Durante la década de los 80 fueron muchas las expediciones y viajes que emprendí hacia y en el Africa occidental principalmente con vehículos Peugeot 504 comprados de ocasión en el norte de Europa, y luego con pequeños autobuses usados de tracción a las cuatro ruedas adquiridos por Lorenzo del Amo (ADINDA) de las subastas del ejército y la guardia civil.
En cuanto a los Peugeot 504 (a veces 404) tengo comprado algunos en Bruselas y en Frankfurt aunque generalmente los adquiría en la feria de vehículos de ocasión que todos los martes por la mañana se celebraba en Utrech (Holanda), en la cuál, una vez elegido el vehículo y acordado el precio con el vendedor, en una oficina de tráfico que había en la propia feria te tramitaban el cambio de titularidad con el único costo de los impresos, y en el cuarto de hora que empleabas en tomar un café salías ya con la documentación y el vehículo a tu nombre.
Ya en tu coche la rutina inicial era siempre la misma, revisabas el aceite, llenabas el depósito de gasolina y partías en dirección a Luxemburgo parando generalmente en el alto de las Ardenas (*) para relajarte un poco y comer sus sabrosos fiambres. Continuabas luego hacia el sur por el este de Francia parando en los principales cementerios de coches en los cuáles te regalaban ó comprabas por cuatro perras neumáticos, parabrisas, radiadores, etc., parando también en los almacenes de ropa usada para comprar por kilo principalmente camisas y pantalones vaqueros. Por supuesto dormías en tu coche en las áreas y estaciones de servicio envuelto en tu saco de dormir, pasando muchas veces en pleno invierno un frio endiablado.
Una vez que llegabas a Lyon tenías dos posibilidades, una, la mas larga, costosa y problemática dirigirte hacia España y Marruecos para entrar desde allí en el norte de Argelia, y la otra, mucho mas conveniente, económica y usual atravesar los Alpes franceses por Grenoble para estar en Génova (Italia) el sábado a primera hora de la mañana al objeto de embarcarte en el ferry mas económico que había, el Habib, de bandera tunecina, el cuál hacía escala en Palermo antes de poner rumbo a Túnez. Alguna vez con tiempo y dinero tengo embarcado también en otros ferrys locales para conocer por tierra Córcega, Cerdeña y Sicilia antes de continuar hacia Túnez, y hasta en una ocasión me he despeñado por la nieve en el norte de Cerdeña.
En general en Túnez pasabas la frontera sin problemas salvo el lento procedimiento burocrático de relacionar todo lo que llevabas en el coche para cotejarlo luego en la aduana de salida, algo que no te impedía "destrozar algún neumático ó romper el parabrisas" y tener que reponerlos con los repuestos que llevabas al objeto de hacerte con algún dinero. En Túnez pasabas cómo mínimo una o dos semanas disfrutando de sus bajos precios, sus fantásticas playas, bazares y monumentos antes de, metiéndote ya hacia el interior por las estribaciones del desierto del Sáhara cruzar la frontera con Argelia poco después de los bonitos oasis de Tozeur y Nefta, ya en las estribaciones del gran "erg" (cadena de dunas) oriental sahariano.
La salida de Túnez y la entrada en Argelia generalmente no tenía ningún problema, las aduanas las pasabas muy facilmente con alguna de las botellas de whisky barato que libre de impuestos habías adquirido en el ferry. Ya en Argelia y atravesando por carretera asfaltada hacia el oeste las ciudades de El Oued, Touggourt y Quargla te paraban ó te seguían en sus taxis ó coches los argelinos para comprarte a precio de oro las camisas y pantalones vaqueros usados que para ello habías comprado por kilo en Francia, con lo cuál ya tenías dinero para todos los gastos de tu travesía por Argelia incluidos hoteles y gasolina.
