templo de Bayon con sus 216 colosales rostros esculpidos, la pirámide de Baphuon, el Palacio y las piscinas reales, el templo de Phimeanakas, así como otros menores pero no menos importantes en las cercanías, algunos comidos totalmente por la selva y con sus muros y cimientos entremezclados y abrazados por los enormes troncos y raices de los árboles que todo lo invadían..
Ya de vuelta en nuestro país supimos algo de lo que estaba pasando en Camboya, el sanguinario general Pol Pot de los Khmer Rojos el cuál durante su mandato había masacrado a mas de dos millones de camboyanos y al que se le daba por muerto había "resucitado" en algún lugar de Thailandia cercano a la frontera norte y a su antigua base camboyana de Anlong Veng, había vuelto a tomar las armas con los partidarios que aún le quedaban y estaba realizando incursiones con su guerrilla en la zona norte del pais, incluyendo las proximidades del lago Tonlé Sap, la zona norte de los templos de Angkor y hasta la mismísima ciudad de Siem Reap.
Pocos meses después, ya a comienzos de 1998, acosado por los militares y herido y enfermo de malaria falleció "definitivamente" el sanguinario general Pol Pot en las proximidades de Anlong Veng cerrándose así el capítulo de la mas reciente y sangrienta etapa del sudeste asiático. Hoy en día Siem Reap está plagada de hoteles y los templos de Angkor son visitados cada año por millones de turistas de todo el mundo.
En Laos visitamos la histórica capital norteña de Luang Prabang y remontamos un trecho del gran río Mekong hasta el afluente que lleva a Dien Bien Fu, así cómo su actual capital Vientiane, y ya en Vietnam la ciudad norteña de Hanoi con sus teatros de marionetas y sus campos de arroz y la brumosa bahía de Halong con sus impresionantes islotes rocosos emergiendo del mar, luego Hué, Danang y el delta del rio Mekong con sus islas en el sur del país, así como su vibrante y dinámica capital Ho Chi Ming (la antigua Saigón).
Ya en Camboya, su capital Phnom Penh y la pequeña ciudad norteña de Siem Reap, base de partida para visitar los enigmáticos y fabulosos templos de Angkor algunos practicamente comidos por la selva y que son, sin lugar a dudas, el conjunto arqueológico mas importante de todo el sudeste asiático, seguidos quizás por los templos de Bagán al sur de Mandalay, en la actual Myanmar (antigua Birmania), los cuáles también tuve ocasión de visitar por mi cuenta junto con el apacible lago Inle algunos años después.
El caso es qué, ya llegando a Siem Reap por carretera desde Phnom Penh y sobrados de tiempo quisimos desviarnos y hacer una parada para visitar la parte norte del gran lago Tonlé Sap y el guía camboyano que llevábamos nos lo impidió diciéndonos que estaba prohibido por ser extremadamente peligroso. Ya en el hotel de Siem Reap, uno de los pocos decentes que en aquellos tiempos había en la ciudad, cenamos y nos fuimos a dormir escuchando durante la noche ruidos de disparos en la lejanía.
A la mañana siguiente en el temprano desayuno le preguntamos por ellos al guía local y éste, muy nervioso, nos dice que no había sido nada, sólo unas prácticas de tiro de la policía. Salimos en autobús camino de los templos de Angkor, escoltados por una patrulla miliar, y ya al llegar a la entrada principal sur, la única en aquellos tiempos de acceso permitido, nos encontramos las murallas y el perímetro que rodea los templos tomado por muchos militares y un ambiente algo extraño ya que parecían estar todos en estado de alerta y asustados.
Los militares, siempre acompañándonos a una distancia prudencial y sin perdernos de vista nos permitieron visitar tan sólo algunos de los templos situados en "la zona controlada y segura", Angkor Wat el mayor y mas impresionante de todos, el templo de Bayon con sus 216 colosales rostros esculpidos, la pirámide de Baphuon, el Palacio y las piscinas reales, el templo de Phimeanakas, así como otros menores pero no menos importantes en las cercanías, algunos comidos totalmente por la selva y con sus muros y cimientos entremezclados y abrazados por los enormes troncos y raices de los árboles que todo lo invadían..
Ya de vuelta en nuestro país supimos algo de lo que estaba pasando en Camboya, el sanguinario general Pol Pot de los Khmer Rojos el cuál durante su mandato había masacrado a mas de dos millones de camboyanos y al que se le daba por muerto había "resucitado" en algún lugar de Thailandia cercano a la frontera norte y a su antigua base camboyana de Anlong Veng, había vuelto a tomar las armas con los partidarios que aún le quedaban y estaba realizando incursiones con su guerrilla en la zona norte del pais, incluyendo las proximidades del lago Tonlé Sap, la zona norte de los templos de Angkor y hasta la mismísima ciudad de Siem Reap.
Pocos meses después, ya a comienzos de 1998, acosado por los militares y herido y enfermo de malaria falleció "definitivamente" el sanguinario general Pol Pot en las proximidades de Anlong Veng cerrándose así el capítulo de la mas reciente y sangrienta etapa del sudeste asiático. Hoy en día Siem Reap está plagada de hoteles y los templos de Angkor son visitados cada año por millones de turistas de todo el mundo.