En la primavera de 1996 llevé un grupo de expedición del Museo Arqueológico de La Coruña a visitar el ya entonces unificado Yemen y el reino de Jordania. Empezamos el viaje por su actual capital Sanaá, la perla de la Arabia feliz, con sus originales y centenarios "rascacielos" de 5 a 7 pisos únicos en el mundo, su animada medina, los restos de sus antiguas murallas, su colorido zoco y su museo nacional. Lo primero que me llamó la atención visitando la concurrida medina fué que practicamente todos los hombres portaban en sus anchos y coloridos cinturones sus "jambias" y mascaban continuamente hojas de "qat" (*).
Camino del sur visitamos Dhamar, la única ciudad del Yemen sin murallas defensivas, la ciudad de Abb con sus murallas casi intactas, Jibia con su antiguo acueducto y su bonita mezquita, y la ciudad de Taiz, antigua capital del Yemen construida en el flanco norte de una impresionante montaña con su majestuosa mezquita y su palacio real, hoy museo nacional. En ése recorrido ya comenzamos a ver de vez en cuando algunos individuos con sus armas de fuego en bandolera (pertenecientes a los "ejércitos" privados de los llamados "señores de la guerra") (**), muchos de ellos kalashnicov soviéticos y en varias ocasiones subfusiles de culata abatible fabricados por desgracia en mi propia ciudad, La Coruña.
Continuando hacia el oeste camino del Mar Rojo soslayamos el hoy fantasmagórico puerto de Mokha de donde se dice es originario el café, virando luego hacia el norte en ruta paralela a la costa hasta llegar a la antigua ciudad siria de Zabid con sus mas de ochenta mezquitas de las mas de doscientas que antes había y sus escuelas coránicas en dónde se inventó el álgebra. Al día siguiente y ya en ruta hacia Hodeidah nos desviamos por pistas de arena hasta una preciosa playa en la que había un gran asentamiento de refugiados somalíes, saliendo en unas grandes piraguas con los pescadores locales a bañarnos y bucear en unos pequeños islotes rocosos en las cálidas y trasparentes aguas del Mar Rojo.
Hodeidah es el principal puerto yemení en el Mar Rojo y aparte de su puerto pesquero no tiene demasiado interés. De allí salimos hacia el pequeño pueblo de Khamis Bani Saad y a través de unos muy pintorescos paisajes de montaña llegamos a Mahwit, una impresionante ciudad con antiquísimas casas construidas sobre peñascos rocosos, continuando luego hacia Tawila, una de las ciudades mas bonitas del Yemen con su grandiosa fortaleza construida sobre una gigantesca roca, "el nido de águilas" de Kowkavan con sus espléndidos paisajes, luego la hermosa ciudad de Thula a mas de 2700 metros de altitud con sus antiguos acueductos y cisternas, la muy pequeña ciudad amurallada de Hababa, y de nuevo Sanaá.
Salimos por segunda vez de Sanaá en ocho vehículos todo terreno en dirección noreste camino de la antigua ciudad de Baraqesh en la que sólo unos huevos y yogures para comer encontramos, virando luego hacia el este paralelos a la indefinida frontera con Arabia Saudí con dos vehículos de escolta militar, uno delante con ametralladora y otro de escoba con un pequeño cañón sin retroceso, adentrándonos ya en el desierto camino de las ruinas de Marib, la capital del antiguo reino de Saba en la ruta de las caravanas del incienso y la mirra que llegaron hasta el Israel del rey Salomón en el siglo X antes de Cristo. Visitando las ruinas de la ciudad oímos un disparo aislado poniéndose de inmediato los soldados en guardia (***).