Una vez que llegabas a Ghardaia continuabas hacia el sur camino de El Golea, y a partir de ahí tenías de nuevo dos posibilidades, una era continuar hacia el suroeste hasta la bonita ciudad roja de Timimoun bordeando el gran "erg" occidental para tirar luego hacia el sur camino de Reggane, y a partir de ahí atravesar por sus rápidas pistas los 1300 kilómetros de tierra vacía del Tanezrouft, en dónde no hay absolutamente nada a excepción de unos restos del antiguo puesto avanzado de la legión extranjera francesa llamado Bidón V, para luego, atravesando ya la frontera entrar en el norte de Malí por Tessalit, recorrer de norte a sur éste país y vender allí el coche ó encaminarte hacia el oeste de Burkina Fassó, a Costa de Marfil ó Senegal con el fin de conocer esos países y vender luego allí el vehículo.
La otra opción era seguir por la principal ruta transahariana hacia el sur camino de Tamanrasset en dónde te aprovisionabas de todo para la gran travesía sahariana (**), entrar en Níger por la frontera de Assamaká, y recorriendo éste pais de norte a sur malvender ya en Niamey el coche sobre todo si estaba tocado ó bien continuar hacia el éste de Burkina Fassó ó rumbo al sur hacia Togo ó Benin para conocer esos países y vender allí el coche. Esto último fué lo que hice en el viaje objeto de éste relato, me dirigí a Benin (antiguo Dahomey) recorriéndolo entero de norte a sur y luego, ya en el golfo de Guinea, hacia el éste camino de Cotonou y de su actual capital política Portonovo, muy cerca ya de la frontera con Nigeria.
En ésa ocasión aproveché para visitar la bonita laguna de Gavié con sus poblados lacustres así como la ciudad de Abomey, la antigua capital del reino de Dahomey. De toda esa zona habitada principalmente por la raza "yoruba" provienen los famosos ritos "vudús" haitianos, así como la "santería" cubana, el "candomblé" y la "kinbanda" brasileña. Ya en Portonovo y como en otras ocasiones anteriores, después de mas de dos meses de viaje vendí a muy buen precio el Peuget 504 que llevaba, compré un billete de avión de Lagos (Nigeria) a Madrid vía Londres, crucé la frontera con Nigeria, y dado lo peligroso del país sobre todo en ésos lugares me dirigí en taxi directamente al aeropuerto de Lagos para tomar el avión.
En aquella ocasión unos policías de inmigración del aeropuerto, sin el mas mínimo motivo que justificase su actuación, me encerraron en una pequeña y vacía habitación, me pegaron una buena paliza, me cogieron el equipaje, el pasaporte y el billete de avión, me hicieron desnudar, y sin mas me robaron el fajo de francos "cefas" (***) producto de la venta del coche que llevaba precisamente para evitar posibles robos escondido en el calzoncillo. Al cabo de un par de horas, ya a punto de despegar el avión me vinieron a buscar diciéndome que me vistiese, me llevaron en un vehículo a la escalerilla del avión y me entregaron el pasaporte y la tarjeta de embarque, pero, a pesar de mis quejas, ni el dinero ni las bolsas con artesanía que llevaba.
(*) En ésa región montañosa y boscosa de las Ardenas empezó la conquista de Bélgica y Francia por los alemanes, y también el principio del fin de Alemania en la segunda guerra mundial.
(**) En Tamanrasset además de revisar ó reparar el coche y de pasar los trámites de salida en la policía y la aduana tenías que aprovisionarte de todo lo necesario para afrontar la gran travesía sahariana, entre otras cosas unos 200 litros de agua y como mínimo otros tantos de gasolina en simples garrafas de plástico en el interior del coche, con lo cuál te convertías en una verdadera bomba rodante pegando botes por las pistas de arena en general a toda velocidad y con una temperatura extrema y asfixiante.
