30 may 2012

LAS SINGLADURAS CON MI VELERO "VAGAMUNDO" (2ª ETAPA)

ME PUTEAN EN EL PUERTO DE MALAGA Y ME MULTAN EN TORRE DEL MAR

Después de un par de días de descanso en Sesimbra (Portugal) y ya con un tiempo apacible y viento del noreste puse rumbo al puerto de Sines llegando ya anocheciendo al principio de su gigantesca escollera. Justo en ése momento estaba entrando en el puerto un petrolero y yo, deslumbrado por los numerosos focos de la refinería, del puerto y de los remolcadores y sin conocer el puerto no sabía hacia dónde dirigirme ni por dónde meterme, un remolcador que me vió me hizo señales con sus luces indicándome la dirección de una pequeña playa al pié de los acantilados y del castillo en dónde por aquel entonces se fondeaba.

Sines me encantó y allí pasé dos agradables días antes de zarpar de nuevo ya bien entrada la noche para, con viento en popa, cielo estrellado y mar llevadera navegar las 63 millas que me separaban del temido cabo San Vicente y doblarlo al amanecer. En ésa singladura me llevé un buen susto cuándo de repente oigo a estribor un fuerte resoplido, veo brillar y agitarse las aguas a mi costado emergiendo a poca distancia de mi velero una ballena. Doblé el cabo San Vicente alejado unas dos millas del mismo y rizando velas, lo que fué muy acertado porque nada mas virarlo me cayeron por babor unas fortísimas ráfagas de viento procedentes de sus acantilados. Poco después entré en Sagres pero no me quedé en su ventoso y desapacible puerto continuando mi singladura hasta Lagos, ya en el Algarve portugués.

En Lagos permanecí unos días fondeado en la muy pequeña y segura bahía de Alvor recorriendo y disfrutando de ésa cuidada y bonita ciudad, de sus calas, sus playas y sus alrededores.Me apenó abandonar Lagos pero cuando arribé a la laguna de Faro con sus arenosas islitas en la bocana rodeándola y protegiéndola se me pasó quedándome allí de nuevo unos días. De Faro continué hasta Vila Real de Santo Antonio fondeando una noche sin problemas en su pequeño puerto, y ya entrando en la costa andaluza española puse rumbo a Sanlúcar de Barrameda fondeando a la entrada del rio Guadalquivir no sin antes detenerme y bañarme en las solitarias y estupendas playas del Coto de Doñana. Sorteando luego la ciudad y bahía de Cadiz llegué y fondeé delante del pequeño puerto deportivo de Sancti Petri.

Desde Sancti Petri continué hacia Barbate para, al siguiente día, con buena mar y viento de poniente sortear los gigantescos remolinos que se originan antes de doblar Tarifa y dirigirme hacia Algeciras, delante de cuyas protegidas playas eché el ancla. Después de un día de descanso puse rumbo a Marbella pasando una noche en su viejo puerto, continuando ya al amanecer hacia Málaga en cuyo gran puerto quise atracar para comer y allí comenzaron los problemas, salto al muelle para asegurar en un noray la amarra de proa y mientras voy a hacer lo mismo con la de popa se me acercan dos vigilantes del muelle y sin decirme nada me largan la amarra de proa, les pregunto que pasa y me contestan de malos modos que allí no se podía atracar, les pregunto dónde entonces y me dicen que en ningún sitio, que me vaya de allí porque en todo el enorme y practicamente vacío puerto está prohibido atracar y fondear.

En vista de todo ello decido zarpar cansado y hambriento arribando ya de noche a Torre del Mar y fondeando para dormir en la arenosa caleta de Vélez Málaga, antes de la bocana del puerto deportivo. Muy de mañana y estando todavía durmiendo se acerca en un bote un marinero del puerto, me despierta a voces y me dice que entre al puerto ó me vaya, que allí no se puede fondear, miro a mi alrededor y no veo ninguna señal que lo prohíba, lo mando a la m..... me aseo y me pongo a desayunar, en ésas regresa el marinero con alguien que dice ser el director del puerto deportivo y sin decir nada se dirigen con el bote hacia la cadena del ancla intentando izarla, levanto el remo de respeto del timón que llevaba en cubierta para cambiarlo de sitio y sin hacer ademán de agredirles en ningún momento y se van. Unos meses después me llega a mi domicilio en La Coruña una cuantiosa multa de Puertos de Andalucía por desobediencia y por supuesto intento de agresión al director del puerto deportivo.

Desde Torre del Mar zarpé para Motril (Granada) y de ahí hacia Adra (Almería) en cuyo tranquilo y agradable puerto fondeé para esperar la llegada de mi mujer y de mi hermano que venían a pasar embarcados unos días de vacaciones.