Desde Marib y siempre con la escolta militar continuamos hacia el este adentrándonos cada vez en el inhóspito y arenoso desierto camino de las casi inexistentes ruinas de Shabwa, la antigua capital del reino del Haddhramaut, acampando en sus inmediaciones. Allí Raúl y un servidor que habíamos establecido un cierto contacto con los soldados que nos acompañaban tuvimos ocasión de hacer prácticas de tiro con sus kalashnikov. Al día siguiente y ya camino de Seyun nos dimos cuenta de que habíamos perdido al bueno de Raúl, se había despistado entre las ruinas y cuando se dió cuenta ya habíamos partido. Dejando al grupo descansando en un lugar seguro retrocedí con el guía nacional (****) y dos soldados de la escolta hasta que encontramos a Raúl sentado, aparentemente tranquilo y fumandose un cigarrillo.
Seyun, "la villa del millón de palmeras", con su gran palacio blanco de los antiguos sultanes que domina toda la ciudad es hoy la ciudad mas importante del valle del Hadhramaut. Desde Seyun visitamos Tarim con sus 365 mezquitas y sus mas de 3000 manuscritos con finas maravillosas caligrafías árabes, y seguidamente Shibam con sus mas de 500 "rascacielos" de ocho a diez pisos construidos en el siglo XVI. Salimos de nuevo de Seyun hacia el sur recorriendo todo el valle del Hadhramaut por una infernal pista de cantos rodados siguiendo el lecho del río hasta llegar al puerto de Mukalla, ya en el golfo de Adén, visitando en sus alrededores el pequeño pueblo de pescadores de Bir Alí rodeado de volcanes inactivos y las ruinas del bíblico puerto de Canaá, el principal puerto de la antigua ruta del incienso hacia oriente.
En Mukalla y con varias horas de retraso en un miserable aeropuerto sin ni siquiera ventiladores y plagado de peleones mosquitos tomamos un avión de regreso a Sanaá, continuando en los días siguientes visitando Manahka con su ciudad fortificada en las montañas de Haraz, Al Hajara un pintoresco pueblecito colgado en las faldas de la montaña, Hoteib, centro de peregrinación de los musulmanes ismaelitas, Wadi Dhar, Amran y Huth en las montañas mas altas del Yemen en donde los antiguos yemenitas resistieron la invasión turca, y la ciudad de Saada la cuna del zaidismo en el extremo noroeste del Yemen con sus tribus montañesas armadas hasta los topes y su ambiente medieval, regresando desde allí a Sanaá para el día siguiente volar a Jordania.
Aterrizando en Amman la primera sensación que tuve fué que ya estábamos entrando de nuevo en lo que nosotros llamamos "civilización". Jordania me gustó a pesar de los cientos de grupos de turistas en todos lados. Visitamos el monte Nebu desde cuya cima dicen Moisés contempló la "tierra prometida", el Mar Muerto bañándonos y flotando en sus aguas supersaladas a 416 metros bajo el nivel del mar, Kerak con su castillo construido por la dinastía Omeya, el Wadi Rum (el desierto de Lawrence de Arabia) con sus arenales y sus escarpados macizos rocosos, el puerto de Aqaba a orillas del Mar Rojo, y por supuesto Petra la antigua capital de los "nabateos" con sus mas de 800 tumbas y monumentos excabados en las paredes rocosas de color rosado de un impresionante desfiladero de mas de 80 metros de alto.
(*) Las "jambias" son una especie de puñales curvos con fundas generalmente repujadas y de mucho colorido, son símbolo de la persona que lo lleva. La hoja de "qat" es una droga suave y excitante muy extendida en Yemen y en todos los paises circundantes, Etiopía, Eritrea, Djibuti, Somalia, y hay que mascarla muy tierna escupiendo el exceso de salivación que genera.
(**) Yemen es el 2º pais del mundo con mas armas ligeras por habitante. Los llamados "señores de la guerra" reclutan y arman a sus propios "ejércitos" de guerrilleros en función de su poder económico y de sus intereses particulares, no dudando en ocasiones a enfrentarse con la propia policía y hasta con el ejército regular yemení.
(***) En ésta zona del desierto del norte de Yemen era y sigue siendo frecuente el secuestro de turistas europeos por bandas armadas para pedir rescate, a veces con resultados de muerte como les ocurrió poco después de nuestro viaje a un grupo de turistas franceses.