(***) Los francos "cefas" son la moneda común a todos los países del Africa noroccidental, casi todos antiguas colonias francesas. En aquellos tiempos había un cambio fijo de 50 francos cefas igual a 1 franco francés, estaban respaldados por Francia, y eran aceptados sin problemas por los principales bancos en cualquier lugar del mundo.
En cuanto a los Peugeot 504 (a veces 404) tengo comprado algunos en Bruselas y en Frankfurt aunque generalmente los adquiría en la feria de vehículos de ocasión que todos los martes por la mañana se celebraba en Utrech (Holanda), en la cuál, una vez elegido el vehículo y acordado el precio con el vendedor, en una oficina de tráfico que había en la propia feria te tramitaban el cambio de titularidad con el único costo de los impresos, y en el cuarto de hora que empleabas en tomar un café salías ya con la documentación y el vehículo a tu nombre.
Ya en tu coche la rutina inicial era siempre la misma, revisabas el aceite, llenabas el depósito de gasolina y partías en dirección a Luxemburgo parando generalmente en el alto de las Ardenas (*) para relajarte un poco y comer sus sabrosos fiambres. Continuabas luego hacia el sur por el este de Francia parando en los principales cementerios de coches en los cuáles te regalaban ó comprabas por cuatro perras neumáticos, parabrisas, radiadores, etc., parando también en los almacenes de ropa usada para comprar por kilo principalmente camisas y pantalones vaqueros. Por supuesto dormías en tu coche en las áreas y estaciones de servicio envuelto en tu saco de dormir, pasando muchas veces en pleno invierno un frio endiablado.
Una vez que llegabas a Lyon tenías dos posibilidades, una, la mas larga, costosa y problemática dirigirte hacia España y Marruecos para entrar desde allí en el norte de Argelia, y la otra, mucho mas conveniente, económica y usual atravesar los Alpes franceses por Grenoble para estar en Génova (Italia) el sábado a primera hora de la mañana al objeto de embarcarte en el ferry mas económico que había, el Habib, de bandera tunecina, el cuál hacía escala en Palermo antes de poner rumbo a Túnez. Alguna vez con tiempo y dinero tengo embarcado también en otros ferrys locales para conocer por tierra Córcega, Cerdeña y Sicilia antes de continuar hacia Túnez, y hasta en una ocasión me he despeñado por la nieve en el norte de Cerdeña.
En general en Túnez pasabas la frontera sin problemas salvo el lento procedimiento burocrático de relacionar todo lo que llevabas en el coche para cotejarlo luego en la aduana de salida, algo que no te impedía "destrozar algún neumático ó romper el parabrisas" y tener que reponerlos con los repuestos que llevabas al objeto de hacerte con algún dinero. En Túnez pasabas cómo mínimo una o dos semanas disfrutando de sus bajos precios, sus fantásticas playas, bazares y monumentos antes de, metiéndote ya hacia el interior por las estribaciones del desierto del Sáhara cruzar la frontera con Argelia poco después de los bonitos oasis de Tozeur y Nefta, ya en las estribaciones del gran "erg" (cadena de dunas) oriental sahariano.
La salida de Túnez y la entrada en Argelia generalmente no tenía ningún problema, las aduanas las pasabas muy facilmente con alguna de las botellas de whisky barato que libre de impuestos habías adquirido en el ferry. Ya en Argelia y atravesando por carretera asfaltada hacia el oeste las ciudades de El Oued, Touggourt y Quargla te paraban ó te seguían en sus taxis ó coches los argelinos para comprarte a precio de oro las camisas y pantalones vaqueros usados que para ello habías comprado por kilo en Francia, con lo cuál ya tenías dinero para todos los gastos de tu travesía por Argelia incluidos hoteles y gasolina.