(****) En ocasiones ocurren cosas asombrosas, paseando hace pocos años por el dique de abrigo de mi ciudad escucho a alguien gritando mi nombre, era nuestro guía yemení el cuál me dijo que se había casado con una gallega y estaba viviendo en El Burgo, muy cerca de La Coruña.
Camino del sur visitamos Dhamar, la única ciudad del Yemen sin murallas defensivas, la ciudad de Abb con sus murallas casi intactas, Jibia con su antiguo acueducto y su bonita mezquita, y la ciudad de Taiz, antigua capital del Yemen construida en el flanco norte de una impresionante montaña con su majestuosa mezquita y su palacio real, hoy museo nacional. En ése recorrido ya comenzamos a ver de vez en cuando algunos individuos con sus armas de fuego en bandolera (pertenecientes a los "ejércitos" privados de los llamados "señores de la guerra") (**), muchos de ellos kalashnicov soviéticos y en varias ocasiones subfusiles de culata abatible fabricados por desgracia en mi propia ciudad, La Coruña.
Continuando hacia el oeste camino del Mar Rojo soslayamos el hoy fantasmagórico puerto de Mokha de donde se dice es originario el café, virando luego hacia el norte en ruta paralela a la costa hasta llegar a la antigua ciudad siria de Zabid con sus mas de ochenta mezquitas de las mas de doscientas que antes había y sus escuelas coránicas en dónde se inventó el álgebra. Al día siguiente y ya en ruta hacia Hodeidah nos desviamos por pistas de arena hasta una preciosa playa en la que había un gran asentamiento de refugiados somalíes, saliendo en unas grandes piraguas con los pescadores locales a bañarnos y bucear en unos pequeños islotes rocosos en las cálidas y trasparentes aguas del Mar Rojo.
Hodeidah es el principal puerto yemení en el Mar Rojo y aparte de su puerto pesquero no tiene demasiado interés. De allí salimos hacia el pequeño pueblo de Khamis Bani Saad y a través de unos muy pintorescos paisajes de montaña llegamos a Mahwit, una impresionante ciudad con antiquísimas casas construidas sobre peñascos rocosos, continuando luego hacia Tawila, una de las ciudades mas bonitas del Yemen con su grandiosa fortaleza construida sobre una gigantesca roca, "el nido de águilas" de Kowkavan con sus espléndidos paisajes, luego la hermosa ciudad de Thula a mas de 2700 metros de altitud con sus antiguos acueductos y cisternas, la muy pequeña ciudad amurallada de Hababa, y de nuevo Sanaá.
Salimos por segunda vez de Sanaá en ocho vehículos todo terreno en dirección noreste camino de la antigua ciudad de Baraqesh en la que sólo unos huevos y yogures para comer encontramos, virando luego hacia el este paralelos a la indefinida frontera con Arabia Saudí con dos vehículos de escolta militar, uno delante con ametralladora y otro de escoba con un pequeño cañón sin retroceso, adentrándonos ya en el desierto camino de las ruinas de Marib, la capital del antiguo reino de Saba en la ruta de las caravanas del incienso y la mirra que llegaron hasta el Israel del rey Salomón en el siglo X antes de Cristo. Visitando las ruinas de la ciudad oímos un disparo aislado poniéndose de inmediato los soldados en guardia (***).
Desde Marib y siempre con la escolta militar continuamos hacia el este adentrándonos cada vez en el inhóspito y arenoso desierto camino de las casi inexistentes ruinas de Shabwa, la antigua capital del reino del Haddhramaut, acampando en sus inmediaciones. Allí Raúl y un servidor que habíamos establecido un cierto contacto con los soldados que nos acompañaban tuvimos ocasión de hacer prácticas de tiro con sus kalashnikov. Al día siguiente y ya camino de Seyun nos dimos cuenta de que habíamos perdido al bueno de Raúl, se había despistado entre las ruinas y cuando se dió cuenta ya habíamos partido. Dejando al grupo descansando en un lugar seguro retrocedí con el guía nacional (****) y dos soldados de la escolta hasta que encontramos a Raúl sentado, aparentemente tranquilo y fumandose un cigarrillo.
Seyun, "la villa del millón de palmeras", con su gran palacio blanco de los antiguos sultanes que domina toda la ciudad es hoy la ciudad mas importante del valle del Hadhramaut. Desde Seyun visitamos Tarim con sus 365 mezquitas y sus mas de 3000 manuscritos con finas maravillosas caligrafías árabes, y seguidamente Shibam con sus mas de 500 "rascacielos" de ocho a diez pisos construidos en el siglo XVI. Salimos de nuevo de Seyun hacia el sur recorriendo todo el valle del Hadhramaut por una infernal pista de cantos rodados siguiendo el lecho del río hasta llegar al puerto de Mukalla, ya en el golfo de Adén, visitando en sus alrededores el pequeño pueblo de pescadores de Bir Alí rodeado de volcanes inactivos y las ruinas del bíblico puerto de Canaá, el principal puerto de la antigua ruta del incienso hacia oriente.
En Mukalla y con varias horas de retraso en un miserable aeropuerto sin ni siquiera ventiladores y plagado de peleones mosquitos tomamos un avión de regreso a Sanaá, continuando en los días siguientes visitando Manahka con su ciudad fortificada en las montañas de Haraz, Al Hajara un pintoresco pueblecito colgado en las faldas de la montaña, Hoteib, centro de peregrinación de los musulmanes ismaelitas, Wadi Dhar, Amran y Huth en las montañas mas altas del Yemen en donde los antiguos yemenitas resistieron la invasión turca, y la ciudad de Saada la cuna del zaidismo en el extremo noroeste del Yemen con sus tribus montañesas armadas hasta los topes y su ambiente medieval, regresando desde allí a Sanaá para el día siguiente volar a Jordania.
Aterrizando en Amman la primera sensación que tuve fué que ya estábamos entrando de nuevo en lo que nosotros llamamos "civilización". Jordania me gustó a pesar de los cientos de grupos de turistas en todos lados. Visitamos el monte Nebu desde cuya cima dicen Moisés contempló la "tierra prometida", el Mar Muerto bañándonos y flotando en sus aguas supersaladas a 416 metros bajo el nivel del mar, Kerak con su castillo construido por la dinastía Omeya, el Wadi Rum (el desierto de Lawrence de Arabia) con sus arenales y sus escarpados macizos rocosos, el puerto de Aqaba a orillas del Mar Rojo, y por supuesto Petra la antigua capital de los "nabateos" con sus mas de 800 tumbas y monumentos excabados en las paredes rocosas de color rosado de un impresionante desfiladero de mas de 80 metros de alto.
(*) Las "jambias" son una especie de puñales curvos con fundas generalmente repujadas y de mucho colorido, son símbolo de la persona que lo lleva. La hoja de "qat" es una droga suave y excitante muy extendida en Yemen y en todos los paises circundantes, Etiopía, Eritrea, Djibuti, Somalia, y hay que mascarla muy tierna escupiendo el exceso de salivación que genera.
(**) Yemen es el 2º pais del mundo con mas armas ligeras por habitante. Los llamados "señores de la guerra" reclutan y arman a sus propios "ejércitos" de guerrilleros en función de su poder económico y de sus intereses particulares, no dudando en ocasiones a enfrentarse con la propia policía y hasta con el ejército regular yemení.
(***) En ésta zona del desierto del norte de Yemen era y sigue siendo frecuente el secuestro de turistas europeos por bandas armadas para pedir rescate, a veces con resultados de muerte como les ocurrió poco después de nuestro viaje a un grupo de turistas franceses.
(****) En ocasiones ocurren cosas asombrosas, paseando hace pocos años por el dique de abrigo de mi ciudad escucho a alguien gritando mi nombre, era nuestro guía yemení el cuál me dijo que se había casado con una gallega y estaba viviendo en El Burgo, muy cerca de La Coruña.