Una vez que llegabas a Ghardaia continuabas hacia el sur camino de El Golea, y a partir de ahí tenías de nuevo dos posibilidades, una era continuar hacia el suroeste hasta la bonita ciudad roja de Timimoun bordeando el gran "erg" occidental para tirar luego hacia el sur camino de Reggane, y a partir de ahí atravesar por sus rápidas pistas los 1300 kilómetros de tierra vacía del Tanezrouft, en dónde no hay absolutamente nada a excepción de unos restos del antiguo puesto avanzado de la legión extranjera francesa llamado Bidón V, para luego, atravesando ya la frontera entrar en el norte de Malí por Tessalit, recorrer de norte a sur éste país y vender allí el coche ó encaminarte hacia el oeste de Burkina Fassó, a Costa de Marfil ó Senegal con el fin de conocer esos países y vender luego allí el vehículo.
La otra opción era seguir por la principal ruta transahariana hacia el sur camino de Tamanrasset en dónde te aprovisionabas de todo para la gran travesía sahariana (**), entrar en Níger por la frontera de Assamaká, y recorriendo éste pais de norte a sur malvender ya en Niamey el coche sobre todo si estaba tocado ó bien continuar hacia el éste de Burkina Fassó ó rumbo al sur hacia Togo ó Benin para conocer esos países y vender allí el coche. Esto último fué lo que hice en el viaje objeto de éste relato, me dirigí a Benin (antiguo Dahomey) recorriéndolo entero de norte a sur y luego, ya en el golfo de Guinea, hacia el éste camino de Cotonou y de su actual capital política Portonovo, muy cerca ya de la frontera con Nigeria.
En ésa ocasión aproveché para visitar la bonita laguna de Gavié con sus poblados lacustres así como la ciudad de Abomey, la antigua capital del reino de Dahomey. De toda esa zona habitada principalmente por la raza "yoruba" provienen los famosos ritos "vudús" haitianos, así como la "santería" cubana, el "candomblé" y la "kinbanda" brasileña. Ya en Portonovo y como en otras ocasiones anteriores, después de mas de dos meses de viaje vendí a muy buen precio el Peuget 504 que llevaba, compré un billete de avión de Lagos (Nigeria) a Madrid vía Londres, crucé la frontera con Nigeria, y dado lo peligroso del país sobre todo en ésos lugares me dirigí en taxi directamente al aeropuerto de Lagos para tomar el avión.
En aquella ocasión unos policías de inmigración del aeropuerto, sin el mas mínimo motivo que justificase su actuación, me encerraron en una pequeña y vacía habitación, me pegaron una buena paliza, me cogieron el equipaje, el pasaporte y el billete de avión, me hicieron desnudar, y sin mas me robaron el fajo de francos "cefas" (***) producto de la venta del coche que llevaba precisamente para evitar posibles robos escondido en el calzoncillo. Al cabo de un par de horas, ya a punto de despegar el avión me vinieron a buscar diciéndome que me vistiese, me llevaron en un vehículo a la escalerilla del avión y me entregaron el pasaporte y la tarjeta de embarque, pero, a pesar de mis quejas, ni el dinero ni las bolsas con artesanía que llevaba.
(*) En ésa región montañosa y boscosa de las Ardenas empezó la conquista de Bélgica y Francia por los alemanes, y también el principio del fin de Alemania en la segunda guerra mundial.
(**) En Tamanrasset además de revisar ó reparar el coche y de pasar los trámites de salida en la policía y la aduana tenías que aprovisionarte de todo lo necesario para afrontar la gran travesía sahariana, entre otras cosas unos 200 litros de agua y como mínimo otros tantos de gasolina en simples garrafas de plástico en el interior del coche, con lo cuál te convertías en una verdadera bomba rodante pegando botes por las pistas de arena en general a toda velocidad y con una temperatura extrema y asfixiante.
(***) Los francos "cefas" son la moneda común a todos los países del Africa noroccidental, casi todos antiguas colonias francesas. En aquellos tiempos había un cambio fijo de 50 francos cefas igual a 1 franco francés, estaban respaldados por Francia, y eran aceptados sin problemas por los principales bancos en cualquier lugar del mundo.